lunes, 26 de noviembre de 2018

Sueños Rotos || Capítulo 1


Hace varios años, en Los Aniegos, se abría paso el sol a través de unas nubecillas que había en el cielo, despertando a la ciudad que comenzaba con la rutina de otro día más…




En una de esas casas, estaba a punto de ocurrir algo importante, algo que iba a cambiar la vida a varias personas y que daría comienzo a esta historia…




En el interior de aquella vivienda, se encontraban Oscar y Bianca hablando con la propietaria del inmueble, negociando el precio tras haber visto la casa.
- Estamos muy interesados en comprar la casa, sinceramente,-decía Bianca-. Nos parece ideal para comenzar una nueva vida juntos en este precioso barrio.
- Me alegro mucho,-decía la vendedora-. ¿Os parece adecuado el precio también?




La vendedora no era otra que Gema, quien tenía a Lucas en brazos mientras hacía la negociación.
- Estamos conformes,-intervino Oscar tras haberse mirado con su mujer-.
- ¿La casa tiene algún problema que debamos saber?-preguntó interesada Bianca-.
- No, la casa se encuentra en perfectas condiciones y está lista para entrar a vivir,-contestó Gema-.




Y tras cerrar el trato y firmar los papeles de la venta, Bianca se despidió de Lucas.
- Adiós chiquitín. Hazle caso a mamá y pórtate bien, ¿vale?
- Zi,-dijo el pequeño-.




Gema sonrió al ver lo bien que se le daba a Bianca tratar a los pequeños.
- Se te dan muy bien los niños, ¿eh?-dijo Gema-. ¿Tenéis hijos?
- No, de momento no… Pero yo soy pediatra y siempre me han gustado los peques.
- Ah, qué bien. Pues ya sé a quién acudir si algún día le pasa algo a Lucas.
- Encantada. Será un placer atenderos.




En cuanto Gema se marchó, el matrimonio miró con detenimiento los muebles que había y la distribución. Tras notar que había varias cosas que no les gustaba dónde estaban situadas, Bianca y Oscar las cambiaron, como la gran estantería que estaba en el salón, ya que era uno de los muebles más grandes y complicados de mover.




Entrando en el dormitorio que sería para ellos, descubrieron que la antigua cuna de Lucas estaba allí.
- Anda, Gema no se ha llevado la cuna…-comentó Oscar-. Pero mira, no hay mal que por bien no venga, ahora nos podrá servir a nosotros para cuando tengamos nuestros propios hijos.
- Respecto a eso…
- ¿Qué pasa?
- Tenemos que hablar. Ven, vamos a la sala de estar.




Tras sentarse en los sofás, Bianca resopló y comenzó a hablar con su marido.
- ¿Te acuerdas que nos hicimos pruebas de fertilidad para poder tener hijos?
- Sí, ¿ya salieron los resultados?
- Eso es y… No son buenas noticias.
- ¿Qué dicen las pruebas?
- Las he estado leyendo detenidamente y ha salido que tienes astenozoospermia.
- ¿Y qué se supone que es eso?
- Espermatozoides vagos.




La noticia cayó sobre Oscar como un jarro de agua fría que se quedó mirando fijamente a Bianca, pestañeando y sin hacer ningún movimiento más que ese.




Bianca miraba con pesar a su marido sabiendo que se había quedado en shock.
- ¿Estás bien Oscar?
- Sí, sí… Es sólo que no me esperaba esta noticia. ¿Eso significa que no podremos tener hijos?
- Hay una baja probabilidad de tener hijos, por lo que es complicado, pero no imposible…
- Ya…




Pero, de repente, a Oscar se le iluminó la bombilla y sonrió de oreja a oreja.
- ¿Y por qué no adoptamos?
- ¿Adoptar?-esa propuesta dejó descolocada a Bianca-.
- ¡Sí! Hay cientos de miles de niños y niñas esperando ser queridos y adoptados por padres como nosotros.
- Es cierto, pero es complicado…
- ¡Tú eres médico y yo soy periodista! Tenemos ingresos suficientes como para que nos concedan poder adoptar.




Bianca comenzó a sonreír al ver la ilusión tan grande que tenía Oscar.
- Sería genial poder ser padres.
- A ti te encantan los críos, ¡eres pediatra! Y a mí un inconveniente como el de mis espermatozoides no me van a impedir ser padre.
- Estás realmente convencido, ¿no?
- ¿Tú no quieres?
- Maldita sea, ¡claro que quiero!
- ¡Pues vamos!




De un salto, Oscar se puso en pie y fue a por su portátil. Tras encenderlo, se puso a buscar páginas web de adopción ante la atenta mirada de su mujer.




Oscar estaba muy animado y miraba cada página con detenimiento, preguntándole a Bianca si le gustaba o no, apuntando cada número de teléfono…




Y tras hacer todo el papeleo y esperar durante cinco largos años, el día había llegado. Bianca, aún sin saber la noticia, descansaba en una de las hamacas del jardín, tomando un poco el sol.




Rápidamente, Oscar entró en la casa y corrió hasta el jardín gritando sin cesar.
- ¡Ya está! ¡Ya lo tenemos!
- ¿Qué pasa? ¿Qué ocurre cariño?
- ¡Nos acaban de conceder a nuestra pequeña! ¡Somos padres oficialmente!




Sin pensárselo dos veces, Bianca abrazó a su marido, feliz y gozosa de haber conseguido ser padres tras tantos años de lucha.




Subiendo en el primer vuelo hacia China que duraba unas largas 15 horas, más otras 3 de autobús hasta la región donde debían recoger a su pequeña, llegaron, quedándose alucinados al ver el lugar.




La casa donde se encontraba su ya hija oficial era bastante grande y, maravillados, comenzaron a subir la escalera donde los estaba esperando la directora del lugar.




Tras saludarse y hablar un poco, la directora los acompañó hasta la sala junto a la que estaba esperando su hija. El encuentro debía ser íntimo entre ellos tres y ninguna persona ajena a ellos influiría en nada.
- ¿Estás nervioso Oscar? Porque a mí me va a dar un telele.
- Me tiemblan las piernas cariño…




Y cruzando la puerta, se la encontraron de frente. Mirándola, Bianca sonrió y saludó a la pequeña. Oscar, algo más serio, todavía no se podría creer que esa niña fuera su hija… ¡Eran padres al fin!




Después de una larga charla donde comenzaron a conocerse y terminar todo el papeleo que les quedaba allí, pudieron llevarse a su hija con ellos, volviendo a Los Aniegos tras unas horas interminables de espera en el avión.
- Esta será tu habitación,-le decía Oscar a su hija-. No sabíamos tus gustos, así que ahora que estás aquí dinos lo que te gusta y lo que no y cambiaremos el cuarto como tú prefieras.
- Vale…




La pequeña estaba mirando la habitación de arriba abajo, fijándose en todo y aún sorprendida de que ese lugar sería, a partir de ese momento, su hogar. De que esas personas serían sus padres y de que, tras 7 años de espera, podría comenzar a tener una vida normal…




CONTINUARÁ…

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