En cuanto Álvaro volvió a ver a Kike con el mono naranja, agachó
su cabeza y lo acompañó a la zona de celdas junto con un nuevo
preso que también entraba ese mismo día.
-
¿Qué has hecho ya Kike?-preguntó Álvaro-. ¿A quién has
molestado?
- Al
comisario Pelayo.
-
Uf… Lo tienes jodido chaval. Ese tío es como Dios. No ocurre nada
sin que él lo sepa…
Al entrar en la zona de celdas, Kike miró a su derecha y vio a uno
de los presos y, volviéndolo a mirar otra vez, creía estar viendo
visiones. ¿Era quien realmente creía?
Metiendo en su celda al otro nuevo preso, Álvaro se acercó para
hablar con su compañero.
-
¿Qué tal por aquí?
-
Todo bien, estaba viendo el partido con la tablet y, no sabes el
golazo que ha metido Coudinho.
-
Venga ya, ¿el manco ese?
A través de la celda, Kike le habló a su compañero de al lado.
-
¿Henry? ¿Eres tú?
-
Claro… ¿Qué haces de nuevo aquí Kike?
-
Pero… ¿Cómo es posible? Te creía muerto… Todos los medios
dijeron que el autobús se incendió y no quedó nadie vivo.
- Tú
no sueles ver la tele, ¿verdad? Todos murieron menos yo… Es una
historia muy larga. Ya te la contaré… ¿Y tú qué haces aquí?
-
Por hacerte un resumen… Me he enamorado de una chica que tiene un
padre que está loco en el más literal sentido de la palabra que
encima es comisario de policía y que me ha acusado de secuestrar a
su hija cuando fue ella la que se escapó…
-
Joder macho, estas cosas solo te pasan a ti… ¿Y quién es el
comisario ese?
- Se
llama Teófilo Pelayo.
-
¿El cabrón de Pelayo? Uh, con la Iglesia hemos topado…
Sentándose en la cama, Kike suspiró y pensó en alguna forma de
salir de allí pero… Si se escapaba tendría que estar huyendo toda
su vida y no quería eso, por lo que tendría que buscar una forma
legal. ¿Cual? Eso era lo que ya no sabía…
A la mañana siguiente, Dylan estaba revisando la prensa online
cuando vio una noticia que decía: “El asesino confeso de Katashi
Yamamoto de nuevo en la cárcel por secuestrar, presuntamente, a la
hija de un importante comisario”.
En
cuanto vio ese titular, Dylan corrió a leer la noticia y lo que
decía no se lo podía creer. ¡Eso de lo que hablaban no podía ser
cierto!
Bajando a la cocina, se encontró a Micaela limpiando un poco.
-
¿Has leído la prensa hoy?-quiso saber Dylan-.
-
¿Crees que con la faena que tengo he tenido tiempo?
- Es
que acabo de leer que han metido a mi hermano en la cárcel por
secuestrar a la hija de un comisario.
-
¿Tu hermano? ¿Kike?
-
Sí, sí, el único hermano que tengo.
- No
puede ser…
-
Tengo que asegurarme. Voy a su casa.
Cambiándose de ropa, Dylan se presentó en casa de su hermano y allí
no había nadie. Las luces estaban apagadas y no se escuchaba ni un
ruido.
Yéndose a casa de su padre, Dylan llamó a la puerta porque con las
prisas se había olvidado de la llave.
- A
ver si alguno sabe algo…
Yendo en busca de Mandy, le preguntó directamente.
-
¿Sabes algo de Kike?
-
¿De Kike? No, hace ya días que no hablamos, ¿por qué?
-
Pues mira la prensa, que hablan de él…
-
¿La prensa? ¿Qué ha pasado?
Subiendo al piso de arriba, vio a su hermana Candy y le preguntó si
sabía algo de Kike pero ella tampoco tenía noticias.
- Te
noto agitado, ¿pasa algo?
-
Échale un vistazo al periódico anda…
-
¿Para qué?
- Tú
hazlo y sabrás el por qué.
Entrando en el dormitorio de su padre, lo vio frente al ordenador
haciendo sus cosas del trabajo, como los tenía acostumbrados a
todos.
-
Papá, tenemos que hablar.
-
Coño, qué susto me has dado. ¿Qué ocurre Dylan? No te esperaba
por aquí.
-
Han metido a Kike en la cárcel.
Levantándose, Eduard comenzó a sonreír sin terminar de creérselo.
-
¿De qué me estás hablando? ¿Qué clase de broma es esta?
- No
es ninguna broma papá. Acabo de leerlo en la prensa online y he
flipado en colores.
-
Pero… ¿qué cojones ha hecho para que lo metan allí?
-
Según dicen ha tenido secuestrada a la hija de un importante
comisario de la ciudad durante varios días y fue el mismo comisario
y padre de la víctima quién la encontró y detuvo a Kike.
-
Pero… ¿Kike?
Dylan no se creía nada de lo que había leído en la noticia.
-
¿No te parece extraño? Kike estaba tan contento estudiando en la
universidad, sacándose su carrera, con nuevos amigos… Y de repente
lo siguiente de lo que nos enteramos es de que supuestamente ha
secuestrado a una chica. Aquí hay algo que no me cuadra papá.
-
Ya, ni a mí tampoco… Pero como en sus antecedentes saldrá que
mató al tío ese, aunque diga que fue en defensa propia y tal, te
puedo asegurar que va a ser un punto negativo para tu hermano.
- Yo
voy a ir a verlo, ¿te vienes?
-
Vamos.
Estaba aún dormido Kike cuando uno de los funcionarios lo despertó
a voces.
-
¡De la Salle! Arriba. Es hora de levantarse.
-
¿Ya es la hora?
-
Sí, así que levántate ya coño.
-
Pero, ¿por qué?
-
¡QUE TE LEVANTES OSTIA!
Al escuchar los gritos, Henry se despertó y le preguntó al
funcionario.
-
Eh, ¿qué está pasando?
- Lo
que a ti no te importa Jackson, así que calladito estás más guapo.
- Uy
qué raro...-pensó Henry-. Aquí está pasando algo extraño que no
me está gustando ni un pelo.
Todavía con los ojos pegados y llenos de legañas, Kike comenzó a
incorporarse sin saber por qué lo habían despertado más pronto que
a los demás. ¿Qué estaba pasando?
Sin saber qué ocurría, el funcionario le hizo caminar hacia delante
dirigiéndose hacia las escaleras para bajar al piso inferior.
-
¿Me llevas a aislamiento, jefe?-quiso saber Kike-.
- A
mí no me mires. Son órdenes de arriba…
-
Pero, ¿qué coño he hecho?
-
Cabrear a quién no debías por lo que parece así que…
Encerrándolo en una de las celdas de aislamiento, en completa
oscuridad, Kike escuchó cómo la puerta se cerraba y cómo la llave
activaba todas las cerraduras. En aquella ocasión, al igual que la
habitación, veía su futuro muy negro y esta vez no creía que
hubiera luz al final del túnel…
Entrando Álvaro en esa sección, Henry lo llamó.
-
Álvaro, ven un momento.
-
¿Qué pasa Henry?
-
¿Sabes dónde está Kike?
-
Kike está...-dijo mirando a su celda y dándose cuenta de que allí
no estaba-. Mierda, ¿dónde está?
-
Pregúntale a Robocop, que el colega se lo ha llevado a aislamiento.
Quedándose sin habla, Álvaro no podía creerse lo que oía.
- ¿A
aislamiento? ¿Por qué?
-
Coño, si no lo sabes tú que eres el funcionario, imagínate yo…
-
Espera un momento Henry, voy a averiguar qué cojones está pasando
aquí.
Álvaro confiaba ciegamente en Henry desde que el autobús donde lo
trasladaban explotó. En ese momento supo que Henry no estaba muerto
como todos los medios decían, porque si le había roto la nariz de
un puñetazo en cuanto le dijo que sería él quien los llevase en el
traslado, era porque sabía que algo malo iba a ocurrir y esa
explosión no era casual.
Dirigiéndose
hacia su compañero, le preguntó directamente sobre el paradero de
Kike.
-
¿Te has llevado a Kike a aislamiento?
-
Sí, ¿ya te lo ha dicho tu soplón de turno?
-
Eh, ya sabes que con Henry ni mijita si no quieres vértelas conmigo.
¿Por qué coño has llevado a Enrique de la Salle a aislamiento?
- Yo
que sé tío, me ha llamado el director para decirme que le debía un
favor a un jefe de policía y que a su vez éste le debía otro a un
comisario o yo que sé. ¿A ti qué más te da? Es un preso más y ya
está. No te comas el tarro tío.
Minutos después, la alarma sonó y las puertas de las celdas se
abrieron para dejar salir a los presos por la sala. Dos de ellos se
pusieron a jugar a las cartas mientras los demás comenzaban a salir
medio dormidos aún.
Pasando junto a Álvaro, Henry le preguntó sobre lo que ocurría.
- Al
parecer Kike se ha metido con un pez gordo… Y está pagando las
consecuencias.
-
Hijos de puta, qué cabrones que son todos. Cerdos hipócritas…
Acercándose a Henry, otro de los presos le preguntó qué le
ocurría.
-
Que estoy harto de que los malos de verdad les echen las culpas a
gente que no se puede defender para que paguen por cosas que no han
hecho mientras los otros siguen teniendo la libertad para continuar
igual. Y se creen que con dinero todo lo van a arreglar… Pero no
tío, la mierda siempre flota y huele y al final todo se sabrá.
-
Nunca te había visto tan ofuscado tío.
-
Ethan, me conoces desde hace tiempo y a mí las injusticias me pueden
tío. Ya sabes lo que pasó con Abdel al final.
-
Sí, qué listo fuiste diciéndole a ese tío que lo incluyera en el
traslado… Como sabías que todos iban a morir menos tú, hiciste tu
lista para quitarte a los cabrones del medio.
Sentándose, Ethan y Henry continuaron hablando.
- Y
si pudiera lo haría ahora otra vez.
-
Estás así por lo del chico ese, ¿no? ¿Kike era?
-
Sí. Que al parecer se ha metido con gente peligrosa y ahora van a
por él. Pero ya te digo yo que tengo que hacer algo por ayudarle.
Sea lo que sea…
Irremediablemente, otro de los presos escuchó la conversación que
tenía Henry y, habiendo sido uno de los funcionarios que estuvo
trabajando ahí, comenzó a reírse.
-
Henry, tú aquí no vas a poder hacer una puta mierda. Todo el
liderazgo que tenías aquí lo has perdido y ahora eres un mierda,
como todos los demás que estamos aquí. Somos la escoria de la
sociedad y por eso estamos apartados, porque somos la peste, lo que
todos desechan y nadie quiere.
-
Mira Alan, sigue jugando tu partida de cartas y métete en tus
asuntos, ¿te he hablado con suficiente claridad o te lo escribo en
braille?
Ethan, pensando en el caso de Kike también supo en su interior que
algo no le terminaba de cuadrar. Si Kike era un chico que había
matado al que asesinó a su madre que justamente la tenía
secuestrada a ella y a otras chicas más… ¿A cuento de qué iba él
a secuestrar a una chica? No… No tenía mucho sentido.
Mientras tanto, en el piso de abajo Álvaro visitaba a Kike.
-
Acaban de estar aquí tu padre y tu hermano pero como estás en
aislamiento no puedes recibir visitas.
-
Joder, me cago en mi puta vida…
-
Pero yo acabo mi turno en una hora así que… Si tú hablas conmigo
yo… Podría pasarme por casa de tu padre y, comentarle de
casualidad, lo que tú quieras decirle…
CONTINUARÁ…
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