CAPÍTULO 34
Tim se abrazó a Ashley a
modo de despedida.
-
Ashley, me acaba
de llamar mi madre, que su tía abuela Celine acaba de fallecer y tengo que ir
al entierro. Va a ser esta tarde.
-
Oh, lo siento
mucho.
-
Gracias pero yo no
la llegué a conocer.
Naim se acercó a ellos.
-
Perdón por
interrumpiros.
-
¿Qué quieres?-dijo
Tim-.
-
¿Has dicho Celine?
-
Sí, ¿por?
Naim siguió hablando.
-
Es que has dicho
la tía abuela de tu madre y resulta que mi madre tenía una tía abuela que se
llama igual.
-
Será coincidencia.
-
¿Y si no lo es? Tal
vez seamos parientes lejanos o algo así.
Tim cambió su expresión.
-
Uy, qué ilusión me
hace…-dijo irónicamente-.
-
Oye, pues puede
ser. Los dos somos rubios, los ojos claros…
-
Que sí, que sí.
Somos parientes entonces. ¿Puedo seguir hablando con mi novia?
-
Sí… Perdone usted.
Un rato más tarde, Naim
volvió al salón y se encontró a Ashley algo triste, cabizbaja y pensativa.
-
¿Qué te pasa a ti?
-
Ah, a mi nada.
-
Sí claro. Venga,
cuéntamelo.
-
Es que… no quiero
contarle a nadie mis penas. Soy muy negativa y no quiero deprimir a nadie.
Naim se acercó y la
abrazó sonriendo, así le demostraba su amistad y confianza.
-
Puedes confiar en
mí Ashley. Te lo he estado demostrando a lo largo de un año.
-
Lo sé pero… son
cosas de pareja y no le interesa a nadie.
-
A mí me interesa.
Soy tu amigo y lo que te afecte a ti me preocupa.
Ashley se separó y
comenzó a hablar despacio, le costaba arrancar las palabras de su boca.
-
Bueno… Resulta que
llevamos una época donde no paramos de pelearnos por todo, sea un comentario,
una mirada, una charla con otra persona… Se pone celoso en seguida y comienza a
soltar frases de las suyas que, de verdad, se pone odioso.
-
En eso te doy la
razón. Con el trato de las demás personas es… algo frío y distante, o por lo
menos conmigo.
-
A ti es que te
tiene entre ceja y ceja. No debería decirte esto pero bueno…
Naim se sorprendió al
escuchar el comentario de su amiga. ¿Por qué motivo tenía esa fijación con él?
-
¿Te ha dicho por
qué me tiene enfilado?
-
Bueno, dice que es
porque le tienes envidia, que como quieres estar conmigo, que no paras de
mirarme, que le copias en el peinado, en la forma de vestir…
-
Anda por favor,
llevo el pelo largo desde hace tres años y por esa época ni lo conocía y por la
forma de vestir, ¿qué quieres que me ponga? Si los dos nos vestimos con
pantalones y sudaderas no es mi culpa. No me voy a poner una falda para que no
se crea que le estoy imitando.
-
Déjalo, son sus
paranoias. Es tan celoso que me llega a asustar.
-
¿Asustar? ¿A qué
te refieres?
Ashley torció la boca y
cambió su expresión radicalmente.
-
Cómo explicártelo…
Muchas veces lo he oído decir que como me volvieras a mirar de no sé qué forma
que te iba a plantar cara. Que no es violento pero que cuando lo buscan lo
encuentran… En fin, habla mucho pero no hace nada luego. A la vista está.
-
Ya se sabe, perro
ladrador, poco mordedor.
-
Cómo lo sabes.
Se hizo un silencio en la
sala. Ashley comenzó a mirar a otros lados pensativa. Naim, levantándole la
cara, la miró a los ojos.
-
¿En qué piensas?
-
Es que… uf… Creo
que le voy a pedir un tiempo. No puedo seguir con esta relación tan enfermiza.
O se relaja o me voy a buscar a otro que sea más normal. Está loco.
-
¿Tan chiflado
está?
-
No, a ver. Es un
buen chico, me cuida mucho y es atento, pero tiene un defecto, bueno, un par de
defectos muy gordos, que es inseguridad en sí mismo que conlleva celos
enfermizos, porque no se fía de que él pueda mantener a una chica a su lado. Lo
malo es que si sigue así, esos miedos se harán realidad y nunca llegará a estar
con nadie.
Naim la miraba con
comprensión, poniéndose en la piel de ella y notaba cómo se sentía
perfectamente.
-
Te comprendo. Si
yo estuviera en tu situación no aguantaría. Yo pienso que una relación se basa
en la confianza mutua, en el fiarte de tu pareja. Yo lo que creo es que si
estás saliendo con alguien, vas a estar con ese alguien y no con las demás
personas, porque para eso te quedas soltero y tienes la libertad de hacer lo
que te plazca sin tener que dar explicaciones a nadie.
-
Ay Naim, qué razón
tienes. Ojalá todos los hombres fueran como tú.
Naim sonrió pícaro y le
cogió una de las manos suavemente acariciándosela.
-
Te recuerdo que
estoy soltero… Todavía nadie ha descubierto el cofre del tesoro.
-
La chica que acabe
contigo se va a llevar un pedazo de pan. Eres genial Naim. No me arrepiento
absolutamente nada de ser tu amiga, aunque eso me haya costado alguna bronca
con Tim, pero total, le voy a dejar. Gano un gran amigo.
Naim entonces procedió a
cogerle las dos manos a Ashley y le dijo algo susurrando cerca de su oído.
-
Yo también me
llevo una gran amiga, maldita sea.
-
¡¿SE PUEDE SABER
QUÉ COÑO ESTÁIS HACIENDO?!-se escuchó una fuerte voz que venía del principio
del salón-.
Ashley y Naim se
separaron al instante y Tim vino rápidamente hacia Naim al que le propició un
fuerte guantazo sin pensárselo ni siquiera un solo segundo.
Naim se tocó la cara
caliente por el guantazo y miró a Tim con ojos de odio.
-
Te vas a acordar
de esto,-dijo resentido Naim-.
Justo en el momento que
Tim iba a contestar, Naim le empujó y le dio otro guantazo más fuerte aún si
cabe. La batalla acababa de comenzar…
Ashley miraba la escena
desde fuera y por mucho que intentara pararlos a los dos, era completamente
imposible. Las bestias que guardaban en su interior se habían desatado.
-
Chicos, parad.
¡Naim para por favor!
-
Ashley, no te
metas en esto por favor. Será mejor que te vayas de la habitación.
-
No pienso
marcharme de aquí hasta que paréis.
-
¡Calla coño!-gritó
Tim fuera de sus casillas-.
-
¡¡SCOTT!!-gritó
fuerte Ashley-.
Scott apareció a los
pocos segundos por el salón.
-
¿Qué pasa?-dijo
asustado, pero al ver a Naim y Tim en esas posiciones, se extrañó-. ¿Qué coño
está pasando aquí?
-
Llegó el otro
subnormal,-comentó en voz baja Tim, pero lo suficientemente fuerte como para
que Naim se percatara del comentario-.
-
¿Qué has dicho?
Scott no es ningún subnormal. Así que con mi amigo cuidadito lo que dices, ¿te
enteras?
-
Ya salió el novio
en defensa.
-
¿Qué hablas de
novio? Para que lo sepas, Scott es una persona espectacular y trata a Bianca como
tú nunca sabrás tratar a una mujer aunque pasen 100 años.
Tim montó en cólera y se
abalanzó sobre Naim que, algo inmóvil al principio, supo desenvolverse rápido y
coger las riendas de la pelea.
Scott se acercó y comenzó
a reírse de las caras de sufrimiento que ponía Tim. En esa situación no debería
reírse pero, había que ver la situación de Tim boca abajo con Naim sentado en
su cintura y cogiéndole con fuerza los brazos tirándole hacia atrás.
Y efectivamente así era.
Tim era muy brabucón pero no sabía nada de luchar, cosa que Naim dominaba
perfectamente…
Naim no sólo iba
diariamente al gimnasio, sino que en su adolescencia había acudido a clases de
Karate y en ese momento se había matriculado también en clases para aprender
cuerpo a cuerpo. Quería ser policía y necesitaba prepararse.
Cuando Naim se cansó, soltó
a Tim que, cansado y con los músculos doloridos de haberlos tenido
completamente estirados bastante tiempo, se rindió. Levantándose lentamente,
pudo ponerse de pie.
Se giró para mirar de
frente a Naim que, ahora estaba cubierto por Scott y por Ashley. Tim la miró
completamente sorprendido y decepcionado.
-
¿Tú también lo
apoyas?
-
Tim, después de lo
que acabo de ver, no quiero volver a ver a un tío tan violento y celoso como
tú. Hemos acabado.
Tim tenía el corazón
hecho pedazos. Su novia lo acababa de dejar y parecía totalmente decidida. ¿Qué
podía hacer? Estaba enamorado y le costaría un mundo olvidarse de ella.
Tim, bajó la cabeza y
comenzó a andar hacia la puerta para irse pero, a medio camino se paró, giró la
cabeza mirando a Ashley, Naim y Scott y siguió su camino.
Naim completamente serio
y enfadado, lo miró con desprecio. No quería volver a verlo nunca más. Después
de eso, no apareció jamás por la universidad y nadie supo nada de él.
Ashley colocó su mano en
el hombro masculino de Naim que giró su cara y sonrió guiñando un ojo. Ella se
mordió el labio y acercándose a los de Naim los besó.
Scott bajó la cabeza y
miró hacia otro lado.
-
Chicos, os
recuerdo que sigo aquí, ¿eh?
Ya en la actualidad,
Scott sonreía satisfecho. Naim había relatado todo lo anterior al detalle.
Pero volviendo a lo que
ahora les preocupaba, Scott comenzó a pensar en un plan. Tenían que tramar algo
en contra de Tim.
-
Ahora que estás de
vuelta Naim, necesitamos hacer algo para poder pillar a Tim y encarcelarlo de
por vida. Lo que estamos haciendo no es legal, yo por lo menos.
-
Es cierto y si yo
de repente desvelo todo puede saltar todo por los aires.
-
Eso no puede
ocurrir. No sabemos lo que pasaría si a Tim le da por descubrir todo nuestro
pastel.
Naim no tenía ni idea de
cómo lo iban a hacer, así que se encogió de hombros.
-
Ahora mismo no se
me ocurre nada. Lo único que estoy pensando es que si viene Tim y no me ve allí
puede mosquearse bastante.
-
Es verdad, tienes
razón. Entonces subamos arriba.
-
Pero antes me
cercioraré de que no haya moros en la costa.
-
De acuerdo.
-
Y en cuanto
entremos en casa, súbete a mi dormitorio. La puerta de la izquierda conforme
subes las escaleras.
¿Pillará
Tim a Scott y Naim?
CONTINUARÁ…
No hay comentarios:
Publicar un comentario