CAPÍTULO 18
Sobre las 12 de la mañana
de ese mismo día, Naim recibió el alta con la recomendación de que no hiciera
ejercicio físico y se tomara la baja durante mínimo dos semanas. Nada más
salir, rompió el papel.
Al llegar a casa, Naim
vio con sus propios ojos la destrucción que había causado el maldito fuego. Su
hogar no existía. Su casa ya era un cúmulo de basura y polvo por todos lados.
Pero lo realmente
importante era el garaje. La llave se habría fundido así que utilizó el mecanismo
manual para abrirlo.
Pero por desgracia el
asesino, y seguramente pirómano, lo tenía todo pensado y se había encargado de
quitarle todos los recuerdos que Naim tenía en su casa.
Por suerte Naim tenía
todos esos recuerdos en su cabeza: La cara de felicidad de Ashley dando el sí
quiero; ver a Max llorando recién nacido; las primeras navidades juntos; la
cara de Max abriendo los regalos de Navidad y trayendo su primer sobresaliente…
Todo eso no lo perdería nunca y quien fuera aquel tipo, no lo conseguiría y ahí
Naim tenía ventaja.
Dejando los pensamientos
a un lado, Naim se puso a mirar por su “casa” a ver si podía rescatar algo y
vio que la cama más o menos estaba en condiciones. Tal vez la madera algo
quemada pero si se mantenía en pie podía resistir.
Como el único sitio donde
se podía resguardar era el garaje, Naim cogió los filos de la cama y la
arrastró hasta ponerla en el garaje de una sola pieza.
Naim estaba comprobando
la cama para ver si estaba lo suficientemente bien como para resistir cuando un
coche dio un frenazo frente a la casa de Naim. Era Scott.
Naim se giró asustado
ante el fuerte frenazo que habían dado y al ver a Scott se quedó más tranquilo.
-
¡Naim! ¿Estás
bien?
Scott salió corriendo
hasta Naim y le dio un abrazo que cortaba la respiración.
-
He venido en
cuanto me he enterado. Iba de camino a la comisaría cuando escuché la noticia
en la radio y he venido corriendo hacia aquí.
-
Muchas gracias
Scott.
Naim se sentía más seguro
estando con Scott. Sabía que si estaba a su lado nunca le faltaría de nada.
Los dos amigos se
separaron y Scott hizo la pregunta obligada.
-
¿Qué ha pasado?
-
Me fui a dormir
cuando a la hora o así me desperté y ya estaba todo en llamas y ya lo que hice
fue saltar por la ventana e intentar escapar pero había tragado mucho humo y
los cortes por los cristales me hicieron estar muy débil.
-
¿Y pasó así de
repente? ¿Hay algo que no me hayas contado?
-
No, no ha pasado
nada fuera de lo normal.
-
¿Seguro? Sabes que
puedes confiar en mí.
- Ya lo sé, no ha pasado
nada.
-
Entonces esto lo
ha tenido que hacer alguien. Como no haya sido…
-
El asesino de la
maceta… puede ser.
Scott puso cara de
asombro de repente.
-
¡Ya lo sé! Es el
asesino, que te ha quemado la casa porque ahora quiere acabar contigo, ¿no es cierto?
-
¡Pero qué ideas se
te ocurren!-
No, es eso… He
dado en el clavo, ¿por qué no lo reconoces? ¿Te tiene amenazado?
-
Scott, será mejor
que dejes el tema. Por si no te das cuenta me acabo de mudar a mi garaje y
tengo mi casa todavía echando humo, con el asesino de mi mujer e hijo de vuelta
y encima con un acosador. Te agradezco que estés preocupado pero lo que menos
necesito ahora es darle vueltas a la cabeza. ¿Podría ir a tu casa para coger un
uniforme? Como comprenderás…
-
¿Tú estás para
trabajar?
-
¿Tienes el traje o
no?
-
Sí, vente conmigo
anda.
Scott se marchó con Naim
a su casa pero allí no tenía ninguno, así que fueron a comisaría y allí se pudo
cambiar de ropa.
Eva vio que Naim estaba
en la comisaría y corrió a abrazarlo.
-
¡Hola guapo! ¿Cómo
estás?
-
Bien, no podrán
conmigo.
-
Di que sí.
Enseguida todos se
acercaron y comenzaron a dedicarle palabras de apoyo y de ánimo.
Todos se ofrecían a
llevarlo a su casa para que durmiera allí hasta que se encontrara algo mejor
pero él se negaba. Y aunque todos tenían muy buena intención, no se daban
cuenta de lo que realmente le estaba pasando a Naim…
Aunque tuviera sus
recuerdos perfectamente en su cabeza, no dejaba de dolerle que todos los
álbumes de fotos, cuadros, la casa que a la que se mudaron recién casados… Todo
eso ya no existía.
Las amenazas que
últimamente había recibido, la presión por la vuelta y los asesinatos, la
impotencia por querer averiguar quién era y no tener ni una sola pista de ni
siquiera saber si era un hombre o una mujer…
Ese día Naim se lo tomó
libre y se encargó de limpiar la superficie de su “casa” o de lo que quedara de
ella.
-
Uf, ya he
terminado por hoy… Será mejor que me eche un rato.
Y Naim entró en el garaje
y se echó sobre la cama para dormir un rato y descansar ya que no había dormido
en esa noche por la guardia y por lo ocurrido.
Naim se aseguró antes de
acostarse de que la puerta estuviera más que cerrada y cuando ya estaba
cerciorado se acostó.
Naim se despertó y tal y
como estaba se fue con el coche hacia el banco para sacar dinero y así poder
cenar en un restaurante o algo y ya al día siguiente comprar unos pocos muebles
nuevos para poder hacerse su propia comida, por lo que tuvo que pasar por la
carretera donde Ashley y Max perdieron su vida…
Pero algo no iba bien… La
curva fatídica se acercaba, el ceda el paso se aproximaba y los frenos del
coche fallaban. Esto no podía estar pasando…
Naim dio un volantazo que
cambió mínimamente la trayectoria del coche pero que causó que Naim comenzara a
dar vueltas de campana dirigiéndose al mismo destino de su familia… una caída
de 5 metros de alto.
El coche se precipitó
hacia la caída y rápidamente comenzó a arder haciendo que las probabilidades de
salir vivo de allí se redujeran…
El coche acabó incrustado
y ardiendo. ¿Saldría Naim de allí?
Pocos minutos después, se
recibió una llamada en la comisaría que alertó del accidente de coche que
acababa de ocurrir.
Eva corrió a decírselo a
Bianca y Scott, que salieron en el coche patrulla hacia el lugar.
Al ver el coche de Naim,
Bianca quería bajar a rescatarlo pero era demasiado peligroso ir hasta allí…
Los bomberos llegaron 30
segundos después y les obligaron a ambos a alejarse del lugar. Había muchas
probabilidades de que todo saliera volando por los aires y el peligro cada vez
era mayor.
La pareja, con todo el
dolor de su corazón retrocedieron y salieron corriendo en dirección contraria
justo a tiempo para escuchar a sus espaldas un gran… BOOM.
Tras apagar las llamas,
el cuerpo de Naim no fue encontrado por ningún lado, así que en el cementerio
pusieron una lápida con su nombre junto a las de su familia…
Todos estaban
destrozados. No se podían acabar de creer que Naim, aquel chico que esta mañana
les había hablado, sonreído y abrazado, aquella persona ya no existía… Estaba
muerto.
Scott no podía parar de
llorar. Su mejor amigo. Aquel con el que se peleó en la academia el primer día
por un sitio en la taquilla… Aquel que se convirtió en su amigo inseparable y
que le ayudó a que Bianca estuvieran juntos desde hacía 7 años. Y a Scott no se
le iba de la cabeza la frase que Naim le dijo sólo un día antes de su muerte:
“Que sepas que te debo una y lo vas a pasar tan putas que te acordarás de mí
toda tu vida.”
-
Descansa en paz
Naim. Nunca olvidaré este día: 04/07/2014.
El comisario no lloraba
no porque no le importara, todo lo contrario, sino porque estaba totalmente
descolocado. Un joven, con toda la vida por delante muere y él, un hombre casi
a punto de jubilarse y con menos años de vida por delante viviendo.
-
Naim, nunca te lo
dije pero… Eres aquel hijo que nunca tuve…
Ahora que Naim ha muerto, ¿cómo irá
la vida del resto de personajes?
CONTINUARÁ…
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