¿Qué viene ahora? Muy bien, capítulo de la historia. ¿Tenéis ganas de conocer la nueva casa de Igashu y Mitch? No os hago esperar más amigos. ¡Hasta muy pronto!
CAPÍTULO 10
Era ya el año 2004 y
con 17 años, Igashu y Mitch iban de camino a su nueva y propia casa.
Finalmente se pararon
frente a un bloque algo estropeado y con apariencia abandonada.
-
Esto… Mitch.
¿Por qué nos paramos aquí?
-
Porque aquí
vamos a vivir. No te dejes llevar por las apariencias, la casa está muy bien.
-
A ver en qué
sitio nos metes.
Los dos entraron en el
portal junto con Wolf y al ver el estado en el que se conservaba, Igashu se
quedó flipando.
-
Mitch, ¿desde
cuándo vives aquí?
-
Unos meses, y no
se vive mal, ¿eh?
-
Mitch, yo te
mato.
Igashu se acercó y
llamó al ascensor.
-
No te esfuerces
en llamarlo que está roto.
-
No jodas, ¿y a
qué piso vamos?
-
Al primero,
podemos subir por las escaleras, tranquilo.
Igashu miró con cara
seria a Mitch torciendo un poco la boca hacia el lado.
-
Venga, vamos
para arriba,-dijo-.
Subieron por las
escaleras y se encaminaron hacia la puerta de casa.
-
Ya verás cómo te
gusta la casa y nuestros compañeros de piso.
-
¡¿Tenemos
compañeros de piso?!-dijo Igashu sin que Mitch le dejara tiempo a terminar la
frase cuando abrió la puerta-.
Al entrar Igashu vio a
una chica tumbada en el sofá.
-
Linda, levanta.
Ya está aquí mi amigo.
La tal Linda se
desperezó y se sentó en el sofá o lo que fuera eso estirándose.
Mientras se levantaba
miró a Igashu.
-
Este es tu
amigo, ¿no?
-
Sí, se llama
Igashu. Igashu, ella es Linda.
-
Me alegra
conocerte.
-
Igualmente.
-
Sentaos,-dijo
Mitch-, que yo voy al cuarto a avisar a Leo.
-
¡¿Otro?!-pensaba
Igashu mientras se sentaba con Linda.
Linda comenzó a hablar
y a hacerle preguntas a Igashu.
-
Y bueno
cuéntame, ¿cuántos años tienes?
-
Tengo 17.
-
Ay, si eres
todavía muy chico. Yo tengo 20 ahora jejeje.
-
Ah, qué bien.
-
Venga, alegra
esa cara hombre que parece que vas a un entierro,-decía Linda dándole un
pequeño toque en la cara-.
Linda Howard es una
chica de 20 años que se fugó de casa cuando apenas tenía 18 años recién
cumplidos con su novio. Ninguno de sus padres aprobaba la relación de ambos así
que se largaron. Pero esa relación se terminó y acabo viviendo con un chico
algo mayor que ella. Tenían un rollo, pero no eran nada serio.
Mitch entró en la
habitación y se puso a llamar a Leo.
-
¡Leo! La fiesta
de ayer ya terminó. Ya es hora de levantarse.
-
Mmmm, si…
-
¡¡LEO!!
El tal Leo se levantó
con cara de pocos amigos.
-
Buenos días para
ti también cabronazo.
-
Dirás buenas
tardes.
-
Lo que sea. ¡Qué
quieres!
-
Que vengas al
salón, que ya ha venido mi amigo.
-
Voooy. Dame un
minuto.
Leo O’Brien es un chico
de 24 años que vivía en esta casa de okupa cuando se encontró con Linda tirada
en la calle. Nunca ha querido contar el por qué está ahí y siempre evita hablar
del tema. Un día mientras andaba por la calle, se tropezó con Mitch y hablando
hicieron amistad y lo invitó a vivir al piso, así que, el “dueño” de la casa
como quien dice es Leo.
Mitch apareció con Leo
y fue a presentárselo a Igashu.
-
Te presento a
Leo. Fue el que me invitó a vivir aquí.
-
Yo soy Igashu,
encantado.
-
Igualmente. He
escuchado mucho de ti.
-
Viniendo de
Mitch, cualquiera sabe lo que te habrá contado…
-
Cosas buenas, te
lo prometo jaja.
Leo pese a su pinta
algo… sucia, parecía simpático.
-
¿Qué te parece
la casa?
-
Bueeeeeno, no
era lo que yo me esperaba.
-
No es el Windsor
pero vaya, se vive bien. Somos personas humildes.
-
Hombre, eso es
indudable jeje.
Leo le seguía
preguntando.
-
¿Tienes la misma
edad que Mitch?
-
Sí, aunque soy
unos meses más pequeño.
-
Ah, genial. Aquí
entonces yo soy el abuelo y tú el nieto jajaja. Yo tengo 24.
-
Bueno, no eres
viejo, el que es pequeño de edad soy yo.
Linda había visto a
Wolf y se puso a jugar con él.
-
¿Y este perro
tan bonito? Ay, qué bonito es,-decía con tono estúpido como cuando se le habla
a un bebé-.
Igashu ya había
terminado de hablar con Leo cuando miró la mesita y la vio desordenada.
-
¿Y esto?
-
Nada, ayer
hicimos una fiesta y acabamos… mal. Ahora recogeré. ¿Te apetece algo?
Igashu se volvió hacia
Mitch mientras contestaba.
-
No gracias. ¡Ay
va!, ¿tú fumas?
-
Sí, llevo unos
meses haciéndolo.
-
¿Quieres? No es
tabaco.
-
¿Entonces qué
es?
-
Una amiga nuestra,
prueba, verás cómo te gusta. Toma uno.
Igashu cogió el cigarro
liado que le dio Mitch, lo encendió y le dio una calada.
Después de casi morirse
tosiendo, saboreó un poco.
-
No sabe mal,
¿qué es?
-
Es María Igashu.
-
Ah, pues huele
muy bien.
-
Mejor que el
tabaco seguro, además, te da un relax… En fin, te voy a enseñar dónde vas a
dormir.
Mitch acompañó a Igashu
hasta la puerta del fondo a la derecha, donde estaba el dormitorio.
-
En esta cama vas
a dormir.
-
El cuarto sigue
en concordancia con la casa… pero bueno. Al menos tengo una cama.
-
Ya verás que
aunque parezca que vas a dormir sobre el suelo, es muy cómodo el colchón. Yo desde que estoy aquí no he tenido ningún problema.
-
Bueno, muchas
gracias por todo Mitch. No te las había dado.
-
No tienes por
qué dármelas. Aquí estoy para todo.
Ahora Igashu y Mitch están viviendo
de okupas en un bloque con dos personas más, ¿qué pasará?
CONTINUARÁ…
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