jueves, 4 de enero de 2018

Capítulo 13 de "The Shadow"

CAPÍTULO 13

Una semana más tarde y ante la pronta mejoría de Kevin, recibió el alta y pudo volver a casa, regalo de bodas de su suegro.


Salieron del coche y Kevin se quedó mirando la casa con asombro.
-          Todavía me sorprendo al ver esta casa y saber que ahora vivo aquí.
-          Sí cariño, nos lo merecemos. 


Entraron en la casa y lo que más ganas tenían era de echarse encima de la cama y dormir juntos o al menos estar uno al lado del otro, abrazados…


Paulova no podía estar más contenta al sentir a Kevin a su lado, notar el tacto de su mano junto a ella, tener su brazo pasando por su cintura… Había cosas que no tenían precio.


Al rato, salieron para comer algo. Aunque el otoño estaba comenzando, aún hacía buen tiempo así que aprovecharon para poder comer al aire libre unos perritos calientes.           
-          Mmm, qué buenos me han salido,-comentó Paulova-.
-          Sí, comparado con la comida del hospital esto es un manjar de los dioses. Echaba de menos tus comidas.
-          ¿Sólo eso?
-          Bueeeeno jajaja.


Kevin reía ante la cara que había puesto su mujer por la broma de éste.
-          Ya sabes lo que te he echado de menos y el saber que estoy fuera, sano y contigo a mi lado es lo mejor que me podía pasar.
-          Lo sé tonto. No podía esperar a tenerte aquí junto a mí.


La conversación era bastante animada entre ambos mientras devoraban la comida.
-          ¿Y en la universidad cómo te va?
-          Por ahora bien, pero debería ponerme a estudiar porque en unos meses comienzo con los exámenes y me lo quiero preparar bien, pero con todo lo que ha pasado no he podido dar un palo al agua.
-          Pero ahora que me tienes aquí podrás centrarte mucho más en tus estudios. Este año terminas tu carrera y serás libre.


Paulova se quedó mirando hacia un punto fijo en el plato pensativa sin darse cuenta de que su marido la miraba.


Kevin la llamó y la sacó de ese trance.
-          Pau, ¿dónde estabas? Te has quedado mirando al plato vacío inmóvil.
-          Ah nada, estaba en mi mundo. ¿Quieres postre?
-          No, tú vete a estudiar, hazme caso. Yo recojo todo esto, ¿vale?
-          De verdad, que no me importa quitarlo yo, venga.
-          Pau,-dijo poniéndose más serio-, ve a estudiar. Yo voy a seguir estando aquí, no te preocupes. Te quiero mucho cariño.
-          Y yo peque.


Paulova entró en la casa mientras que Kevin se quedó quitando el mantel y recogiendo los platos dejando todo como estaba.


Mientras tanto, los dedos de su mujer tecleaban en el portátil poniéndose al día con los apuntes, trabajos, clases online…


Como Kevin estaba de baja, dedicaba mucho más tiempo al ocio, como leer. Le había cogido el gustillo y estar sentado en el sillón al calor de la chimenea era un gustazo.


Pasado un mes, Kevin se encontraba mejor, había tenido varias pruebas de percepción visual, mental y psicológica y las había pasado todas sin ningún problema, así que en cualquier momento podría reincorporarse al trabajo.


A su vez, Paulova estaba más centrada en la universidad que la tenía más que consumida, pero siempre encontraba un hueco para estar con su chico.


Un día volvió bastante más temprano de lo común y al entrar se encontró en el salón a Kevin leyendo.
-          Muy buenas cariño.
-          ¿Cómo tú por aquí Pau?
-          Una profesora ha faltado y nos hemos ido.
-          Ah estupendo, me alegra verte antes que de costumbre.
-          Por cierto, ¿cómo va la cena?
-          Bien, está todo preparado. No te preocupes.


Levantándose, Kevin abrazó y besó a Paulova. Hoy era un día especial para ellos ya que era la cena de “presentación oficial” de la novia de Walcott.


La mano masculina se posó en la cintura de ella, acercándola a él con firmeza.
-          Uy, ¿y este acercamiento tan peligroso cariño?-preguntó Paulova-.
-          Bueno… queda más de una hora para que lleguen, así que por qué no “matar” el tiempo mientras nos duchamos juntos, ¿no?
-          Me gusta como piensas baby.


Y efectivamente, puntual como un reloj llegaron Walcott y su novia a la casa del joven matrimonio. ¿Estarían listos después de la sesión de ducha conjunta?


CONTINUARÁ…

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