jueves, 15 de marzo de 2018

A Real Nightmare || Capítulo 9

CAPÍTULO 9


Había pasado un mes desde su salida del hospital y Mateo había vuelto a su ser normal. Se cortó el pelo para la sorpresa de todos, se afeitó y se quitó esa medio barba feúcha que tenía y comenzó a vestir más “pijo”, como le decían todos. Para los demás, Mateo había cambiado 180 grados desde que tuvo el accidente, pero para él eran los demás los diferentes y, aunque ya se había acostumbrado, aún le costaban ciertas cosas.




Vivir con su padre le costaba horrores; estaba todo el día fumando marihuana, la casa apestaba y estaba llena de humo. Aunque había hablado con él, la contestación de siempre era un “¡que me dejes en paz!” que resonaba en toda la casa. Así que, una vez aclimatado a su casa, no estar con Ainhoa y una intensa amistad con Esteban, decidió volver al trabajo. ¿De qué? De teleoperador…




Al salir del dormitorio, Mateo gritó que se iba al trabajo y, poco después, salió su padre de su cuarto.
-          Buenos días hijo,-dijo con voz adormilada-. Espero que te vaya bien…
-          Sí bueno… Gracias. Anda, ve a dormir. Que hueles que apestas.
-          ¡Eh! Que yo no te digo lo que tienes o no tienes que hacer, ¿me entiendes?-dijo Marco mientras Mateo se iba dejándolo hablar solo-.




Cuando llegó se quedó mirando todo como si fuera la primera vez que estaba allí. El chico de recepción le saludó calurosamente, como si lo conociera de toda la vida. Mateo, sonriéndole, subió al primer piso.




Al subir, pudo reconocer a Esteban trabajando. Tenía un pinganillo en su oreja izquierda y hablaba de manera animada con un cliente.




Mateo se plantó delante de la puerta y miró para todos los lados sin saber qué hacer ni cómo comenzar. No tenía ni idea de nada, ni de cuál era su puesto, así que esperó a que Esteban terminara la llamada, que, dándose cuenta de la presencia de su amigo, le dijo por señas que cuando colgara iría a saludarlo.




En cuanto terminó la llamada, Esteban puso el programa en espera y fue a darle un abrazo a su amigo.
-          ¡Bienvenido tío! Al final te has animado y te incorporas por fin, ¿no?
-          Sí, a ver si comienzo de nuevo con esta vida.
-          Sigues descolocado, ¿cierto?
-          Joder tío, sigo sin terminar de acostumbrarme.
-          Es que esa vida que me contaste era muy buena cabrón. Por cierto…




Dándose media vuelta, Esteban llamó a la otra chica que estaba en ese momento allí.
-          ¡Fina! Mira quien ha venido hoy…




¿Esa era Fina? Estaba de coña… ¿Pero qué había sido de esos vaqueros inseparables que siempre se ponía? ¿Y ese pelo largo?




Acercándose a Mateo, Fina agachó la mirada y saludó con una voz muy bajita a su compañero de trabajo.
-          Ho-hola Mat-Mateo…
-          Hola Fina, me alegra verte…-tan cambiada como pensaba Mateo. ¿Vestido? ¿Pendientes? Y sobre todo… ¡¿Tímida?!-.




Mateo fue a darle un par de besos pero al acercarse a Fina, ella le cortó hablándole en ese momento.
-          Mateo… Ainhoa quería verte cua-cuando te incorporaras…
-          Ah vale, gracias Fina.
-          No tienes por qué dármelas,-dijo ella agachando la cabeza-.




Yendo hacia el despacho de su ahora jefa, llamó a la puerta y entró y allí la vio. Sentada tecleando en su portátil tan elegante y guapa como siempre. Sentía en su interior las ganas de besarla, pero no quería recibir ningún guantazo.




Sentándose en la silla, Ainhoa miró hacia el frente y miró a los ojos verdes de Mateo que, con su mirada, se la comía sin poder evitarlo.
-          En un momento estoy contigo-dijo ella secamente-.




Cerrando el portátil, se colocó bien en la silla y comenzó a hablar con Mateo.
-          Está bien, ¿vienes dispuesto a reincorporarte?
-          Esa es la idea.
-          Bien, no podemos seguir teniendo unos ingresos tan bajos en la empresa. Necesito que des tu mejor versión, que comiences a vender el producto como tú sólo sabes hacer. Eres el mejor de la empresa vendiendo y sin ti nuestros ingresos han bajado bastante.
-          ¿Yo?
-          Sí, tú, que pareces que estás en otro mundo. Baja al planeta tierra hombre. Seguimos con la campaña de Robafone, ¿de eso te acuerdas?




Mateo no sabía qué cara poner. Para él Ainhoa le estaba hablando en chino mandarín ahora mismo vaya.
-          Sinceramente, no me acuerdo ni de eso ni de nada. Estoy completamente en blanco.
-          Serás…-dijo Ainhoa mordiéndose la lengua antes de resoplar-. A ver bonito, ¿no te acuerdas de qué exactamente?
-          De nada.




Abriendo los ojos como brótolas y al borde de un ataque de nervios, Ainhoa miró a su empleado con su sonrisa más forzada y falsa posible.
-          Pues que Fina te explique cómo va todo ahora al salir. ¿Sabes quién es? La pavisosa mediocre esa.
-          Eh… sí, sé quién es,-contestó Mateo callándose la respuesta verdadera que quería decirle-.
-          Pues ve y dile que te explique todo, que como te lo explique el inepto de Esteban nos vamos a la quiebra.




Mateo salió del despacho tragando el nudo que tenía en la garganta. ¿Por qué había tenido que insultar de esa forma a Fina y Esteban? Sin duda, la que más había cambiado era Ainhoa. Dirigiéndose hacia la sala, Fina le preguntó a Mateo cómo le había ido.
-          Me ha dicho Ainhoa que me expliques las cosas. Yo no tengo ni idea de nada.
-          ¿En serio?
-          Sí. Desde el accidente tengo pequeños vacíos de memoria y no logro recordar ciertas cosas. Me vas a tener que enseñar desde cero.




Tragando el nudo que se le acababa de formar a Fina, comenzó a decirle el orden de los programas que debía abrir para comenzar a trabajar. Le enseñó los papeles donde estaban las ofertas que tenía que intentar memorizar para agilizar la venta y un sinfín de cosas más que, para Mateo, le resultaban muy aburridas.




A Fina le llegaba el olor de la fragancia de Mateo y respiraba hondo. Olía tan bien que se despistaba de la explicación…
-          ¿Y ahora qué?-preguntaba Mateo-.
-          ¿Qué de qué?
-          Ains, ¿qué viene después de esto? Ya estoy en Boogle, ¿ahora qué hago?
-          Ah sí, perdona. Pues, ehhh… escribe en la URL: https://12...




Fina acabó concentrándose en la explicación mientras que Mateo ponía sus cinco sentidos en la pantalla. Eran demasiadas cosas para un ordenador tan anticuado y una cabeza como la suya que no tenía ni idea de ventas.
-          ¡Toma! He vendido un pack. ¡Yuhuuuu!-celebró Esteban-.




Al cabo de unas tres horas, Mateo se fue al baño para darse un respiro. Estaba muy agobiado y no había vendido nada. Esteban fue allí también al verlo salir tan rápido de la habitación.
-          Ey Mat, ¿qué te pasa?
-          Estoy híper agobiado. No me entero de una mierda, tengo más de 30 llamadas sin codificar porque no me ha dado tiempo a clasificarla antes de los 14 segundos. En serio, ¿cómo puedes con esto?
-          Te acabas acostumbrando tío. Date tiempo, que es tu primer día colega.




Mateo estaba al borde del colapso.
-          Encima tengo la presión de que soy el mejor de la empresa y la…
-          Puta de Ainhoa, dilo, hay confianza.
-          Pues la colega no ha parado de repetirme que necesitamos ingresos, que ahora van a ir las cosas mejor… Y yo no me acuerdo de una puta mierda tío. Yo necesito más acción en mi vida. Tú me pones frente a un fuego y sé perfectamente cómo actuar y no que la pobre Fina me ha tenido que explicar cómo van las cosas.
-          ¿Y sabes por qué te ha dicho que te lo explique ella? Sabe que somos amigos y hay más relación entre nosotros que con Fina.




Al decirle Mateo la contestación que tuvo Ainhoa, Esteban frunció el ceño.
-          Será cabrona… Lo hago lo mejor que puedo y siempre todos los meses supero el mínimo, lo que pasa es que antes del accidente tú lograbas duplicarlo incluso. Pero yo lo hago lo mejor que sé y si no le parece suficiente que se ponga ella de nuevo a hacer llamadas.
-          O a repartir cartas, como en mi sueño…
-          Jajajajaja, cierto, cierto.




Al rato, algo más calmado, Mateo salió del baño encontrándose de frente con Fina.




No se dijeron nada, pero Fina y Mateo se miraron mientras ella caminaba directa a las oficinas.




Acordándose del trío que había tenido con Esteban y Ainhoa en su sueño, quiso averiguar cómo le iba con el tema amoroso.
-          ¡Fina! Una cosa que quería preguntarte…
-          Dime,-dijo parándose y dándose la vuelta-.
-          ¿Qué tal te van los amores? ¿Caen muchas chicas en tus redes?




La mandíbula de la muchacha se desencajó y unos rojos coloretes comenzaron a inundar las mejillas femeninas.
-          ¿Cómo puedes preguntarme eso precisamente tú?
-          No sé hija, es una pregunta muy normal.
-          Mateo, sabes perfectamente que a mí las mujeres no me gustan. A mí me gustas… me gustan los chicos.
-          ¿Te gusto?-preguntó extrañado-.
-          Sigo enamorada de ti Mateo. No consigo olvidarte, pero debo aprender a tratarte como uno más y a pasar de ti como tú lo hacías de mí, como me dijiste cuando me rechazaste.




Mateo no podía creerse lo que le acababan de contar.
-          ¿Tú te me declaraste? ¿Cuándo?
-          Hace ya un tiempo. No tiene importancia…
-          Sí que la tiene. No debí haberte tratado mal ni haber sido tan brusco Fina.
-          No te preocupes, eso ya es pasado…-dijo ella bajando la mirada-.




Mateo, dándose cuenta de aquello y de que sus sentimientos hacia él eran verdaderos, le levantó la cara haciendo que ella lo mirara directamente a los ojos.
-          Fina, siento mucho haberte roto el corazón y haber sido, seguramente, maleducado contigo. Sé que tus sentimientos no van a cambiar de la noche al día, créeme que lo sé, pero aunque yo no sienta lo mismo por ti, te considero una buena amiga. No es consuelo pero, aquí estaré para lo que necesites.




Y, para sus adentros, Mateo pensaba en cómo había sido él antes del accidente. Parecía realmente otra persona, mucho más fría y cortante. Fina era una muchacha genial y que no tenía nada que ver con la Fina del sueño. ¿Por qué la había tratado mal? No tenía respuesta para eso, pero lo que sí sabía era que iba a ser, desde ese momento, un nuevo Mateo…




CONTINUARÁ…

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