-
Bien, veo que a usted no voy a engañarle así que le diré la
verdad: Me llamo Terrance Willingam y estoy completamente arruinado.
Me quitaron mi empresa, el dinero que tenía y me echaron a patadas
de la casa de mi novia y he estado mendigando por las calles,
pidiendo favores, metiéndome en peleas… Así conocí a Borja.
-
¿Se te daban bien las peleas?
-
Sí, no sé… Lo normal, ¿por qué?
Acercándose más aún a mí, Rubén me ofreció algo que no me
esperaba.
-
Tengo algo mejor para ti… Me ha gustado tu sinceridad chico y he
sentido tu desesperación y eso es genial.
-
¿Por qué es tan bueno?-pregunté sin saber a dónde quería
llegar-.
- Es
genial porque un tío que está desesperado es capaz de hacer
cualquier cosa y a ti no te voy a poner a vender droga, eso sería
infravalorar tus capacidades. Por eso vas a ser quien se encargue de…
cobrar y advertir a la gente que no quiera darme el dinero que me
debe.
Rubén mantenía una gran sonrisa en su cara y yo era capaz de sentir
su entusiasmo.
-
¿Qué me dices? ¿Estarías dispuesto a partir un par de piernas por
la causa? Sólo si es necesario… claro. Y te pagaría muy bien,
mucho más que vendiendo droga por las sucias calles. ¿Te unes a mi
equipo?
Siguiéndole el rollo, acepté y fingí el mismo entusiasmo que Rubén
tenía en ese momento.
-
¡Sí! Ya tengo ganas de partir un par de piernas, que hace mucho que
no me peleo con nadie y tengo ganas. ¿Cuándo empiezo?
-
Hoy mismo si quieres. Tengo entre ceja y ceja al niñato que me
arruinó el negocio hace tiempo y no pienso esperar más. Quiero que
lo mates, que lo cortes en pedazos y me traigas su cabeza después de
desperdigar su cuerpo por diferentes puntos de la ciudad. Ah, y no lo
desmiembres cuando esté muerto… Ya me entiendes. Hazle sufrir. Se
llama Enrique de la Salle. Siempre lo recordaré.
-
Genial señor. Se hará como diga.
- Tú
puedes llamarme Rubén,-me dijo levantándose y ofreciéndome su
mano-.
Correspondiendo a su gesto, ambos estrechamos nuestras manos y Rubén
se sorprendió por el apretón de manos tan fuerte que di.
-
Vaya, que fuerza tienes. No me quiero ni imaginar las palizas que
tienes que dar…
-
Bueno, eso es fácil de comprobar.
Y sin previo aviso, le pegué un fuerte puñetazo a Rubén en la
nariz, provocándole que comenzase a sangrar bastante.
-
¡Esto es genial!-grité-.
Escuchando mi grito y frase clave, Borja supo que era el momento de
comenzar con su parte del plan.
-
¿Qué ha sido eso?-preguntó Adrián-.
-
Tranquilo,-dijo Borja-. Pronto lo averiguarás por ti mismo…
Sacando un cuchillo que tenía guardado, Borja se lo clavó en el
estómago a su proveedor principal de droga. Sabía que aceptando mi
plan, no habría vuelta atrás, pero mi amigo estaba cansado de esa
vida y no veía mejor forma de salir de ahí que con mi plan.
Retorciéndole el cuchillo, Borja le dijo unas últimas palabras a
Adrián.
-
Lástima que confiarais en mí y no me hayáis cacheado… ¡Lo
siento!
Arriba, la serie de golpes que estaba dándole a Rubén provocó que
Ángel entrase en el despacho y me increpara.
-
¡Déjalo! ¡Atrás ahora mismo o te mato!-me amenazó Ángel-.
Abajo, Borja había acabado con la vida de Adrián y le “tomó
prestado” un par de cosas.
-
Estoy seguro de que esto no te va a hacer falta…
En el despacho, Ángel sacó un par de pistolas justo cuando coloqué
a Rubén delante mía, quien estaba medio inconsciente a causa de mis
puñetazos.
- Si
me disparas matarás a Rubén. No te conviene dispararme Ángel… Sé
bueno y tira las pistolas, anda.
-
Suelta al jefe y yo soltaré las armas.
-
¿Te crees que soy imbécil y que no sé que me dispararás cuando lo
suelte? ¿Y tú eres el científico?
Lo que ninguno de ellos se esperaba era a Borja con las pistolas de
Adrián entrando en el despacho y apuntando a Ángel.
- Yo
que tú le hacía caso a mi amigo Terry,-dijo Borja-. Ángel, no me
seas estúpido.
-
¡Ángel dispara!-logró decir Rubén-.
Empujando a Rubén hacia delante, salí corriendo hacia la puerta que
daba al balcón mientras que Rubén disparaba a la misma vez que
Borja. Las balas comenzaron a cruzarse por todos lados y no sabía a
ciencia cierta qué ocurría hasta que sentí cómo una de ellas me
daba y cómo la sangre comenzaba a brotar.
Tras unos breves segundos, que se nos hicieron eternos, Borja vio
cómo Ángel había matado a Rubén justo cuando yo me estaba
escapando y, a su vez, mi gran amigo mató a Ángel con las pistolas
de Adrián. Todo como habíamos planificado juntos…
Lo mejor era que el negocio de la droga en nuestra ciudad se había
acabado por fin. Ese tal Rubén me sonaba bastante y no fue hasta
tiempo después, cuando la policía descubrió la escena del crimen,
que recordé que ese hombre había estado implicado en el caso
Yamamoto y se había escapado tras la muerte del famoso empresario
Katashi, quien había tenido retenidas a seis chicas en contra de su
voluntad y las había obligado a prostituirse.
Saliendo al balcón, Borja fue a buscarme para saber si estaba bien
cuando me vio con la cara ensangrentada.
-
¿Estás bien Terry?
-
Sí, no te preocupes. Sólo fue una bala que me rozó la oreja
izquierda y he comenzado a sangrar, pero nada que no se pueda curar.
-
Menos mal tío. Estaba preocupado por ti.
- Lo
peor ya ha pasado… Así que es hora de que terminemos lo que hemos
empezado.
Limpiando nuestras huellas de aquel lugar, le colocamos
estratégicamente el cuchillo a Adrián simulando un suicidio. Si
todo salía bien, la policía pensaría que una pelea entre ellos se
les fue de las manos y que todos acabaron matándose unos a otros.
Además, en cuanto los militares se enterasen de la muerte de Adrián,
taparían todo el caso para que no se hiciese eco públicamente y,
con eso, Borja y yo estaríamos a salvo.
Bajando
al sótano, recogimos todo el dinero que encontramos y prendimos
fuego a la droga y los químicos que habían allí, provocando
diversas explosiones que aumentaron la furia de las llamas.
Saliendo de allí, Borja y yo nos dirigimos a la casa de éste para
ducharnos y cambiarnos de ropa, ya que estábamos llenos de sangre y
teníamos que deshacernos de esa ropa lo más pronto posible.
- Yo
ya estoy listo,-dijo Borja-. ¿Cómo vas tú con esa oreja?
-
Bien, ya ha parado de sangrar.
-
Genial, pues pasa y dúchate.
Entrando en el baño, me desvestí y comencé a ducharme mientras
pensaba en que mi plan había salido bien y que al fin todo el tema
de la droga se había acabado. Yo obviamente que seguía teniendo
ganas de consumir, pero también sabía que la droga sólo me traería
ruina y que no me podía permitir volver a recaer. Si algún día en
un futuro mis hijas me buscaban, quería que se dieran cuenta de que
yo no era tan malo como sus madres les habían dicho. Se lo merecían.
Saliendo de allí, me encontré con una expresión muy seria de
Borja.
-
¿Listo?-me preguntó-.
-
Listo. ¿Todo bien?
Borja miró un momento al suelo y luego a mis ojos antes de hablar.
- Me
voy Terry. Necesito irme de aquí y comenzar de nuevo donde nadie me
conozca y olvidarme de que todo esto ha pasado. Cogeré mi parte del
dinero y me alquilaré una casita, buscaré trabajo de camarero,
repartidor… De lo que me salga. Y tendré una vida normal tío,
paso de esto.
-
Borja, te mereces esa vida que quieres y sueñas. Te voy a echar de
menos tío.
- Y
yo… Espero que dentro de un tiempo nos volvamos a ver en otras
mejores condiciones.
Borja y yo nos despedimos y me quedé viéndolo marchar mientras que
yo pensaba en lo que hacer con mi vida. En principio sería
desintoxicarme con la ayuda de Igashu y su equipo y luego ya vería…
Con el tiempo logré superar mi adicción y volver a ser el hombre
que era. No, dicho de otra forma, me convertí en el hombre que
siempre debí ser. Con el dinero que tenía me alquilé una casa en
un edificio en una pequeña ciudad a las afueras de donde había
estado siempre.
No era gran cosa pero yo estaba encantado, ya que volvía a tener
algo de normalidad en mi vida después de que ese último año
hubiera sido problema tras problema.
Durante mucho tiempo estuve pensando qué hacer con mi vida y a qué
dedicarme y recordé las fiestas que me pegaba y lo que me gustaba
bailar la música que ponía el DJ de turno así que, ¿por qué no
me convertía yo en uno y creaba mi propia música?
Comprando el equipo necesario, comencé a trastearlo a la vez que
miraba tutoriales en internet y aprendía poco a poco hasta que
supiese lo suficiente como para crear mi propio estilo.
Pero eso no era todo, sino que tenía otro plan por si el de la
música no funcionaba y era el de coctelero. Bares y lugares donde
sentarse a tomar algo habría siempre, así que sería una solución
en el caso de que no me fuese bien siendo DJ.
En la otra punta de la ciudad, Mia observaba a mis hijas balbucear
entre ellas con la típica lengua de un niño que comienza a querer
hablar, mientras que pensaba en lo rápido que habían crecido. Al
llevarse tan poco tiempo Nicole con Ramsah, parecían más mellizas
que hermanas de diferente madre.
Entrando en la habitación, Felisa le comunicó una noticia a Mia.
-
Tengo buenas noticias Mia.
-
¿Es sobre Terrance?
-
Sí, lo hemos encontrado. Después de un año buscando hemos dado con
él, por fin…
CONTINUARÁ…
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