Horas después y habiendo entrado la noche, el señor y la señora
Oporto llegaron a casa cansados, pero también contentos por el
regalo que le traían a su mimado hijo.
-
¿Tú crees que le gustará, Grace?
-
Estoy segura. Me lo ha pedido varias veces y en esta ocasión no se
lo espera.
Abriendo la puerta, se encontraron a Marc viendo la tele. Tras haber
despedido a todos de su casa, el joven rico se preparó una cena
ligera y comenzó a ver una película antigua de terror.
-
¡Buenas noches hijo!-saludaron los progenitores al unísono-.
Dejando de ver la película al instante, Marc se levantó y abrazó a
su padre con fuerza.
-
¿Cómo estás, campeón?-quiso saber John-.
-
Genial papá, ¿y vosotros? ¿Han ido las cosas bien?
-
Sí, no te preocupes.
Y, haciendo lo mismo, abrazó a su madre tras separarse de su padre.
-
Estás muy guapa, mamá. Os he echado de menos.
-
Ay, muchísimas gracias hijo. Nosotros también te hemos echado en
falta… Ojalá puedas venir con nosotros la próxima vez.
- Me
gustaría, la verdad.
- Y
como te hemos echado mucho de menos,-intervino su padre-, te hemos
traído un regalo…
-
¿Sí? ¿Dónde está?
-
Sal a la entrada y lo descubrirás.
Sin esperar un sólo instante, Marc corrió hacia la puerta y al
abrirla, pudo descubrir un nuevo equipo de música de último modelo.
¡Y justo el que él quería!
Sin caber en sí de alegría, Marc entró en la casa para agradecer y
abrazar a sus padres de nuevo. Tras hacerlo, su padre se ofreció
para ayudar a su hijo a instalarlo en su cuarto y, de esa forma,
pasar tiempo juntos.
Al cabo de media hora, ya habían subido e instalado el equipo junto
a la puerta de entrada.
-
Recuerda no poner la música demasiado alta cuando estemos nosotros,
sobre todo si estamos durmiendo, ¿vale Marc?
-
Sí, tranquilo papá. Sé cuidarme solo.
- Te
estás convirtiendo en un hombre y no lo estoy disfrutando como me
gustaría…
Sonriendo levemente, Marc miró a su padre algo extrañado tras
escuchar esa confesión, ya que no era normal en él.
-
Papá, sé que lo que haces por mí es lo mejor y mamá también. No
puedo estar más agradecido.
Dándose un abrazo, John se fue del cuarto para dejar a Marc
descansar. Estaba satisfecho por cómo se estaba portando su hijo, al
menos de lo que sabía…
Llegando al dormitorio, una sexy y coqueta Grace estaba esperándolo
frente a la cama.
-
Buenas noches caballero,-saludó su mujer sensualmente-.
-
Grace… Venimos cansados del viaje ¿y tú tienes ganas de hacer el
amor?
-
Bueno, entonces estas de aquí no tendrán diversión,-dijo Grace
sacándose sus pechos por un momento-.
Al verlas, firmes y torneadas pese al paso de los años, John
desistió y besó pasionalmente a su esposa, envolviéndola en sus
brazos.
A la mañana siguiente y tras un reparador descanso, Grace vio salir
a su hijo hacia el instituto desde el balcón del segundo piso
mientras que una intensa preocupación le rondaba su cabeza.
Había visto que las acciones de su empresa habían bajado más del
1% tras no haber cerrado el trato con unos grandes acreedores ese
pasado fin de semana y dicho desplome le provocaba bastante temor e
incertidumbre por el futuro de su familia.
Bajando a la cocina, donde se encontraba John desayunando un tazón
de cereales, Grace le comunicó sus preocupaciones, causadas por la
noticia de la pequeña caída en las acciones empresariales.
Sin embargo, John se mantenía tranquilo y sosegado.
-
Cariño, la bolsa es muy volátil y al momento puede subir que bajar
precipitadamente, pero no hay que dejar que ese pequeño desplome nos
afecte. Grace, tenemos una empresa famosa y por la que muchos darían
millones, ¿entiendes? Así que no te preocupes por ello.
Pero Grace no estaba de acuerdo y, sacando sus armas embaucadoras,
comenzó a insistir a su marido.
-
No, Grace, no me mires así.
-
¿Mirate cómo?
- De
esa forma, que sabes que cuando te pones así no puedo decirte que
no.
-
John, mi querido Johnny, sabes que lo que te digo es verdad y que sí,
tal vez no debamos preocuparnos demasiado, pero tienes que admitir
que debemos hacer algo para darle un empujón más a esta empresa.
Tras unos breves momentos donde la inquisidora mirada de su esposa no
se desviaba de él, John acabó cediendo.
-
Está bien. Utilizaremos los fondos de rescate para hacer
una reforma en las instalaciones como me dijo Ángela la semana
pasada.
-
¿Lo ves? Estamos haciendo lo correcto.
- Lo
sé cariño.
Horas después y tras salir del instituto, Marc invitó a toda su
pandilla a casa, ya que la tendrían para ellos solos. Eso sí,
Trevor había puesto la condición que lo primero que tendrían que
hacer serían los deberes. Aceptando todos, se dirigieron hacia la
mansión de los Oporto.
Trevor Spelman era también el único hijo y heredero de una famosa
cadena alimenticia en alza que estaba arrasando en todo el condado.
Era uno de los más listos de su clase y nunca había sido visto
acompañado de chicas o de chicos, lo que era extraño en alguien de
17 años. Tal vez sería su aspecto físico algo descuidado, que no
era demasiado atractivo a los ojos o que era muy callado, pero la
cuestión, fuera la que fuese, es que era el más reservado del
grupo.
Llevándolos hacia el comedor, todos sacaron sus libros y comenzaron
a hacer los deberes. En un primer momento, todos se quedaron
pensativos queriendo hacer memoria de lo que había explicado la
profesora hacía unas escasas horas atrás.
Pero Marc no se acordaba de nada y contestaba las preguntas al azar.
Sin darle mucha importancia a lo que estuviera contestando, ya que le
importaba poco. Tenía más en mente la sesión de sexo frustrada con
Megan que su propio curso académico, el cual dependía de un hilo.
Lucía, acordándose de algo gracioso, comenzó a comentarlo en voz
alta y consiguió sacar una sonrisa a Megan, con la que comenzó a
charlar un poco antes de escuchar la petición de silencio de Trevor.
Como he dicho antes, Trevor era el más reservado y no había abierto
la boca en ningún momento. Se había concentrado en hacer los
deberes y no pararía hasta terminarlos.
Eddie no estaba demasiado concentrado, ya que no paraba de recordar
el maravilloso polvo que había echado con Megan la tarde anterior.
Ambos no habían dicho nada, pero Eddie estaba ilusionado con que
podría volver a repetirse así que, valientemente, deslizó su mano
muy despacio hacia el muslo femenino que, al notarla, sonrió
levemente apartándola sin que se notase.
Minutos después y tras terminar los deberes, la propia Megan se
levantó y comenzó a hacerse “selfies” porque, como ella misma
decía, no había presumido en las redes de conjuntito nuevo. Pero la
posterior frase de Eddie fue la que provocó más de una risa,
incluso en la misma Megan.
- No
sé los “likes” que conseguirás en Instagram, pero de lo que
estoy seguro es de que se te va salir una teta.
Yéndose todos hacia el salón, Trevor retó a Eddie a una partida y,
aceptando el desafío, comenzaron a jugar mientras que Lucía, Megan
y Marc los miraban atentos.
Trevor comenzó a llevar ventaja y el orgullo de Eddie empezó a
herirse, poniéndose a jugar más seriamente. Sin embargo, una
carcajada de Lucía los desconcentró por un instante.
-
Mira que sois malos en este juego. Si yo jugase contra vosotros os
metía una paliza.
-
¿Ah sí? Pues coge un mando, lista, que eres tú muy lista,-comentó
Eddie ofreciéndole un mando-.
Comenzando una nueva partida, Lucía empezó a demostrar lo que había
dicho antes y se colocó en segundo lugar, estando Trevor el primero
y Eddie el tercero.
- Os
lo dije, soy muy buena.
- Me
cago en…-dijo entre dientes Eddie-.
-
Ahora voy a por ti, Trevor,-comentó Lucía-.
-
Primero tendrás que pillarme.
Mirando a Megan, Marc le guiñó un ojo y ella, sonriendo, siguió
viendo la partida pero, para su sorpresa, Marc comenzó a hablar.
-
Chicos, me voy a ir a hacer el proyecto de Tecnología mientras
vosotros termináis la partida, ¿vale? Estaré en mi dormitorio.
-
¿Necesitas ayuda?-preguntó Megan adivinando las verdaderas
intenciones de Marc-.
- Si
no te importa… A mí me vendría genial un par de manos más.
Y yendo hacia el cuarto del muchacho, Megan abrió la caja y
desempaquetó el proyecto mientras que Marc le mandaba un mensaje a
Eddie diciéndole que mantuviera ocupada a Lucía jugando.
- Y
bueno, ¿por dónde empezamos?-preguntó Megan-.
-
Pues podríamos comenzar comiéndome la polla, ¿no?
-
Sí, podría ser una buena forma.
Sin pensárselo dos veces, ambos se desvistieron y Megan comenzó a
ayudar a Marc con el “proyecto”.
-
Uf, cómo me gusta Megan. Sigue…
En el piso inferior y tras cuatro partidas rápidas, Trevor había
quedado primero y Eddie segundo gracias a un derrape de Lucía en la
última curva de la carrera. Eddie comenzó a presumir de que era
mejor que Lucía y ella se quejaba de que había ganado haciendo
trampas. La conversación era muy entretenida e hizo que Eddie no
mirase el mensaje de Marc.
Por lo que, minutos después, Lucía se levantó para ir en busca de
su novio.
-
Voy a ver cómo le va en el proyecto a Marc, que todos aquí sabemos
que no sabe hacer la o con un canuto.
-
¡Vale! Te esperamos aquí mientras le gano un partido de fútbol a
Trevor,-comentó Eddie-.
-
Oh, ¿quieres más?
-
Perdona, el fútbol es mi terreno, chaval…
CONTINUARÁ...
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