Desde que Mike se mudase a la casa de Trini habían sucedido muchas cosas, comenzando con el nacimiento de Ana, pasando por la preparación y la propia boda, viajes, reformas en casa…
Entrando en el dormitorio de la pequeña, Mike quiso saber cómo estaban Ana y Trini.
- ¿Estáis ya listas?
- Sí cariño, acabo de ponerle el lazo a la nena. ¿Tú crees que yo estoy bien para la ocasión?
- Claro, estás preciosa. ¿Por qué no ibas a estarlo?
- Porque Rubí trae a su novio y es la primera vez que lo vamos a conocer y… no sé, quiero causar buena impresión.
Pese a todo lo que habían vivido, en ese preciso momento Rubí y Trini eran grandes amigas y se querían muchísimo, ya que habían pasado por mucho juntas.
Sonando el timbre en ese momento, Trini sonrió.
- Anda Ana, la tita Rubí ya ha llegado.
Soltando a su hija en el suelo, Trini la animó a ir en su busca.
- Ve a saludar a la tita, venga. Seguro que se alegrará de verte caminar.
Fuera, Rubí y Jim esperaban a que les abriesen la puerta.
- Respira tranquilo cariño, que te va a dar algo.
- Menos mal que eres médico, porque sino…
- Mira que eres tonto jajaja.
Poco después, Mike abrió la puerta y saludó a la pareja.
- ¡Bienvenidos! Pasad, os estábamos esperando.
- Pero qué guapo Mike, ¿cómo estás?
- Genial, sinceramente. ¿Y tú qué? Tan guapa como siempre.
Pasando dentro, Mike se dirigió a un Jim bastante tímido.
- Hola, tú debes ser el famoso Jim. Yo soy Mike, encantado de conocerte.
- Igualmente. He oído hablar mucho de ti…
- Uh, espero que cosas buenas.
- Sí, tranquilo.
- Uf, menos mal jajaja.
Saliendo del dormitorio infantil, Rubí giró su cabeza y vio a la pequeña Ana andando lentamente hacia ella seguida de Trini.
- ¡Pero bueno! ¿Esta niña tan mayor es Ana? ¡Qué grande está ya! Y ya anda y todo…
Ana era la princesa de la casa y tanto su madre como Mike eran unos padres estupendos. A la pequeña no le faltaba de nada, eran cariñosos, detallistas y muy buenos educadores. Pese a que biológicamente no era su hija, Mike la trataba como tal y, dentro de él, sentía el pálpito de que en parte era suya.
Acercándose a la recién llegada, Trini la abrazó con fuerza.
- Me alegro mucho de verte. Estás guapísima Rubí.
- Vaya, muchas gracias Trini. Tú también estás de escándalo.
- Anda mujer, no digas bobadas… No estoy muy convencida con esta ropa que me he puesto.
- Tonterías. Estás monísima.
En otra parte del salón, Mike entablaba conversación con Jim.
- Nos dijo Rubí que eras empresario, ¿no?
- Sí bueno, algo así. Soy autónomo y junto a unos amigos tenemos una empresa informática.
- Ah, suena genial. ¿Y qué tal va?
- Hemos pasado una época complicada, pero ahora parece que todo se ha calmado y va bien. Estamos pensando en alquilar un local y todo.
- Ah, yo creía que estabais ya en un local.
- Qué va, estamos en un viejo garaje que no se usa de la casa donde compartía piso antes. Pero ahora que las cosas van mejor, estamos pensando en ampliar y tener un espacio dedicado para la empresa.
Ana, pese a que todavía no hablaba, se enteraba de todo y, cuando venían visitas a la casa, le encantaba ser el centro de atención. Tenía una gracia natural para hacer alguna tontería y provocar las risas volviendo a ser el foco principal de la reunión.
Acercándose a Rubí, Trini quiso preguntarle algo a su amiga.
- ¿Qué tal con Jim?
- Es un cielo Trini. Es cariñoso, detallista, trabajador y me tiene…
- Follando todo el día.
- ¡No me seas cerda Trini! Iba a decir que me tiene como una reina.
- Bah, no te me vuelvas tan recatada ahora, que te conozco y nada más hay que verte para darse cuenta de que te vuelve loca.
- Y además en el buen sentido de la palabra.
- Te tiene todo el día cantando ópera cuando os vais a la cama, ¿no?
- Jajajajaja mira que eres burra, pero sí. Ya soy soprano a estas alturas creo yo.
Echándose unas buenas risas, Rubí quiso también sonsacarle información a Trini.
- Pero vaya, tú tampoco puedes hablar mucho porque con Mike tampoco tienes quejas, ¿verdad?
- Ninguna. No hay noche que no lo hagamos.
- ¿Incluso con la niña tenéis tiempo?
- A ver, tiempo escaso, pero cuando hay ganas… Cualquier momento es válido.
- Madre mía, la próxima vez que venga avisaré primero, no vaya a ser que os encuentre en pleno acto jajajaja.
- A ver, que no estamos como conejos todo el día, pero sí nos gusta disfrutar del sexo. Tanto es así que tengo una falta…
- ¡¿Qué me dices?!
- Shh, calla y preséntame a tu novio.
Casi sin poder aguantar la cara de emoción, Rubí llamó a Jim y le presentó a Trini.
- Encantado de conocerte a ti también Trini,-dijo un Jim ya más relajado y cómodo-.
- Es un placer poder conocer al hombre que está haciendo tan feliz a mi amiga.
- Nos hacemos felices mutuamente. Rubí es una persona increíble y ahora sé que puedo decir que la espera ha merecido la pena.
Trini sonrió orgullosa al escuchar esas palabras.
- Se nota que la quieres mucho y no sabes cómo me alegro de que estéis tan felices.
- Muchas gracias Trini. La verdad es que todo fue tan rápido que a día de hoy me cuesta creer que lo que estoy viviendo sea real. Es una chica tan dulce y cariñosa, tan trabajadora y alegre que, cuando me pongo a pensar en nosotros, no soy capaz de ver qué habré hecho para merecerla.
Mientras tanto, Rubí y Mike habían entablado una conversación.
- Pues en el tema trabajo ahí voy. Se me terminó el contrato en la empresa con la que estaba y no me han renovado, así que estoy volviendo a echar mi currículum para ver si encuentro algo. De momento vuelvo con las chapuzas y mientras encuentro un trabajo más fijo gano un dinero, ya que con el sueldo de Trini vamos un poco justos.
- Ay, pues si me entero de algo te lo digo, que yo gracias al hospital conozco a mucha gente. Creo que si pido un par de favores podría facilitarte una entrevista, pero no te prometo nada.
- Sea lo que sea te lo agradeceré eternamente.
Sentándose en la barra de la cocina, Mike y Rubí continuaron hablando.
- ¿Y qué tal las cosas con Jim? Se le ve un tío guay.
- Pues nos va genial, la verdad es que es el hombre de mi vida. Fíjate que Elías fue muy bueno y lo quise con locura pero con Jim es… diferente. No sabría describirlo. Es química, pasión, amor, comprensión… Es una conexión brutal la que tenemos.
- Y por lo que he podido hablar con él se nota que te adora.
- Sí y yo también lo adoro a él. Es un tío genial.
Mientras que Jim y Trini estaban hablando, Ana se acercó y le dio con la mano en la rodilla a su madre.
- ¿Qué pasa Ana? ¿Quieres algo?
- ¿No tendrá hambre?-preguntó Jim-.
- Coño claro, que con esto de la visita se nos ha pasado darle la cena. Perdóname hija.
Levantándose del sofá, Trini le pidió un favor a Jim.
- Oye Jim, ¿podrías coger en brazos a Ana mientras yo voy a por la trona?
- Claro, no hay problema.
- A ver si te deja cogerla en brazos, porque con los desconocidos es un poco especialita.
Poniéndose en pie, Jim le dijo un par de cosas a Ana que provocaron una carcajada en la pequeña y, aprovechando el momento, la agarró en brazos.
- Vamos nena, que es la hora de cenar y tienes que comer mucho mucho para crecer y convertirte en una niña grande y fuerte como tus padres.
Situándola en la trona, Mike miró la hora y se puso en pie para preparar la cena mientras que todos charlaban entre ellos.
- ¿Y con qué nos va a deleitar hoy el chef?-quiso saber Rubí-.
- Hoy la receta es sorpresa. Es algo nuevo para mí y para todos, pero confío en que saldrá bien.
- Trini, ve llamando a la pizzería,-dijo Rubí provocando las risas de todos-.
Tras ese momento, Jim le hizo una pregunta a Trini.
- ¿Y cómo es vuestra vida de casados? ¿Cambia mucho a la de novios?
- Bueno a ver, interiormente es diferente porque cuando te casas, sabes que es para toda la vida, o al menos esa es la intención cuando nos casamos, pero luego a la hora de la convivencia todo es igual a como estábamos antes. Al menos en nosotros porque estuvimos compartiendo piso un tiempo.
- Oh, qué bueno saberlo,-dijo Jim-.
- ¿Por qué me lo preguntas?
- Porque la semana pasada me pidió que me casara con él,-contestó Rubí agarrando la mano de Jim-.
- ¡Enhorabuena pareja! ¿Has oído cielo?-le dijo Trini llamando a Mike-.
Cuando terminó de calentarse la comida de Ana, Trini se levantó y comenzó a prepararle todo mientras que Rubí la miraba con atención. Indudablemente se parecía a su madre, pero había algo que le recordaba al difunto Elías y, sin darse cuenta, Rubí acabó preguntándose cómo sería ella cuando fuera madre. ¿Sería como Paola o más autoritaria como era la propia Rubí con su madre?
Sacándola de sus pensamientos, Jim le hizo una pregunta.
- ¿Qué te pasa corazón?
- Nada, estaba pensando.
- ¿Puedo adentrarme en tu cabecita?
- Estaba pensando en cómo me comportaré como madre cuando tengamos hijos.
- ¿Lo dices por tu experiencia con tu madre?
- Exacto.
- Pues cariño, tú serás tú, una persona diferente a tu madre. Lo que sí deberías es ver qué cosas buenas tenía tu madre para incluirlas y desechar las que no te gustaban.
- Estoy seguro de que serás el mejor padre del mundo,-dijo Rubí poniendo sus manos sobre la tripa-.
Mirando alternativamente la tripa y los ojos de Rubí, Jim comenzó a emocionarse.
- ¿Estás queriendo decir lo que yo creo que quieres decir?
- Es muy pronto para decirlo pero… estoy de una falta.
- ¿Vamos a ser padres?
- Si todo va bien, dentro de unos ocho meses nos convertiremos en papás.
- Pero… ¡eso es maravilloso!
Girándose en ese momento, Mike presentó la cena.
- Ya está lista la cena.
- ¡Esto hay que celebrarlo!-gritó Jim loco de contento-.
- ¿Qué pasa?-preguntó Mike-.
- ¡Voy a ser padre!
- Wow, menuda noticia más buena. Entonces sí que hay algo que celebrar esta noche. Trini, saca una botella de vino.
- Hoy hay doble celebración,-dijo Trini interviniendo en la conversación-. Yo también estoy embarazada cariño…
- ¿Cómo?-preguntó Mike comenzando a caerle las lágrimas por las mejillas-. No me juegues con eso que sabes la ilusión que me hace… ¿Es de verdad?
- Es en serio. Vamos a ser padres de nuevo.
La alegría invadió la casa y esa noche celebraron por todo lo alto los futuros nacimientos de cada pareja, pensando e imaginando los planes que harían en el futuro cuando ya hubieran nacido y que, con el paso del tiempo, los llevarían a cabo.
FIN