-
Buenos días madrugador. ¿Cómo fue el footing?
- La
verdad que bien. Uf, me muero de hambre y qué bien huele eso, madre
mía.
-
Genial porque esto está listo, así que vamos a desayunar que te
tengo que comentar algo.
Tras el desayuno, Isa se metió en la ducha y Kike la acompañó.
-
Entonces como me dijiste eso… He estado haciendo mis averiguaciones
y… los he encontrado.
-
¿De veras?
-
Sí, tampoco ha costado tanto al parecer. Ahora que ya sabes dónde
están… ¿Qué vas a hacer?
-
Ducharme, arreglarme e ir a por ellos.
Al salir del baño después de la ducha, Isa contempló a Kike con
los sentimientos a flor de piel.
- Si
tu madre te viera… Qué guapo estás.
-
Muchas gracias Isa. ¿Crees que voy bien?
-
Vas guapísimo y estoy segura de que les vas a impresionar.
A todo esto, algo estaba a punto de suceder en la prisión donde se
encontraba Henry y que daría un vuelco a las vidas de muchos…
-
Los siguientes a los que nombre irán saliendo de sus celdas
ordenadamente: Henry Jackson, Abdel Bari, Roberto Gavira, Augusto
Plasencia, Glenn Allen…
Tras nombrarlos a todos, en fila de a uno se dirigieron hacia la zona
exterior donde serían transportados en un autobús a una prisión de
alta seguridad por ser presos con un gran grado de peligrosidad.
- No
me la liéis mientras estamos en el bus, que luego los marrones van
para mí,-comentó Álvaro-.
Parándose en seco, Henry se volvió y le hizo una pregunta a Álvaro.
-
¿Vas a ser tú quien nos lleve a la nueva prisión?
-
Sí, me ha tocado a mí. Lo echamos a suertes y gané. Bueno, gané,
perdí… Qué diferencia hay.
-
Jefe, no puedes venir con nosotros.
-
¿Cómo que no puedo ir con vosotros? ¿Qué ocurre?
-
Quiero pedirte perdón por lo que voy a hacer pero ya lo entenderás
después…
-
¿Perdón por qué? ¿Qué tengo que entender?-preguntó Álvaro muy
confuso-.
Sin previo aviso, Henry le pegó un fuerte puñetazo a Álvaro en la
nariz, provocándole una fuerte hemorragia a raíz de una rotura en
el tabique nasal. Agarrando a Henry, otros funcionarios de prisiones
se lo llevaron hacia el autobús mientras que éste no paraba de
pedirle disculpas.
Apenas unos minutos después de salir el autobús, un trágico
“accidente” provocó que el autobús saliese ardiendo y explotase
con todos los presos y el funcionario encargado, muriendo todos en el
acto… Aparentemente. Pero eso, ya es otra historia…
Por
otra parte, Kike había llegado a su destino y los nervios le comían
por dentro. No estaba preparado del todo, pero tenía ganas de dar
ese paso.
Llamando a la puerta, Kike esperó a que alguien le abriese y desde
el fondo, alguien lo observaba sin saber quién era.
Abriendo, aquel tipo recibió a Kike.
-
Buenos días, ¿qué desea?
-
Vive aquí Eduard Redson, ¿verdad?
-
Efectivamente, ¿quién lo pregunta?
-
Verá, mi nombre es Enrique de la Salle y soy su hijo.
Ese hombre se le quedó mirando mortalmente serio y comenzó a
rastrear a Kike con la mirada.
-
¿Esto se trata de una broma?
-
No, disculpe si ha sonado así pero estoy buscando a mi padre y me
han dicho que se llama Eduard Redson y que vive en este domicilio.
- Le
han tenido que dar mal los datos porque mi padre no tiene ningún
otro hijo que yo sepa.
-
Usted lo ha dicho, tal vez no lo sepa. Entonces… Usted y yo somos
hermanos.
Riéndose al momento de escuchar ese comentario, aquel chico le abrió
la puerta a Kike y comenzó a echarlo rápidamente.
-
Mire, no sé quién es usted ni a qué ha venido, pero no es
bienvenido en esta casa así que le agradecería que se fuera de
aquí.
-
Pero yo lo único que quiero es verlo y hablar con él.
-
Eso no podrá ser caballero, así que váyase ahora mismo si no
quiere que llame a la policía.
Cerrándole la puerta en las narices, ese chico subió las escaleras
y, llamando a la puerta, entró en la habitación donde se encontraba
su padre.
-
Oye hijo, han llamado a la puerta, ¿verdad?
- Sí
y no te vas a creer lo que ha pasado… Se presenta un tío aquí
diciendo que se llama Enrique “nosequé” y que es tu hijo,
exigiendo verte y hablar contigo. ¿Pero quién coño se ha creído
que es?
Dejando todo lo que estaba haciendo en ese momento, Eduard alzó la
mirada y miró directamente a los ojos de su hijo.
-
Dylan, ¿me lo estás diciendo en serio?
-
¿Crees que bromearía con algo como eso?
-
¿Dónde está ese chico?
-
Venga papá, no me digas que te vas a creer esa mentira. Pero…
papá, ¿a dónde vas ahora?-preguntó Dylan mientras veía cómo su
padre salía rápidamente de la habitación-.
Asomándose a una ventana, Eduard vio cómo Kike se alejaba de la
casa sin éste saber que su padre biológico lo observaba desde
lejos…
Caminando por la zona para intentar calmarse, Kike encontró un bar
que tenía buena pinta, así que entró con ganas de tomarse algo y
distraerse. Necesitaba pensar y reflexionar sobre lo que había
ocurrido.
Pidiéndose una tónica, Kike recordó la casa donde vive su padre y
supo en ese instante que problemas económicos no sufría
precisamente. El chico que le había abierto la puerta era su hermano y, por cómo había reaccionado, seguramente no tendría ni
idea de su existencia.
Sin embargo, la forma de reaccionar no le parecía la correcta ya que
ninguno sabe al 100% todos y cada uno de los actos que han hecho sus
padres, por lo que lo más sensato habría sido pararse a escuchar y
avisar a Eduard para comunicarle la noticia.
- De
todas formas, en mis 18 años ninguno ha tenido la decencia de
buscarme así que ahora no creo que vayan a hacer lo mismo...-pensaba
Kike mientras bebía de su copa-. Anda y que les den.
Levantándose tras beber la tónica, Kike se situó frente al equipo
de música para bailar una de sus canciones preferidas, colocándose
junto a una chica que también estaba bailando.
-
Mola la canción, ¿verdad?-preguntó la muchacha-.
Volviéndose a ella, Kike respondió a la pregunta.
-
Sí, me encanta. Es una de mis canciones favoritas.
-
¡La mía también! Tiene un ritmazo que hace que me levante del
asiento.
-
Qué guay que tengamos gustos musicales parecidos jeje. Me llamo
Kike.
- Yo
Mandy, encantada.
Mirándolo de arriba abajo, Mandy quiso saber algo de ese chico.
-
Eres nuevo por aquí, ¿no?
- Sí
bueno… Estaba por la zona y decidí entrar a tomarme algo.
- Ah
bien, es que no me sonaba tu cara y a este barrio no suele venir
mucha gente de fuera.
-
Bueno, no soy de Júpiter tampoco, ¿sabes? Pero vivo como a una hora
de camino.
-
Jajaja, de Júpiter dices. Qué gracioso jajaja.
Siguiendo con el baile, ambos siguieron a su aire pero mirándose el
uno al otro de vez en cuando.
Al cabo de un par de minutos, Mandy le volvió a preguntar a Kike.
-
Oye, te quería preguntar… ¿Me ves bien con esta ropa?
-
Sí, estás bien, ¿por qué?
- Es
que no sé, no estaba segura de si he venido demasiado informal o no.
-
Pues yo te veo bien tal y como estás, la verdad.
De repente, acercándose a Kike, esa muchacha le susurró algo al
oído.
- ¿Y
no me verías mejor sin toda esta ropa puesta?
-
¿Cómo dices?-preguntó Kike separándose un poco-.
-
Uf, cómo me ponen los tíos tímidos.
Sin pensárselo dos veces, aquella chica se abalanzó sobre Kike y
besó sus labios durante un buen rato, provocando que sus cuerpos
comenzaran a reaccionar.
-
Vente conmigo, vayamos al baño. No aguanto más...-dijo Mandy-.
Encerrándose en uno de los sanitarios, ambos se desnudaron y tras
unos escasos juegos preliminares, Kike empezó a penetrar torpemente
a Mandy, quien se dio cuenta rápidamente de que no estaba demasiado
coordinado.
-
¿Qué te pasa? ¿Llevas mucho sin follar o que?
- Es
que… Es la primera vez que voy a hacerlo.
-
¿Que eres… virgen? Ay Dios, que por fin voy a cepillarme a uno sin
estrenar. Que morbo coño.
Con unas indicaciones y con la ayuda de Mandy, Kike consiguió que la
chica comenzase a disfrutar con el sexo, empezando a gemir levemente.
-
Sigue así Kike, no dejes de hacerlo de esa forma.
Después de que Kike se corriese rápidamente, Mandy volvió a poner
en plena forma al miembro masculino y continuaron con el sexo.
- De
aquí no nos vamos hasta que yo me corra,-dijo ella-.
Varios minutos después y tras conseguir su objetivo, ambos salieron
del baño completamente sudorosos y con una sonrisa de oreja a oreja.
-
Eh, Kike, no ha estado mal para ser tu primera vez.
Acercándose a él, Mandy volvió a besar los labios masculinos.
-
Volveremos a vernos… semental.
CONTINUARÁ…
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