CAPÍTULO 2
Tras las palabras de
Kevin, Eristof cerró los ojos y respiró profundamente.
Separándose de Paulova,
dirigió su paso al encuentro del amigo de Walcott que buscaba venganza.
-
No te metas donde
no te llaman.
-
Tú eres el que me
ha metido en todo esto, así que no me pidas que no me inmiscuya cuando sabes
que no puedo hacer eso.
-
¿Sabes con quién
estás hablando?
Ya comenzaba Eristof a
dárselas de…
-
Mira chaval, calla
esa bocaza que tienes y deja a la chica en paz. Si ella dice no es que no; si
te dice que te largues, lo haces, ¿te queda claro?
-
Perdona que te
diga pero es MI novia. Es MI prometida y con ella…
-
EX
NOVIA,-intervino Paulova interrumpiendo a Eristof-.
-
Tú te callas nena.
-
Cállate tú,
asqueroso-contestó la chica-.
Eristof no pudo aguantar
más la rabia y saltó con Kevin. Se puso a gritarle, a pegarle pequeños
empujones en el hombro mientras que su contrincante mantenía la calma, no movía
ni un solo músculo y permanecía quieto.
Cuando los empujones de
Eristof comenzaron a ser más fuertes y a utilizar las dos manos, Kevin le cogió
de la muñeca en un movimiento seco y que no se esperaba.
-
Te vas a estar
quietecito por tu propio bien…
Paulova, ante la pelea
que se iba a generar, decidió intervenir y cortar el tema de raíz.
-
¡Ya está bien!
Eristof, vámonos a casa de mi padre y allí hablaremos del tema más
calmadamente. Oiga, gracias por todo pero no necesitamos su ayuda.
-
¿Está segura de lo
que hace?
-
Totalmente. Se lo
agradezco de veras pero vuelva con su amigo y pídale perdón de nuestra parte.
Kevin sonrió levemente a
la muchacha justo antes de echarle una mirada de estas que lo dicen todo a
Eristof.
-
Por hoy te has
librado…
Volviendo con su amigo,
cogieron un taxi que los llevó al hospedaje y allí acostó a su amigo en su
habitación. Dirigiéndose a su habitación, pensaba en lo ocurrido…
Unos minutos más tarde,
el mismo Eristof, vestido con unos extraños ropajes, estaba en el aparcamiento
del hospicio seguido de una Paulova que intentaba frenarlo.
-
¡¡KEVIN!!-gritó
fuerte Eristof haciendo resonar todo el lugar-.
El aludido, a punto de
meterse en la cama, se paró en seco cuando escuchó otro grito del exterior.
-
¡YO TE RETO!
Kevin, con un kimono
parecido al de Eristof, salió de su habitación y miró a su contrincante.
-
¿Estás seguro de
lo que quieres hacer?
-
Te voy a machacar
Kevin.
Eristof no paraba de
mover las piernas y los brazos, estaba activo y con ganas de meter una paliza a
Kevin.
Acercándose, Eristof
atacó sin previo aviso, pero Kevin tuvo rápidos reflejos y supo parar el golpe.
¿Por qué una lucha de Kárate? ¿De qué se conocían?
Ambos iban a escuelas de
Kárate en diferentes ciudades y eran las dos mejores escuelas del estado, por
lo que sus enfrentamientos eran siempre muy duros y, a la vez, muy seguidos por
todos.
Kevin era cinturón negro,
era el mejor de la escuela mientras que Eristof era el mejor aspirante de la
suya, pero aún era cinturón naranja y con largo camino que recorrer.
La pelea estaba siendo
dura y los golpes hacia Kevin siempre los esquivaba o los paraba, pero al revés
ya no era así. Eristof se estaba tragando casi cada golpe. En un rápido
movimiento, Kevin proporcionó un puñetazo que hizo sangrar el labio de su
contrincante.
Pero esto no se había
acabado ahí, Eristof todavía tenía bastante cuerda para rato.
Paulova, en su afán por
parar la pelea, no hacía más que gastar saliva tontamente porque ninguno de los
chicos le hacía caso en ese momento.
Finalmente, Eristof
recibió el golpe maestro de Kevin, la llave Fu, una serie de puñetazos en el
pecho seguido de una patada en la mandíbula.
Dicha llave maestra dejó
tumbado a Eristof, tirado en el suelo casi inconsciente…
Kevin miró a su
contrincante, triste por su gran potencial echado a perder por causa de su
bravuconería.
Eristof se dolía de todo
el cuerpo, pero era incapaz de mover ni un solo músculo.
Paulova, completamente
seria, no sabía hacia dónde mirar, lo que hacer ni tampoco lo que decir…
Y dando un paso hacia
delante, abrazó fuerte a Kevin sin parar de darle las gracias.
-
Gracias, gracias y
muchas gracias por librarme de él.
-
No me las des. Te
vi en apuros y él no te estaba respetando. Es lo menos que podía hacer.
-
Gracias de todo
corazón.
Paulova miró satisfecha a
aquel muchacho, feliz de que a Eristof le hubiesen bajado los humos y porque ya
tenía la mejor excusa para romper ese compromiso de conveniencia.
Kevin miraba a esa chica,
seguía impresionante pese a lo poco que quedaba de ese bonito peinado por causa
de la lluvia, de que estaba mojada y no estaba tan arreglada como cuando entró
en la discoteca aquella noche, pero él la seguía viendo preciosa…
CONTINUARÁ…
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