jueves, 8 de marzo de 2018

A Real Nightmare || Capítulo 7

CAPÍTULO 7

Mateo se despertó de golpe en una cama de hospital. Estaba bastante desorientado y se frotaba los ojos intentando ver bien dónde estaba.





Sentándose al borde de la cama vio que, efectivamente, estaba en la habitación de un hospital y que estaba sólo allí.
-          Uf, ¿qué ha pasado?




Mateo estaba intentando rememorar sobre lo ocurrido, pero lo único que recordaba era salir corriendo después de que su madre le llamara diciendo que su padre había muerto.




Lentamente, Mateo se levantó y se fue hacia el cuarto de baño para lavarse la cara y despejarse. Estaba bastante débil y tenía que agarrarse a la pared de vez en cuando.




Cuando se vio al espejo se asustó. ¿Desde cuándo tenía el pelo así de largo? ¿Cuánto tiempo había pasado? Allí estaba pasando algo que no terminaba de recordar bien.




En ese mismo momento, alguien entró en la habitación y, al encontrarla vacía, se asustó.
-          ¿Mateo? ¡Mateo! No puede ser que se haya despertado…




Al escuchar los gritos, Mateo salió del cuarto de baño para ver quién era el que pegaba esas voces.
-          ¿Pero qué pasa?-preguntó Mateo antes de ver quién era aquel hombre-.




Nada más y nada menos que Marco, su padre. ¿Cómo era posible? Si su madre le había dicho que acababa de morir, ¿cómo estaba allí? Y además, así de gordo y descuidado…




Marco se acercó corriendo a su hijo y se abrazó a él.
-          Creía que te había perdido papá.
-          ¿Bromeas? Soy yo el que creía que te había perdido para siempre.
-          No recuerdo bien lo que ha pasado…
-          Eso es lo de menos ahora. Ya habrá tiempo para hablar de penas después.




Mateo tenía muchas preguntas y justo cuando se las iba a hacer, su padre dio media vuelta.
-          ¡Voy a avisar al doctor! No te muevas de aquí, hijo.




Un par de minutos después apareció el médico, que era nada más y nada menos que Antonio, el portero.




Antonio sonrió y saludó efusivamente a Mateo, que correspondió con un saludo de compromiso. Creía estar en un programa de televisión de bromas ocultas, porque primero aparecía su padre gordo y descuidado y ahora el portero de su casa era supuestamente el médico. ¿Qué estaba pasando?




Levantándose, médico y paciente comenzaron a hablar.
-          ¿Cómo te encuentras Mateo? Ha sido una sorpresa el que te despiertes tan pronto.
-          ¿Qué me ha pasado?
-          Tuviste un accidente. Ibas mandando un mensaje por el móvil cuando cruzaste la carretera y un coche te arrolló, ¿lo recuerdas?
-          Yo es que recuerdo algo diferente…




Antonio se interesó más en lo que le tenía que decir Mateo.
-          ¿Y qué es exactamente lo que recuerdas?
-          Recuerdo estar en la calle en bañador y recibir una llamada de mi madre diciéndome que mi… padre-dijo mirando a Marco-, acababa de morir. Salí corriendo y creo que fue ahí cuando me atropellaron.




La expresión de Marco cambió radicalmente. Su cara se agrió en un instante al escuchar el relato de su hijo.
-          Entiendo…-contestaba Antonio-. Es muy pronto desde que te has despertado del coma y es normal que tu cabeza no tenga muy bien ordenados los recuerdos, pero eso con el tiempo se te pasará.
-          Y otra cosa Antonio, ¿dónde está mi madre?
-          Mateo… Tu madre murió hace 2 años por culpa del cáncer.




Mateo miró a su padre con asombro y tristeza a la vez, esperando, tal vez, que le dijera que todo era una broma de mal gusto. Sin embargo, Marco agachó la cabeza y asintió a las palabras de Antonio.
-          Pero… ¿cuánto tiempo he estado en coma?
-          Apenas 3 días, pero la conmoción en la cabeza fue muy fuerte, por eso estás tan desorientado. Venga, acuéstate. Voy a decir que te hagan pruebas.




Cuando Antonio se fue, Mateo se quedó en estado de shock. Si todo esto era verdad, ¿qué había sido lo que había vivido durante ese tiempo? Estaba muy desconcertado y con millones de preguntas sin respuesta en la cabeza.
-          Te dejo descansar Mateo, luego vendré,-dijo Marco saliendo de la habitación-.




Un par de horas más tarde, un agitado Esteban llegó a la habitación.
-          ¡Mateo! Cuánto me alegro de verte bien tío, menudo susto me has pegado. ¿Cómo te encuentras?




Mateo, en un primer momento, no supo qué hacer, pero luego recordó que lo había visto en la cama con su novia y, ya que había ido a verlo al hospital, aprovecharía para cantarle las 40.




Poniéndose de pie, comenzó a gritarle a Esteban sin piedad ninguna.
-          ¡Serás hijo de la gran puta! ¿Cómo te atreves a presentarte aquí después de todo lo que me has hecho? ¡Tuve el accidente por tu culpa! Si no te hubieras acostado con mi novia, nada de esto habría pasado, cabrón de mierda.




Asustado, Esteban dio un paso atrás y comenzó a intentar calmar a Mateo.
-          ¡Mateo! Cálmate tío.
-          ¡¿Que me calme?! No se te ocurra decirme que me calme porque entonces la vamos a liar y bien gorda…
-          ¡Déjame hablar coño! Que estás más perdido que un pulpo en un garaje joder…
-          A ver, ¿qué excusita me vas a poner?-dijo Mateo con ironía-.




Una vez en silencio, Esteban resopló y comenzó a hablar.
-          A ver, lo primero de todo es que yo no tuve nada que ver con tu accidente. Ibas mandando un WhatsApp a la jefa cuando te atropelló el coche.
-          ¿Jefa? ¿Qué jefa?
-          Ainhoa tío, ¿no te acuerdas? La cabrona esa nos tiene a todos enfilados.
-          ¡Ehhh! Que es mi novia así que cuidadito con lo que hablas de ella.
-          ¿Novia? Ni de broma chaval, ya te gustaría a ti estar con alguien como ella. Nunca te ha mirado más allá que para decirte que eres el mejor teleoperador de la empresa.




Mateo iba a protestar de nuevo cuando se paró en seco.
-          ¿Teleoperador? Mira no te inventes porque tú y yo sabemos que somos bomberos junto con Fina, que esa es otra a la que le tengo que apretar las tuercas.
-          Pero vamos a ver colega… El coma ha debido afectarte porque llevamos un par de años en la empresa Fina, tú y yo junto con otros cuantos más y la jefa es Ainhoa, pero ni ella es tu novia, ni yo me he acostado con ella. No sé qué coño te pasa desde que te has despertado.
-          Si es que yo te vi con ella y con Fina.
-          ¿Me viste haciendo qué?
-          Comiéndole el coño a Ainhoa y ella a Fina.




Esteban frunció el ceño y resopló de nuevo. ¿Cómo podía explicarle las cosas a Mateo para que entrara en razón?
-          A ver cómo te explico esto… Tú y yo nos conocemos desde el instituto, hemos sido buenos amigos desde entonces y tú entraste en la empresa como teleoperador, de comercial y conseguiste que me metieran en la empresa. Ainhoa siempre ha sido nuestra jefa y como eres el mejor comercial que tiene, no para de exigirte más y más. Desde que tuviste el accidente, no ha tenido más que pérdidas y está que trina con Fina y conmigo. No para de echarnos en cara que no somos excelentes, que siempre estamos en el límite y que el día que la caguemos nos va a echar si no cumplimos los mínimos que nos exige.
-          Entonces… ¿Ainhoa no es mi novia?
-          Pero si tú la odias macho. No puedes con ella.




Mateo necesitaba procesar toda aquella información. No estaba siendo nada fácil para él y tenía la cabeza hecha un lío. Por parte de Esteban, lo notaba muy cambiado. Había desaparecido aquella prepotencia y superioridad que tenía siempre y se comportaba con él, por primera vez, como un amigo.




Esteban siguió explicándole a Mateo varias cosas para que lograra sentar la cabeza y recordar lo máximo posible. Sabía que era muy pronto y que no podía exigirle mucho, pero esas acusaciones que le había hecho habían sorprendido a Esteban, ya que él nunca haría nada para hacer daño a su gran amigo.




Una vez que Esteban se fue, Mateo se quedó pensando en todo lo que le estaba pasando. Hasta ayer, tenía novia, el trabajo de sus sueños, vivían sus padres juntos y, pese a tener problemas con Esteban, iba prácticamente bien, pero en un instante descubre una infidelidad de su novia, muere su padre y lo atropellan para despertarse en un hospital y darse cuenta que todo lo que había vivido sólo había ocurrido en su mente.


Su realidad era otra completamente diferente: su madre muerta, su padre muy desmejorado físicamente, sin novia y trabajando de teleoperador… ¿Por qué su mente había creado ese mundo alternativo? No era perfecto pero él era feliz allí… Ahora tendría que apechugar con una cruda realidad que, seguro, se le haría muy cuesta arriba.




CONTINUARÁ…

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