domingo, 4 de octubre de 2020

Capítulo 3 || Doble o nada (Temporada 3)

 Desde que Julia comenzase a trabajar en ese proyecto, Logan la veía mucho menos porque o estaba en clase, o estudiando para los exámenes o en el laboratorio haciendo lo que fuera que hicieran allí. Pese a que la echaba de menos, Logan estaba orgulloso de ella porque Julia se veía cada día más y más entusiasmada.


 Además, algo que no sabía Logan era que Julia había sido seleccionada como la alumna al cargo de la investigación. El proyecto estaba dando grandes pasos en muy poco tiempo y, si todo salía bien, muy pronto podrían tener una versión prácticamente definitiva en la que hacer pruebas.  


 Una de las profesoras encargadas de supervisar el proyecto, se acercó a Julia para preguntarle cómo iba.

- Voy bien, profesora. Estoy terminando de soldar esto porque antes se ha despegado una pieza minúscula y he tardado la vida en encontrarla.

- Genial, sigue así Julia. Eres la mejor.


 Julia estaba loca por contarle algo a Logan, pero sabía que podrían echarla de la universidad si decía algo y no quería jugársela tanto por compartir un secreto, aunque no podía evitar chillar cada vez que pensaba en que ese proyecto funcionase.


 Acercándose de nuevo, la profesora trajo consigo esta vez a una alumna.

- Julia, te traigo a Elvira porque me ha dicho que necesitaba consultarte una cosa. Yo me vuelvo a mi despacho que tengo mucho lío, ¿vale?

- Está bien, muchas gracias.


 Cuando la profesora se marchó, Julia le hizo una pregunta a Elvira.

- ¿Has probado el proyecto como te dije?

- Sí,-contestó Elvira con un hilo de voz-.

- ¿Y qué tal?

- Estoy temblando todavía…

- ¿Eso significa que funciona?

- Joder, no me lo creo, pero sí.

- ¡Bien! Joder, esto va a cambiar el mundo. Elvira, ¿eres consciente de lo que hemos hecho?


 A Elvira se le notaba ciertamente afectada y Julia intentaba calmarla.

- Elvira tía, tranquila.

- Es que Julia, tú no has visto lo que yo.

- Tranquila, lo veré con mis propios ojos en cuanto termine con esto.

- ¿Qué? Sabes perfectamente que si nos pillan nos pueden echar de la universidad y nos pueden joder la vida.

- Tranquila, que nadie se va a dar cuenta porque he hecho dos proyectos idénticos. Uno se quedará aquí, pero otro me lo llevo y lo probaré yo misma.

- ¡¿Estás loca?!

- Calla ya y no seas aguafiestas.


 Terminando con lo que hacía, Julia se guardó en el bolsillo el duplicado del proyecto mirando a todos lados para evitar que nadie la viese y marcharse tranquilamente.


 Justo antes de salir, el robot de siempre la analizó y la dejó salir sin problemas ya que, lo que llevaba en el bolsillo no era el proyecto oficial, sino un duplicado al que no le había puesto el chip de alarma.


 Volviendo a la residencia, Julia se encontró a Logan buscando información en su ordenador para un trabajo.

- Logan, no te vas a creer lo que traigo.

- ¿El qué?-preguntó él mientras que Julia cerraba la puerta-.

- La primera máquina del tiempo portátil.


 Mirándola seriamente, Logan no se lo creyó.

- Julia, ¿te crees que soy idiota?

- No, te estoy diciendo la verdad. El proyecto secreto en el que trabajaba era esto.

- ¿Me estás diciendo que todos estos meses has estado trabajando en un proyecto secreto creando una máquina del tiempo?

- No, ya estaba creada. Lo hizo un estudiante como nosotros hace muchos años. Lo curioso es que lo descubrió de casualidad y la lió parda, pero ahora lo que querían era modificarla de tal forma que fuese lo más pequeña posible y, con el trabajo de todo el equipo hemos conseguido reducirla a una especie de pulsera.


 Sacando una pulsera rara de su bolsillo, Julia se la enseñó a Logan mientras le decía algo.

- Esta máquina es un duplicado que he hecho a escondidas de mis profesores para poder traerla aquí y dártela.

- ¿Dármela a mí? ¿Por qué?

- Nene, cuántas veces me has dicho que te encantaría que tus padres estuvieran juntos, ¿eh? O poder conocer a tus abuelos, evitar su muerte… Cosas imposibles que ahora podrían cambiarse. Logan, ¡puedes solucionar las cosas!


 Colocándosela en la muñeca, Julia le explicó el funcionamiento de la pulsera y lo que debía hacer para no ser descubierto ni levantar sospechas.

- Por defecto, la máquina busca un lugar apartado dentro de la localización que le proporciones así que, para volver, hazlo desde ese mismo sitio o uno donde no puedan verte y pulsa el botón de retroceso. Para mí apenas habrá pasado un micro-segundo, pero tú habrás vivido miles de experiencias. ¿Estás preparado?

- Creo que sí, pero estoy nervioso,-dijo Logan-. ¿Dices que tu compañera lo ha probado?

- Sí, y ha flipado en colores, así que adelante. Sé que te hará más ilusión que a mí hacer este viaje…

- Gracias cariño, te quiero mucho.

- Y yo a ti.


 Sintiendo una fuerte punzada en el estómago, lo siguiente que pudo experimentar Logan fue la misma sensación de cuando estás cayendo desde muy alto y, tras eso, todo se volvió blanco hasta que unas formas comenzaron a crearse y, de repente, ya estaba en el sitio que había dicho… La antigua casa de sus abuelos.


 Acercándose y mirando por la ventana, vio que las luces estaban apagadas.

- Dios, está la casa exactamente igual que me contó mi padre… Qué fuerte. Verás cuando se lo cuente a Julia.


 Si sus abuelos, ni su padre o su tío estaban en casa, eso significaba que tendrían que estar en el parque infantil así que, si el barrio no había cambiado mucho desde entonces, creía saber dónde podrían estar.


 Estando aún bastante lejos del parque, Logan se paró al verlos a todos. Allí estaban sus abuelos, felices y tranquilos charlando animadamente sin saber que iban a ser asesinados esa misma noche… Mirando a su padre y a su tío, Logan comenzó a reír al verlos tan pequeños.


 En la mesa, el tema de conversación era bastante complicado.

- ¿Y no le puedes volver a pedir ayuda a Mehmet?-decía Martina-.

- No cariño, ya te he dicho que tiene un trabajo nuevo y no voy a pedirle que se la juegue por mí. Demasiado hizo ya prestándome dinero para pagarle a ese hijo de puta de Ralph. Lo que él no sabe es que me pedirían 150% de intereses… Maldita la hora en la que compré esta puta casa.


 Logan no podía con la curiosidad y decidió acercarse más justo cuando su abuelo Rashid lo miró seriamente.

- Coño, ¿ese chico no se parece a ti?-le dijo a Martina-.

- ¿Quien?

- El pelirrojo ese. No sé, pero me ha recordado a ti nada más verlo. ¿Te imaginas que tienes un hermano perdido por ahí?

- Ay Rashid, no digas tonterías.

- Chico, perdona,-dijo Rashid llamando a Logan-. ¿Puedo hacerte una pregunta?


 Logan no cabía en sí del asombro mientras se acercaba hacia la mesa y miraba de vez en cuando hacia su padre y su tío.

- ¿Eres nuevo en el barrio? No te había visto antes,-dijo Rashid-.

- Oh no, todavía no, pero estaba mirando casas por la zona y estaba echando un vistazo. ¿Vosotros sois de por aquí?


 Acercándose más a la mesa, Rashid le invitó a sentarse a su lado justo cuando vio a su abuela Martina de frente. Tras saludarla, Logan se quedó embobado mirándola y dándose cuenta de lo que tantas y tantas veces le había repetido su padre sobre el gran parecido que guardaba con su abuela.


 Logan no podía creer lo que estaba viviendo… Estaba sentado alrededor de una mesa con sus abuelos, quienes eran sólo siete años mayor que él en ese momento. Qué maravilloso invento era la máquina del tiempo.


 Rashid comenzó a aconsejarle a Logan sobre que no comprase una casa en esa zona si no tenía el dinero suficiente.

- Me llamo Rashid, encantado de conocerte y ella es mi mujer, Martina, y la madre de esos dos niños de ahí detrás.

- Yo soy Logan, un placer conoceros.

- Pues lo que te iba diciendo Logan, que si no tienes los ahorros para poder pagar una casa al contado, mejor que te busques otra más barata. Yo pedí un crédito y estoy asfixiado con los pagos… Pero pagaré hasta el último centavo aunque mi vida dependa de ello.


 Coño, parecía que su abuelo se intuía cómo sería su final. Luego, mirando a su abuela, Logan se dirigió a ella.

- ¿Estás bien Martina?

- Sí, lo que pasa es que estoy agotada y mis hijos no ayudan demasiado.

- Ah, pues son muy monos.

- No te dejes llevar por las apariencias, tras esa cara angelical no paran de liarla en casa.

- Son gemelos, ¿no?

- Sí, como dos gotitas de agua vaya.


 Tras un rato más de charla, Rashid miró la hora y avisó de que tenían que irse porque él tenía que trabajar esa noche.

- Ha sido un placer charlar contigo Logan,-dijo Martina-. ¿Volveremos a vernos?

- Quién sabe… Que tengan una buena tarde.


 Adelantándose a sus abuelos, Logan se marchó hasta el sitio donde había aparecido tal y como le había dicho Julia antes. Pulsando el botón de retorno, Logan comenzó a experimentar los mismos síntomas que cuando apareció allí. Poco después, se esfumó volviendo a su tiempo…


 Mientras volvían a casa, Martina y Rashid iban comentando la charla con Logan.

- Qué chico tan simpático,-dijo Rashid-.

- Sí, la verdad es que parece muy educado, seguro que sus padres están muy orgullosos de él. Ojalá nuestros hijos fueran igual que él.

- Lo serán, porque los cuidaremos y enseñaremos de la mejor forma posible, como la familia que somos,-dijo Rashid justo cuando Martina recibió un mensaje de Mehmet avisándola de que estaba listo para ir a su casa esa noche-.


 De vuelta en el presente, Julia se sorprendió al ver cómo Logan se materializaba delante de ella.

- Joder, qué susto me has dado. ¿Ya has vuelto?

- Sí, y no sabes lo feliz que estoy.

- ¿Has podido ver a tus abuelos?

- Mejor, he charlado con ellos y son súper simpáticos. Fíjate como eran, que sin conocerme de nada, mi abuelo ha comenzado a aconsejarme que no pida ningún préstamo porque está ahogado y… ¡Un momento! ¿Con esta máquina podemos viajar los dos?

- No lo sé, nunca lo hemos intentado…

- ¿Y a qué esperamos a probarlo? Esta vez vendrás tú conmigo porque necesito tu ayuda en algo.

- ¿El qué?

- Vamos a evitar que mis abuelos mueran.


CONTINUARÁ…


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