miércoles, 2 de diciembre de 2020

Capítulo 8 || Corazones

 Todo sucedió tan rápido que nadie supo a ciencia cierta lo que ocurrió de verdad. Lo que había quedado claro era que el joven conductor del coche, borracho y sin carnet de conducir, perdió el control del vehículo y arremetió contra Elías, quien salió despedido por los aires y acabó impactando duramente contra el suelo; contra Mike, quien intentó saltar y la parte delantera del coche impactó contra su tórax; finalmente contra Hugo, quien acabó debajo del coche aplastado por las ruedas.


 Al escuchar el ruido, Rubí salió a mirar qué había ocurrido y fue la primera en llamar a los servicios de emergencia y a Trini, quien acudió de inmediato al hospital. Lo único que sabía era que Elías había sufrido un accidente, pero no era consciente del nivel de gravedad del mismo.


 Yendo en una de las ambulancias, trasladaron a los heridos hasta el hospital donde Rubí estaba haciendo el MIR y, tras ponerse la ropa pertinente, comenzó a hacer lo que mejor sabía hacer: salvar vidas. Pero, por desgracia, había que lamentar dos víctimas mortales…  


 Rubí se dirigió hacia la sala de espera para avisar a Trini, ya que habían tenido que operar a Elías de urgencia y la muchacha todavía no sabía el estado de su novio. Sin embargo, justo cuando se presentó allí, Rubí escuchó una voz que le resultó familiar.

- ¿Rubí? ¿Eres tú?


 Girando la cabeza hacia el lugar donde había salido la voz, Rubí miró a aquella muchacha sin saber a ciencia cierta si era la persona que creía que era.

- ¿Pilar?

- Sí, soy yo. ¿No me digas que eres doctora?


 Levantándose, ambas chicas se abrazaron y es que las dos coincidieron en el secuestro exprés que sufrieron por parte de la banda de Gregor y que fue rápidamente solucionado gracias a la intervención de la comisaria Megan Reynolds.

- Casi, estoy estudiando medicina. ¿Cómo es que estás en el hospital? ¿Vienes por ti o por alguien más?

- Por mi novio. Me han avisado hace un rato diciéndome que ha sufrido un accidente.

- Vaya, lo siento mucho… ¿Cómo se llama? A ver si te puedo echar una mano y darte algo de información.

- Mike Sullivan.


 En ese momento, Rubí se quedó con la cara completamente desencajada. Su novio era nada más y nada menos que el obrero que había estado trabajando en su casa durante tanto tiempo y quien había sufrido el accidente junto a Hugo y Elías.

- ¿Rubí estás bien? ¿Acaso lo conoces?

- Sí verás… Mike ha sido atropellado por un joven borracho y ha sufrido graves daños y lo han tenido que operar de extrema urgencia.

- ¿Pero está bien o no? ¿Cómo ha ido la operación?


 Sonriendo levemente, Rubí tranquilizó a Pilar.

- No debes temer. La operación ha sido un éxito y…-decía Rubí cuando Trini se acercó y la interrumpió-.

- ¿Se sabe algo de Elías? Rubí, no aguanto más con esta angustia y esto no es bueno para la niña… Dime lo que sea ya.


 Sin poderlo evitar, a Rubí le rodó una ardiente lágrima por su mejilla que procedió a quitársela rápidamente.

- Trini… El médico quiere verte. De hecho, quiere veros a vosotras dos,-dijo Rubí mirando a Pilar también-.

- Pero no me has contestado Rubí. ¿Está bien Elías?


 Sin contestar a su pregunta, Rubí acompañó a Trini hasta el despacho del doctor y le dijo a Pilar que esperase fuera un momento.

- Buenas tardes. Soy el doctor Bouchikhi y esta es mi ayudante, la doctora Menfis. Verá… su pareja sentimental ha llegado en muy mal estado. A causa del atropello, Elías salió despedido por encima del vehículo y cayó sobre su cráneo, llegando con graves heridas casi irreparables, por eso lo operamos con tanta urgencia. La operación ha sido muy complicada y hemos hecho todo lo posible por salvar su vida pero… ha sido imposible. Lo siento mucho.


 Trini se quedó en completo silencio sin llegar a procesar verdaderamente la información que había recibido.

- ¿Entonces cómo está Elías? No me habéis dicho nada sobre su estado.

- Señorita… Acabamos de decirle que Elías ha fallecido.

- No. Imposible. Mi novio no puede estar muerto.

- Rubí, avisa a la señorita Canillas, por favor. Dile que puede pasar.


 Haciendo caso al doctor, Rubí salió y avisó a Pilar.

- Pilar, ya puedes pasar.

- Menos mal, porque estoy en ascuas.


 Entrando en el despacho, Pilar saludó al doctor y éste comenzó a explicarle lo que realmente había sucedido en la mesa de operación.

- He querido reunirlas a las dos para contarle lo que ha ocurrido. Elías falleció en la mesa de operaciones como le acabo de decir y justo cuando dimos parte, nos comunicaron que desde hace un par de años tenía el carnet de donante de órganos y ahí es donde aparece Mike. A causa del atropello, su corazón acabó muy dañado y entró en parada cardiorrespiratoria varias veces y no podíamos hacer nada. Sin embargo, comprobamos que ambos eran compatibles y eso ha sido la solución.


 Para Pilar estaba siendo demasiada información de golpe y le costaba entender lo que había ocurrido.

- Entonces, a ver que me entere, ¿Mike está vivo?

- En este preciso momento, está siendo operado por el mejor cardiólogo del país y se está procediendo al trasplante del corazón de Elías. Sé que el anonimato en los trasplantes debe ser guardado pero, dadas las circunstancias, me he visto obligado a hacerlo así.

- ¿Y podrá vivir?

- Si el cuerpo de Mike no rechaza el corazón, tiene una alta probabilidad de que vuelva a hacer una vida con total normalidad, pero para eso se necesita tiempo. Los próximos días son vitales para él.


 En silencio, Trini se levantó de su asiento y se dirigió hacia la puerta. Pidiéndole permiso, Rubí fue tras ella.

- Trini espera.


 Ya fuera del despacho, Trini se detuvo ante la insistencia de Rubí.

- Siento mucho lo que ha ocurrido. Elías era muy importante para mí y…

- Lo dudo Rubí. Ahora Elías está muerto y ya no tienes de qué preocuparte por si vuelve o no contigo. Puedes seguir con tu vida de doctora y rehaciendo tu vida sentimental si quieres, pero ahora dime tú cómo voy a sacar a mi hija adelante sola, sin un padre ni una pareja al lado.

- Trini, yo te ayudaré en lo que haga falta, te lo prometo.


 Mirando a Rubí con ojos de sospecha, Trini negó con la cabeza.

- No gracias, no quiero caridad de nadie.

- No es caridad, es ayudar a una amiga.

- Ah, ¿ahora somos amigas? Creía recordar que esta mañana me llamaste puta.

- Trini, lo siento mucho pero…

- Suficiente Rubí. No quiero seguir escuchando más.


 Y sin esperar ningún tipo de respuesta por parte de Rubí, Trini se giró y se marchó de allí mientras que las lágrimas se agolpaban en sus ojos dispuestas a salir.


 Dentro de la sala, Pilar tenía más preguntas para el doctor.

- ¿Podré verlo cuando termine la operación?

- Sí. Cuando esté en la habitación la avisaremos, pero no podrá estar demasiado tiempo. Necesita mucho reposo y descanso.


 Cuando la familia de Hugo llegó, pidieron repatriar el cuerpo para enterrarlo en su país natal junto a sus familiares fallecidos mientras que Pilar se pasaba las horas sentada en la sala de espera, en la habitación o en la cafetería del hospital. Todo apuntaba a que el trasplante había sido un éxito y Mike salvaría su vida pero, en cambio, la vida de Trini había cambiado por completo.


 Al cabo de una semana, Pilar recibió un aviso importante cuando estaba desayunando en la cafetería. Dejando la comida sobre la mesa, la muchacha salió disparada hasta la habitación de Mike, donde la esperaba Rubí.


 Completamente preocupada y alterada, Pilar le preguntó a Rubí qué ocurría.

- ¿Va todo bien? ¿Ha pasado algo malo Rubí? Dime algo ya porque estoy de los nervios.

- Tranquila, no debes preocuparte por nada. Simplemente hoy hemos tenido una grata sorpresa y… queríamos que tú también la tuvieras. Pasa dentro…


 Apartándose de la puerta, Rubí dejó paso a Pilar, que entró rápidamente en la habitación y vio a Mike sentado en la camilla.

- ¡Mike! Cariño… ¿Cómo estás?

- Pilar… Qué alegría me da verte aquí. Hoy me siento muy bien, mucho mejor que días atrás.


 Pilar no cabía en sí del gozo. Su corazón latía ardientemente al ver a su novio mucho más recuperado pese a la importante pérdida de peso que había sufrido.

- ¿Cómo te sientes?

- Es extraño… Saber que el corazón que late dentro de mí es de otra persona es… raro. Es como si parte de otra persona siguiera viviendo en mí pese a que ese ser humano ya está muerto.

- De cierta forma es así. Un órgano de otra persona sigue en funcionamiento y está ayudándote a que sigas con vida, a que estés conmigo y a que ya nada ni nadie nos haga separarnos jamás.


 Mirando a su novia, Mike sonrió y le hizo una pregunta.

- ¿Cómo está la familia y amigos del donante? ¿Se sabe algo de quién es?

- Esto… Sí.

- ¿Y quién es?

- No sé si te acuerdas de un muchacho que fue a casa de la chica a la que trabajabas con Hugo el día del accidente…

- Sí, me acuerdo.

- Pues… ese es tu donante.

- ¿Tengo su corazón? ¿Y Hugo? ¿Cómo está? He preguntado por él pero no me han querido decir nada…


 Rubí estaba en la puerta y pudo escuchar vagamente la conversación con Mike y, cuando Pilar comenzó a decirle que tenía el corazón de Elías, Rubí comenzó a sentir un fuerte pinchazo en el estómago. Ese pinchazo tenía un motivo y era el de la culpabilidad. Mientras fue su pareja lo trató con desprecio y lo ignoraba; tras eso, se empeñó en volver a conseguir su aprecio cuando ya era demasiado tarde y, en lugar de aceptarlo, lo que hizo fue insultarlo y desearle la muerte… No, no podía seguir allí si no quería dar un espectáculo. Necesitaba llorar en soledad en ese momento.


 Mientras tanto, Mike quería probar una cosa y le pidió ayuda a su novia.

- Dame la mano Pilar, quiero ponerme de pie, a ver si puedo.

- Ay, ten cuidado cariño. Agárrame bien fuerte del brazo, estoy aquí contigo.

- Lo sé.


 Pudiendo incorporarse finalmente, Mike aprovechó ese momento para abrazarse a Pilar.

- Doy gracias al cielo por tenerte junto a mí, Mike. Creí que… te perdía.

- Y yo. Cuando vi ese coche acercarse, fue todo tan rápido que no me dio tiempo a nada. Perdí el conocimiento y no recuerdo nada hasta que me desperté ya después de la operación. No entendía lo que pasaba, dónde estaba, qué ocurría a mi alrededor, conmigo… Pobre Hugo y pobre también el otro muchacho…


 Separándose, Mike le hizo una promesa a Pilar.

- A partir de ahora seré siempre sincero con mis sentimientos. Sean los que sean no los ocultaré y seré consecuente con ellos.


 Estando en esas, la puerta se volvió a abrir y entró en la habitación el doctor acompañado de Rubí, quien se encontraba más seria.

- Vaya Mike, qué sorpresa encontrarte en pie. ¿Cómo te encuentras?

- Estupendamente. Hoy tengo muchas más fuerzas que estos días atrás.

- El corazón ha respondido bien y tu cuerpo lo ha acogido con naturalidad. Si sigue todo así, en cuanto recuperes un poco de fuerza podrás volver a casa.


CONTINUARÁ…


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