jueves, 15 de noviembre de 2018

Crossed Lives || Capítulo 18

FINAL


Poniéndolos a todos en fila, Navarro sacó la pistola y comenzó a apuntarlos mientras les preguntaba quién había dado el chivatazo.
- ¡¿Quién ha sido?! Que dé un paso al frente para que los demás sepan que con nosotros no se juega…
- …
- ¡¿Nadie?! Muy bien, me vais a acabar obligando a subir y reventar a tiros al pequeño y adorable Lucas que duerme arriba… Así que ¡hablad!




La policía había comenzado a acordonar la zona, rodeándola de coches patrulla, desplegando policías, francotiradores y megáfonos para poder comunicarse con los secuestradores.




Alfonso, mirando hacia la ventana, le dijo a Navarro que estaban rodeados.
- No hay salida posible, Navarro.
- ¡Que te calles! Aquí hoy va a morir alguien y no voy a ser yo.




Comenzando a temblar de miedo, Rosalía llamó la atención de Navarro.
- ¡¿Fuiste tú?!
- No, yo no he hecho nada.
- ¡Mientes! Bajas la mirada cuando me hablas… ¡Fuiste tú! ¡Zorra!




Pero justo cuando iba a disparar, Jara se colocó delante de su madre.
- Ya te ha dicho mi madre que no ha sido.
- Oh, qué bonito es el amor entre una madre y sus hijos… Hasta que de repente la madre se mete a puta y el hijo tiene que ver cómo se follan a su madre día tras día y un hombre tras otro mientras no puedes hacer nada más que buscarte la vida por tu cuenta por unos simples dólares…
- Si tu vida es una puta mierda no tenemos culpa los demás. ¡Pégate un tiro y déjanos en paz!




Edgar temía seriamente por la vida de su hermana, ya que sus palabras no habían sido para nada cordiales con Navarro, que agarraba la pistola con fuerza. Pero de lo que se estaba dando cuenta Edgar era que Navarro podría haberla disparado y no lo había hecho aún…




Ángel no podía soportar ver a Jara frente a Navarro, apuntándola a la cabeza, sin temblarle el pulso, así que se dispuso a hablar cuando un pequeño golpe de Rosalía, acompañado de un gesto con la cabeza, se lo impidió. Entendió que sería mejor mantener la boca cerrada en ese momento, ya que parecía que Jara tenía todo bajo control.




Uno de los francotiradores, después de colocarse en su posición, pudo tener una visión completa de los secuestradores, por lo que avisó a sus superiores.
- Estoy en posición y tengo un disparo claro para Daniel Navarro. Está empuñando el arma y parece dispuesto a abrir fuego contra uno de sus rehenes. ¿Disparo?
- No, manténgase a la espera Jameson. Vamos a intentar que depongan las armas de manera pacífica.




Agarrando uno de los megáfonos, el capitán de la policía se dirigió hacia Navarro y Alfonso.
- ¡Sabemos que estáis armados, pero están completamente rodeados! ¡No tenéis escapatoria! ¡Deponed las armas y todo acabará bien!-y dejando el megáfono a un lado, preguntó por radio a sus agentes-. ¿Situación?
- Daniel Navarro se ha dado cuenta de los punteros láser y se está comenzando a poner nervioso,-comentó uno de los francotiradores-. ¡Atención! ¡Ha cargado el arma! ¡Señor! Parece que se prepara para disparar.
- ¡Fuego!



Y en un escaso segundo, el cuerpo inerte de Navarro caía al suelo ante el estupor de Jara, quien había visto delante de sus narices cómo habían disparado a ese malnacido, haciéndole saltar por los aires parte de su cerebro.

Los demás comenzaron a sonreír, temerosos aún de lo que podía hacer Alfonso, que se había agachado al escuchar el disparo.

Al ver a su amigo muerto en el suelo, se incorporó y no tuvo más remedio que tirar la toalla.
- No hay escapatoria,-dijo en voz alta-. Valoro más mi vida que morir por algo que no empecé yo…

Dirigiéndose a todos, los miró, respiró hondo y les habló.
- Salid. Quedáis libres…-y justo cuando todos comenzaron a correr, Alfonso se dirigió a Gema-. Gema… Lo siento. Ve a por Lucas y cuando salgas, deja la puerta abierta…

Sin decir nada más, todos salieron corriendo de la casa sintiendo cómo las gotas de agua caían sobre ellos, sintiendo que era el final de una cruda etapa.

La policía bajó las armas en cuanto los vieron y los pusieron a salvo, avisando a los sanitarios para que se acercasen y los atendiesen de lo que necesitaran.

Unos minutos después y completamente desarmado, Alfonso salió de la casa y se entregó a la policía, que, muy despacio, se acercó hasta colocarle las esposas…

Seis meses después de lo ocurrido, en plena primavera, Rosalía, Genaro, Edgar y Lucas se habían mudado, finalmente, de esa casucha a una bastante más grande. Habían dejado atrás las estrecheces de un cubículo a la anchura de una casa con piscina.

Esa mañana, Genaro y Rosalía tenían que ir a mirar muebles, ya que acababan de comprar la casa y todavía no tenían todo a su gusto.
- Buenos días cariño,-saludó Rosalía-, ¿cómo has pasado la noche?
- Bien, ¿y vosotros?
- Muy bien también,-contestó Genaro-. Vamos a los grandes almacenes a comprar muebles, ¿vale? Ahora vendrá Gema y se quedará con Lucas mientras tú vas a abrir y a atender la tienda, ¿okey?
- No hay problema jefe jeje.

Gracias a Dios, el secuestro no acabó mal para ellos y Rosalía mantuvo su trabajo como secretaria en el bufete de Horacio, quien le subió el suelo y la recibió con una fiesta sorpresa. Pero eso no era todo, Horacio ayudó económicamente a Genaro para que pudiera abrir su propia tienda informática y así poder continuar su vida sin ningún problema.

Por su parte, Edgar se aplicó más en los estudios y mejoró sus notas considerablemente, sorprendiendo a amigos y profesores. Cambió su look y parecía haber madurado en todos los aspectos, de forma que con su relación con Míriam todo iba muchísimo mejor, ya que, después de lo ocurrido, se había dado cuenta de que no podría vivir sin ella.

Unos minutos después, llegó Gema, recibiéndola Edgar con Lucas en brazos.
- ¡Buenas Gema!-saludó Edgar-.
- ¡Hola chicos! ¿Qué tal se ha portado esta noche el peque?
- Muy bien, ha dormido del tirón, pasa.

Tras darle pasarle a Lucas y saludarlo y llenarlo de besos y abrazos, Gema siguió a Edgar hasta el salón.
- Menuda casa os habéis comprado,-halagó Gema-. Sin duda aquí vais a estar mucho mejor que antes…
- Sí, la verdad es que estamos muy contentos con cómo han cambiado las cosas.
- Ya te digo, si me lo llegan a decir hace un año no me lo habría creído.
- Jajajaja, anda, ni yo…

El secuestro sirvió para olvidar cualquier tipo de rencor entre Gema con todos los demás, haciendo que la relación entre ellos cambiase por completo y existiera buen rollo. Gema habló con Horacio y éste la ayudó a obtener la custodia compartida de Lucas junto con Genaro. Además, con los ahorros que tenía más el dinero de la venta de la casa de Twinbrook, se compró una modesta casa cerca de la de su ex-marido para poder estar cerca para cualquier urgencia. Y como necesitaba un trabajo para poder mantenerse, Genaro la contrató como dependienta en su nueva tienda informática, atendiendo al público y facilitándoles la compra.

Por su parte, la nueva pareja formada por Ángel y Jara disfrutaban de la soledad de su casa, más unidos que nunca y sin parar de darse cariño mutuo en cualquier momento.

Desde que salieran corriendo de la casa donde habían estado secuestrado, los dos se sinceraron el uno con el otro y se declararon todo el amor que tenían dentro, comenzando a salir desde ese mismo instante, prometiéndose mutuamente que siempre serían sinceros y que no se ocultarían nada.

Jara, por su parte, siguió trabajando para la familia Tomillo y, por recomendación de ellos, en varias casas más, teniendo un sueldo bastante aceptable cada mes.

Y Ángel estaba más que contento, ya que el secuestro sirvió para que la amistad surgiera entre Genaro y él, quienes trabajaban en la tienda del primero. Edgar venía a ayudar alguna tarde, cuando terminaba sus tareas del instituto y, principalmente, cuando Ángel se tomaba un descanso para estudiar, ya que se había matriculado de nuevo en la carrera que tuvo que dejar, pero en esta ocasión en una universidad a distancia para poder seguir con su vida aquí.

Al fin todo había terminado, la vida se hacía paso de nuevo tras una mala época en la que no parecía haber final. Navarro estaba criando malvas en algún cementerio y Alfonso se pudría en la cárcel sabiendo que la única forma de salir de allí sería en una caja de pino…
Todo seguía su camino, todo seguía adelante y nuestros protagonistas comenzaban a vivir, por fin, en paz, amor y armonía.
FIN

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