CAPÍTULO 38
Naim miraba a Eva. Estaba
muy cambiada, pero seguía manteniendo esa misma cara de ángel.
Eva seguía mirándolo sin
moverse del sitio. El comenzó a sonreír haciendo que ella se removiera en su
asiento.
Finalmente ella se
levantó. Estaba tan seria que Naim comenzó a preguntarse si estaría enfadado
con él o algo parecido. ¿Por qué estaba tan seria Eva?
Toda la habitación
permanecía en silencio. Bianca estaba atenta a la escena. Eva se acercaba lenta
y peligrosamente a Naim…
Eva alzó sus brazos y los
puso por encima de los hombros de Naim abrazándolo con fuerza. No se acababa de
creer que estuviera vivo después de todos esos años.
Ambos se separaron y ella
se quedó mirándolo como si estuviera en un sueño. Todavía no había aterrizado
la pobre.
-
Naim, si esto es
un sueño no me despiertes.
-
No es ningún
sueño, es la verdad. Estoy aquí.
-
¿Pero dónde coño
te has metido?
-
Es muuuuuy largo
de contar.
-
Resúmemelo.
Naim sonrió pensando en
cómo resumírselo.
-
Vale, te lo cuento
mientras vamos de camino a mi casa, ¿de acuerdo?
-
¿Tu casa? ¿No se
había quemado?
-
Anda, ven conmigo…
Vamos Bianca.
Unos minutos después,
Naim entró en casa y se encontró con una inesperada visita.
-
Scott, ¿tenemos
visita?
-
Sí. A ver si
adivinas quién es…
Aquel anciano no era otro
que…
-
¿Comisario?
-
Ex-comisario Heiss
para servirte Naim. Qué gusto volver a verte después de tanto tiempo.
Los años habían arrasado
con el comisario, que estaba muy avejentado y algo encorvado. El bastón
sujetaba su debilitado cuerpo y que, con bastantes arrugas sonreía a Naim.
Naim se acercó con una
inmensa sonrisa en la cara. Su alegría era tremenda porque creía que no lo iba
a volver a ver nunca más.
Últimamente Naim no
paraba de dar abrazos y el que se dio con el ex-comisario no iba a ser menos.
-
Cuando Scott me
llamó y me contó todo lo que estaba pasando casi me da un infarto. Naim, creía
que te había perdido para siempre. ¿Sabes? Hay algo que nunca te dije y no me
lo he perdonado desde entonces.
-
Dígame.
-
Para mí, eres como
un hijo…
-
¿De verdad? Esas
palabras me llenan de orgullo. Que un hombre como usted me diga eso es un
honor. Yo le admiro mucho, siempre lo he hecho.
Mientras tanto, Bianca
hablaba con Eva.
-
Eva, ¿te vas a
lanzar?
-
¿Lanzarme? ¿De qué
hablas?
-
No te hagas la
tonta, que las dos sabemos que te gustaba Naim antes de que pasara nada.
-
Shhh cállate que
te va a escuchar.
-
¿Le vas a decir
algo o no?
-
Bianca, estoy
conociendo a un chico que por ahora me gusta. Además, que eso pasó hace ya
muchos años.
Bianca insistía.
-
Nunca es tarde Eva.
Los dos estáis solteros ahora.
-
Yo en realidad no.
Estoy conociendo a un chico, ya te lo he dicho.
-
Anda, déjate de
tonterías que tú veías a Naim y te temblaban las piernas.
-
¿Te quieres
callar? Eso fue en el pasado, ahora no siento eso…
-
Espérate que me ría
nena. Si lo has mirado que por poco te lo comes.
Scott miraba a Heiss y a
Naim cuando se le ocurrió una idea.
-
Naim, ¿tienes algo
en la nevera?
-
Sí, ¿queréis que
os prepare unos tentempiés?
-
No estaría
mal,-contestó Heiss-.
-
Bien, enseguida
vuelvo.
A todo esto, Eva daba por
zanjada la conversación con Bianca.
-
Voy al baño. Ahora
vengo.
-
Vale, no hay
prisa.
Apenas 10 minutos
después…
-
Gente, ya he
preparado… ¿Chicos? ¿Dónde estáis? ¡Niñas! Jessica, Brenda, ¿estáis ahí? ¿Dónde
está todo el mundo?
De repente entró en el
salón Eva.
-
¿Qué pasa? ¿Y la
gente?-preguntó ella-.
-
Eso me gustaría
saber a mí…
-
¿Se han largado
todos?
-
Eso parece…
-
Vaya
mierda,-susurró Eva-.
Pero Naim tenía el oído
muy fino y la escuchó.
-
¿Qué te pasa? ¿Te
molesta estar conmigo?
-
No es eso. Son
cosas mías, déjalo. ¿Tampoco están las niñas?
-
A mí no me
contestan. Voy a ver.
Naim fue a la habitación
pero allí tampoco había nadie. Ni rastro de Scott, Bianca, Heiss o las niñas…
Ambos se sentaron en el
sofá pero estaban totalmente en silencio.
-
¿Y si les ha
pasado algo Eva?
-
Naim, ¿te crees
que es mucha casualidad que desaparezcan todos menos nosotros dos? Piénsalo.
-
Puede ser, pero…
No estoy seguro. ¿Tú crees?
-
Totalmente.
Eva estaba un poco
enfadada. Eso que habían hecho era una encerrona en toda regla. ¿Creían que así
iban a conseguir algo? Estaban perdiendo el tiempo.
Naim miró a Eva que
estaba absorta en su mundo y decidió hablar.
-
Bueno, cuéntame
algo de tu vida.
-
No ha cambiado
mucho en realidad. Como sabes, me acabo de mudar a una casa que es de la
familia de un buen amigo mío y me la ha dejado más barata por ser amiga suya.
Después sigo trabajando en la comisaría y poco más.
-
Ya por fin estás
en tu propia casa como querías. Mucho mejor para ti.
Eva afirmó sin pensarlo.
-
Y que lo digas.
Que si no pongas la música tan alta, que esa canción es una mierda, que cómo
sales así vestida, que quién era ese chico, que vaya horas de llegar, que si
esto y aquello…
-
Dios mío, no
entiendo cómo has aguantado tanto.
-
Pues teniendo
muchísima paciencia, te lo puedo asegurar. A ver, los quiero mucho, pero no
puedo seguir viviendo con ellos teniendo ese carácter…
-
Me imagino la cara
que pusieron cuando te vieron salir con chicos y tal.
Eva se extrañó con esa
media pregunta de Naim.
-
Sí bueno, mi padre
no veas cómo se ponía… Aunque yo apenas he salido con chicos.
-
Venga hombre, ¿a
quién vas a engañar? Si seguro que traes locos a todos.
-
Cómo se nota que
no has estado por aquí. No he salido con nadie.
-
Eso quiere decir
que estás soltera, ¿no?
-
No he dicho eso.
He dicho que no he salido con nadie refiriéndome a novios, pero salir con
amigos y eso sí.
-
Ah vale. Entonces
sales por ahí con gente.
-
Más o menos. Ayer
salí con un amigo a tomar un café por la tarde y eso.
-
¡Qué bien! Esos
son los mejores planes.
Eva se acababa de
contradecir ella misma. Primero que no salía con nadie y luego que había
quedado con un chico, ¿en qué quedaba? ¿A qué estaba jugando Eva?
A los pocos minutos Eva
dijo que se tenía que marchar. Seguía con su casa sin recoger y quería terminar
con la mudanza lo más pronto posible.
-
Me ha encantado
volver a verte después de tanto tiempo Naim. Se te echaba en falta.
-
Eh, ¿a dónde te
crees que vas?
-
Pues a mi casa…
-
No, vas a ir a mi
coche y luego a tu casa.
-
¿Otra vez con lo
mismo?
-
Sí, insisto.
Finalmente Eva aceptó
para dejar de escuchar a Naim, entonces este la dejó en la puerta de su casa y
se marchó de vuelta a la suya.
Al volver, la casa seguía
vacía, así que para cerciorarse le mandó un WhatsApp a Scott.
-
Ey, ¿te has
llevado a Jessica?
-
Sí, hoy se queda a
dormir aquí. Disfruta de la compañía…
-
Serás… jajaja.
Pues para que sepas, la acabo de dejar en su casa.
-
¿Y bien?
-
¿Qué quieres que
pase? Es el primer día, además, está conociendo a uno.
-
Tú sigue tirándole
la caña, que esa cae en tus redes.
Naim se comenzó a reír.
-
Scott, estamos
hablando de Eva, no de un salmón.
-
Jajaja, bueno, tú
ya me has entendido. Hasta mañana guaperas. Bienvenido a casa de nuevo.
-
Gracias de verdad.
Hasta mañana.
¿Acabarán Eva y Naim juntos como
Bianca y Scott quieren?
CONTINUARÁ…
No hay comentarios:
Publicar un comentario