CAPÍTULO 6
Ainhoa se extrañó mucho
al ver a Esteban allí, ya que no sabía que ahora vivía con Fina, pero lo que
más le extrañó fue verlo con una sonrisa seductora.
Esteban la miraba con
ojos de deseo. La quería para él y era uno de sus próximos objetivos…
-
Hola cielo.
Mientras tanto, en la
casa de los padres de Mateo, Luisa tapaba a su marido, ya que seguía durmiendo...
Acercándose a su novia,
Mateo comenzó a preguntarle a Ainhoa.
-
¿Te ha dicho algo
ese?
-
Sí, me ha llamado
cielo pero… ¿Qué hace aquí?
-
Supuestamente vive
aquí. Como no se haya mudado con Fina…
-
¿Sabes si están
liados?
-
Ni de coña. Bueno,
no sé… La verdad es que no sé nada de las vidas de cada uno. ¿Y tú estarías con
él?
-
¿A qué viene esa
pregunta cariño?
Mateo le explicó el
porqué de su pregunta y ella, dando una carcajada, le contestó.
-
Cielo, soy tu
novia y estoy contigo. Si quisiera estar con otro hombre te dejaría. Yo no
sería capaz de poner los cuernos a nadie.
-
¿De verdad?
-
Que sí tonto, ¿no
confías en mí?
-
Sí, pero lo que me
ha dicho ese…
-
No hagas caso a lo
que diga nadie. Tú y yo sabemos lo que hay entre nosotros y punto.
-
Me dejas más
tranquilo… Siento haberme puesto así, pero me han podido los celos por un
momento.
Se dieron un beso y
Ainhoa le dijo a Mateo que ella se iría a casa a darse una ducha mientras que
él se quedó tomando el sol y dándose un chapuzón en la piscina.
Entrando en el portal, se
encontró a Esteban apoyado en la puerta de la casa de Fina.
-
Pero mira quién
está aquí… Si es mi bomboncito,-dijo el chico-.
Antonio miraba a Ainhoa
con cara de deseo. Estaba buenísima y sabía que él nunca la tendría, pero era
una gozada poder mirarla de vez en cuando para recrearse la vista.
Esteban siguió con su
reparto de piropos a la chica a la que consiguió hacerla reír.
-
Eh, te has reído.
Ese último te ha gustado, ¿eh?
-
¿Qué quieres
Esteban?-dijo con una sonrisa en la cara-.
-
A ti. Te quiero
entre mis brazos, en mi cama y sobre mí…
-
Sabes que tengo
novio, ¿no?
-
Ese no te dejará
tan satisfecha como lo haría yo.
El chico la miraba como un
auténtico seductor y había sacado todas sus armas para conseguir lo que le
había dicho a Mateo minutos atrás.
Antonio intentaba hacer
oídos sordos, pero era inevitable escuchar aquella conversación.
-
Esteban, estás muy
bueno y eres muy guapo, pero tengo novio y lo quiero.
-
Yo sé lo que tú
quieres...-dijo poniéndole la mano sobre su entrepierna-.
La chica quitó la mano y
se quedó estática en el sitio un poco en shock, a lo que Esteban reaccionó
besándola como un auténtico profesional.
A todo esto, Mateo se
tiraba a la piscina para nadar y hacer un poco de ejercicio en el agua.
Los amantes habían
entrado al cuarto de Fina. Esteban no iba a follar con ella en un cuarto
minúsculo y como no sabía dónde estaba su compañera, aprovechó que su cuarto
estaba libre. Ainhoa parecía haberse olvidado de que estaba en la cama con
Esteban. Ambos desnudos, se besaban y se abrazaban sobre la cama de Fina.
La misma Fina había
salido del baño hacía unos minutos y se miraba al espejo después de echarse
unas cremas. Desnuda como estaba, fue al dormitorio para ponerse la ropa.
Pero al entrar, se
encontró con los amantes sobre su cama.
-
¡ESTEBAN!
Rápidamente, Ainhoa y
Esteban se separaron y se pusieron de pie tapándose sus partes nobles.
-
Serás hijo de puta…
Mira que te dije que no te trajeras a tus ligues a mi casa, pero si lo haces,
¡vete a tu cama cabrón!
-
Perdón Fina, pero
ha sido la pasión del momento…
Y volviéndose a la chica,
fue a increparla pero al ver quién era se quedó en silencio.
-
Y tú… ¿No eres la
novia de Mateo?
-
S-sí…
-
Bueno, al final no
vas a ser tan tonto como pareces, Esteban.
-
¿Cómo?-preguntó
él-.
-
Calla,-silenció al
chico-. Mira bonita, déjate de rollos como Esteban que hablan mucho y hacen
poco. Si quieres disfrutar de verdad, vente conmigo. Al fin y al cabo, las dos
estamos desnudas ya…
Ainhoa, algo alterada y
excitada, sonrió pícara.
-
Nunca lo he hecho
con una chica y… Joder, sólo de pensarlo me estoy mojando.
-
No se diga
más,-sentenció Fina-.
Y Esteban, con cara de incredulidad,
intervino antes de que ambas chicas comenzaran a darse amor.
-
¿Y yo qué?
-
Tú te vas y me
dejas a mí con ella.
-
Bueno,-interrumpió
Ainhoa-, ¿por qué no lo dejamos que se una? Así hay más diversión…
-
Esteban,-dijo
Fina-, como se te ocurra tocarme o lamerme algo te corto los huevos-.
Unos 20 minutos después,
Mateo entró en el bloque saludando a Antonio que, intentando poner buena cara,
le correspondió al saludo.
El portero no sabía qué
hacer. Por un lado a él le gustaría que se lo dijeran, pero por otro lado no
era asunto suyo.
Ante el silencio de
Antonio, Mateo le preguntó si había alguna cosa para él.
-
Sí, pero… No sé si
le va a gustar.
-
¿De qué se trata
Antonio?
Levantándose del sitio,
fue hasta Mateo para comentarle lo que acababa de ver.
-
Hace unos minutos
he visto a Esteban besando a… su novia.
-
Ah sí, tengo
entendido que ese tiene novia.
-
No me ha
entendido… Lo he visto besando a Ainhoa.
-
¡¿Cómo?!
Segunda vez en menos de
una hora que le decían lo mismo. Al final iba a ser verdad que Ainhoa le ponía
los cuernos.
Obligándolo, Antonio le
abrió la puerta a Mateo que entró con paso decidido. Había una parte de él que
todavía no terminaba de creerse que Ainhoa lo engañaba.
-
Espero que me haya
equivocado…-dijo Antonio-.
-
Yo también lo esp…
¿Ha oído eso?-preguntó tras haber escuchado unos gemidos-.
Entrando en la
habitación, se encontró con un panorama para nada alentador. Esteban le hacía
sexo oral a Ainhoa mientras que Fina estaba sentada a horcajadas encima de su
novia.
El mundo de Mateo se
hundió por completo. Y en ese mismo instante, Fina comenzó a girarse para
cambiar de posición y se encontró con la cara de Mateo.
-
¡JODER!
Mateo salió corriendo de
allí sin decir nada. No quería hablar con nadie, no quería mirar a nadie a la
cara, sólo quería huir de allí.
La gente miraba extrañada
a Mateo, ya que estaba por mitad de la calle descalzo y en bañador, pero eso a
él no le importaba. No paraba de darle vueltas a la cabeza y no se le iba esa
imagen de su mente. ¿Cómo había podido ocurrir eso? ¿Qué había hecho mal Mateo?
Luisa llamó a Mateo que,
pese a ir en bañador, tenía el móvil guardado en uno de los bolsillos.
-
Hijo corre, ven,
ven a casa rápido.
-
Mamá, ¿qué pasa?
Habla más despacio que no te entiendo.
-
Es tu padre, está
muerto…
-
¡¿QUÉ?!
Mateo colgó y salió
corriendo cruzando la carretera sin mirar cuando un coche vino y lo atropelló
sin haber tenido tiempo a frenar.
CONTINUARÁ…
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