domingo, 4 de abril de 2021

Capítulo 15 || Condena

 Uno de esos días en los que Hyun no trabajaba, salió muy temprano de casa. Pilar no sabía el motivo, pero no le dio más importancia y, cuando se levantó, se puso a hacer el desayuno. En esas estaba cuando su pareja volvió a casa.

- Pilar, deja lo que estás haciendo que nos vamos.

- Hyun, para el carro, ¿de qué estás hablando?

- De que ya no vamos a vivir más en este cuchitril de casa.


 Dejando de hacer el desayuno, Pilar se volteó a ver a Hyun y lo miró sorprendida.

- ¿Pero qué estás diciendo?

- Hace varias semanas me comentaste que la casa se te estaba quedando pequeña y yo te dije que era cierto, así que me puse manos a la obra y… ¡he comprado una casa! Qué digo una casa, ¡una mansión!

- ¿Te has vuelto loco?

- No es cualquier casa, ya lo verás. Lo mejor ha sido el precio…

- Pero…

- ¡Selene!-dijo Hyun llamando a su sobrina-.


 Una mocosa de tres años salió de su cuarto dando unos rápidos pasos que la hicieron tambalearse.

- Tranquila hija, que te vas a caer.

- ¡Tito!

- ¿Sabes? Tú, mamá y yo nos vamos a ir a una casa muy muy grande donde viviremos a partir de ahora.

- ¡Qué bieeeeen!


 La pequeña se abrazó a su tío, a quien quería como si fuera su propio padre, al que todavía no conocía porque seguía la guerra entre las dos Coreas.

- Te quiero mucho tito.

- Y yo a ti, pequeña. Te quiero con todo mi corazón.


 Pese a que Selene sabía que su verdadero padre estaba fuera, decía en la guardería que tenía dos papás y una mamá y que era la niña más afortunada del mundo.


 Recogiendo a la pequeña, Hyun la agarró en brazos y se dirigió hacia Pilar.

- Venga, vayámonos.

- Espera Hyun, hay que recoger las cosas…

- No te preocupes, lo único que habrá que meter en las maletas son nuestras ropas y zapatos, ya que la casa a donde nos vamos está amueblada.

- Oh…

- Venga, no perdamos más el tiempo.


 Metiéndose en el coche, los tres se dirigieron hacia su nuevo barrio y aparcaron el coche en la entrada de la casa. En cuanto se bajaron y Pilar miró la casa, se quedó inmóvil en el sitio.

- Bienvenida a tu nuevo hogar. ¿Qué te parece Pilar?

- Hyun…

- ¿Qué pasa? ¿Abrumada?

- Esto… ¿No te acuerdas que te comenté que me secuestraron cuando era muy jovencita?

- Sí, claro.

- Lo hicieron aquí, en esta misma casa.


 Hyun afirmó con la cabeza cuando escuchó lo que Pilar le contaba.

- Lo sé. La chica de la inmobiliaria me lo dijo y por eso el precio estaba tan bajo. Nadie ha querido mudarse a esta casa desde que ocurrió aquello y detuvieron a todos. La casa ha pasado por varias remodelaciones pero ni aún con esas. Ahora, esta casa es nuestra, nos estaba esperando Pilar. Aquí crearemos nuevos recuerdos que sustituirán a todos esos malos que guardas todavía en tu interior.

- Sí… Eso espero.

- Venga, entremos.


 Cuando Hyun abrió la puerta y cruzaron las puertas de entrada, Pilar se llevó una grata sorpresa.

- Eh, esto está reformado.

- Sí, la chica de la inmobiliaria me dijo que el salón fue una de las primeras cosas que se cambiaron.

- Pues está mucho mejor ahora. Antes era rosa y… no sé, no me gustaba tanto. Este color es mucho más bonito.


 Volviéndose hacia Pilar, Hyun pudo verla con una sonrisa en la cara.

- Pero qué ven mis ojos, ¿estás sonriendo?

- Pues… sí. Creí que iba a ser peor porque no había vuelto desde entonces pero… ahora me alegro de que hayas comprado la casa. Eres genial.

- Pues entonces espera a ver el cuarto de la niña.

- ¿Dónde está?

- En la planta de arriba. Ven.


 Subiendo por las escaleras siguiendo a Hyun, Pilar no paraba de pensar en su novio. Lo amaba más que a nadie con el que hubiera estado antes. Ni siquiera a Mike lo había querido tanto, y eso que aquel muchacho marcó un antes y un después en su vida… Pero ahora tenía una hija, estaba con un hombre maravilloso al que adoraba y vivía en una maravillosa mansión.

- Coño, algo bien he tenido que hacer en esta vida para tener todo esto,-pensaba Pilar antes de entrar en el dormitorio-.


 Cruzando la puerta, los tres entraron en el nuevo cuarto de Selene.

- Dios mío, es gigantesco,-comentó Pilar-.

- ¿Has visto? Es casi más grande que nuestro dormitorio en la casa anterior.

- Yo te diría que más grande…

- Lo mejor es que conforme Selene vaya creciendo, tendrá el espacio suficiente como para tener un escritorio, su propio ordenador y espacio suficiente para una cama de matrimonio si quiere.

- Eres… eres el mejor, mi vida.

- Lo que sea por mi niña.


 Soltándola en el suelo, Selene corrió hacia el baúl y comenzó a jugar con uno de los muñecos que encontró.

- ¡Qué chuli!-dijo la pequeña-.

- Cariño,-se dirigió Hyun hacia Selene-, mamá y yo nos vamos a nuestro dormitorio un momento, ¿vale? Si nos necesitas, es la puerta del fondo a la izquierda.

- ¡Vale!


 Saliendo del cuarto, Hyun llevó a Pilar hacia el dormitorio que sería de ellos a partir de ese momento.

- Guau, qué amplio es,-comentó Pilar-.

- Sí, y lo mejor es que tiene cuarto de baño privado, así que no tendremos que salir ni compartir el cuarto de baño que hay en este piso. Ese será para Selene.

- Y para los que vengan, porque yo quiero tener hijos contigo…

- Y yo contigo, mi amor.


 Mirándose el uno al otro, ambos se unieron en un dulce beso mientras sus corazones latían desbocados como un caballo trotando por la orilla del mar.


 Separándose, Hyun miró a Pilar con deseo.

- Te amo Pilar. Siempre te amaré.

- Yo también te amo. Me haces la mujer más feliz del mundo.

- Y quiero hacerte más feliz todavía…

- ¿Estás pensando en lo que yo creo que estás pensando?

- Tengamos otro hijo, vamos a encargarlo ahora.

- Pero nene, la niña está en la otra habitación.

- Sí, pero está jugando y…-empezó a decir Hyun cuando le sonó el teléfono-. Mira, por ahí te vas a librar… ¿Dígame?-contestó Hyun sin mirar quién lo llamaba-.


 Kwan apenas se podía creer que estuviera escuchando la voz de su hermano. Después de tantos años…

- Hyun soy yo, Kwan. ¡Sí! Tu único hermano pequeño. ¿Sorprendido? Pues qué me dirías si te cuento que ya la guerra ha terminado y que estoy de vuelta… Jajajaja, tranquilo hombre, deja de gritar, que pareces un niño chico. Oye, ¿dónde coño te metes? Que no sé dónde vives ahora.


 Hyun estaba inmensamente emocionado y Pilar no paraba de pensar en que ese día iba a ser muy especial. Después de tres años, Kwan conocería a su hija… Y justo el mismo día en el que se acababan de mudar.

- Pues tío, hoy mismo me he mudado con Pilar y la niña a una casa, por eso no estoy en el apartamento. ¿Tienes WhatsApp? Genial, pues te paso la ubicación para que vengas. ¿Vas a tardar mucho? Estupendo, aquí estaremos esperándote.


 Kwan no paraba de moverse de la emoción que sentía mientras hablaba con su hermano. El hecho de estar de vuelta en Estados Unidos, de haber terminado la guerra después de muchos años de sufrimiento y penurias sufridas y, sobre todo, el poder conocer por primera vez a su hija… Esos eran motivos más que suficientes que le provocaron más de un insomnio las noches pasadas.


 Por su parte, Megan junto con el resto de compañeros estaban de vuelta en sus respectivas casas. Esta primera volvió a su casa de siempre y, cuando la vio, tuvo que secarse un par de lágrimas que salieron de sus ojos. Por fin estaba sana y a salvo…  


 Pero entrando en la vivienda, Megan pudo notar que todo estaba lleno de polvo y con signos de llevar abandonada un tiempo.

- ¿Papá? ¿Rebecca?-llamó sin obtener respuesta-.


 Marcando el número de su hermana, Megan esperó hasta que le contestó.

- ¿Rebecca? Soy Megan, tu hermana. Sí, ha pasado mucho tiempo… ¡Estoy de vuelta! Ya para siempre. La guerra ha terminado… Joder, pues ya te puedes imaginar, estoy que no me lo creo. ¿Dónde estáis papá y tú? La casa parece abandonada… ¿Cómo? ¿Y dónde vives ahora?


 El padre de las chicas falleció hacía un par de años. Rebecca intentó comunicárselo a su hermana, pero Megan nunca le contestó ni se puso en contacto con ella, por lo que la menor de las hermanas hizo su vida y puso en venta la casa familiar mientras que ella se había mudado a otro sitio.


 Llamando a la puerta, Megan estaba nerviosa por reencontrarse con su hermana a la que apenas reconoció cuando le abrió la puerta.

- ¿Rebecca?

- Joder Megan, eres tú de verdad…

- Eso creo, pero lo dudo de ti. ¿Tú eres mi hermana pequeña? ¿La que siempre iba con trenzas y la que estaba delgada y sin tetas cuando me fui?

- La misma que viste y calza una 100 de pecho. El tiempo pasa, hermanita. Que tengo ya 18…


 Sin poder creérselo todavía, Megan abrazó a su hermana pequeña.

- Te echaba muchísimo de menos, gorda,-le dijo a Rebecca-.

- Y yo a ti. Siento no haberte dicho lo de papá pero no pude contactar contigo.

- Lo sé y ahí soy yo la que te tiene que pedir disculpas. La guerra ha sido una locura y… no se la deseo a nadie.

- Pero ya ha terminado. Así que no pienses en eso. Ven, pasa dentro.


 Obviamente, la primera pregunta de Megan iba a ser sobre la muerte de su padre y la forma en la que dejó este mundo…

- ¿Cómo murió papá?

- Sabes que la salud de papá empeoró bastante a raíz de la muerte de mamá, pero cuando te marchaste fue cuando lo noté más apagado. No se separaba de la tele, estaba todo el día viendo el periódico y hasta me pidió que le hiciera un Twitter para poder estar al tanto de las noticias por si se enteraba de algo que te incumbiera a ti. Una mañana me lo encontré sentado en el sofá con la tele encendida y con su móvil en la mano…


 Agachando su cabeza, Megan se quedó en silencio e intentó tragar el nudo que se le había formado en la garganta. Respirando hondo, volvió a mirar a su hermana.

- ¿Y tú qué tal? ¿Qué ha sido de ti estos años?

- Pues como papá se intuía lo peor, me emancipó antes de que yo cumpliese la mayoría de edad para que no tuviera que irme a ningún orfanato ni nada por el estilo, así que llevo dos años viviendo sola. Por eso he intentado vender esa casa, porque es demasiado grande y no paraba de ver a papá por todos lados. Necesitaba irme de allí, empezar de cero…


 Por su parte, Kwan ya estaba frente a la nueva casa de su hermano.

- Joder, qué bien le han ido las cosas a Hyun desde que me fui a la guerra. Menudo casote.


 Abriendo la puerta de entrada, Kwan las cruzó justo cuando la silueta de su hermano se dibujó bajo la puerta de la casa.

- ¡Volvió el hijo pródigo!-dijo Hyun-.

- Y esta vez para siempre…


 Corriendo hacia Hyun, Kwan lo abrazó con fuerza.

- Te he echado tanto de menos, Hyun… ¿Cómo estás?

- Genial. No podría estar mejor… ¿Y tú?

- Recuperándome, pero a este paso voy a estar bien en menos de una semana. La guerra ha sido muy dura… Las cosas que he tenido que ver y que hacer…

- Tranquilo, ahora estás en casa y dentro te están esperando Pilar y una preciosa niña llamada Selene que quiere conocer a su padre.


CONTINUARÁ…


1 comentario:

  1. En este capítulo todo ha ido bien y espero que no se tuerza aunque no se me va de la cabeza Kilian. No se ha sabido nada de él y temo que aparezca cualquier día para liarla.

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