CAPÍTULO 7
Terminaron las clases y
Mandy le preguntó a Fernando si quería que quedaran para ir al Festival de
Primavera. Fernando dudó y miró hacia la puerta pero al no ver que Travis no
había salido todavía, aceptó la proposición.
Mandy se empeñó en que utilizaran
la máquina del amor y así lo hicieron. Como podéis ver, el resultado fue
desastroso…
Eso no iba a salir como
ellos pensaban…
-
Adiós a la
posible pareja. Seríamos un desastre Fer.
-
Ya…-pero
Fernando pensaba en que no estaba siendo sincero con ella y no se lo merecía-.
Después se pusieron a
patinar sobre ruedas en la pista de al lado y al cabo de unos minutos, Fernando
divisó algo al fondo que hizo que saliera de allí.
Se acercó para
certificar que sus ojos no le mentían pero no, era todo real y auténtico.
Travis estaba con Fany en el banco muy acaramelados…
Fernando sintió un
pinchazo dentro de él… cuando Mandy apareció detrás de él e, inocentemente,
hizo un comentario.
-
Ohhh, qué cucos
son. ¿No son monos?
-
¿Monos? Mira
Mandy, vayámonos a casa que tengo que hablar contigo.
-
¿Pero qué te pasa?
¿Estás enfadado?
-
Ahora hablaremos
Mandy…
Llegaron a la casa y
Fernando la invitó a sentarse en el sofá mientras él comenzaba a hablar.
-
¿Qué te pasa
Fer?
-
Verás, como
sabrás, Travis es un buen amigo mío.
-
Sí, todos lo
sabemos.
-
Pues no somos
tan buenos amigos…
-
¿Cómo?
Explícate.
Fernando iba a soltar
el bombazo…
-
Somos algo más
que amigos. Somos… pareja.
-
¿NOVIOS?-se
extrañó Mandy-.
-
Sí, pero te lo
puedo explicar. Desde que tengo uso de razón, siempre he odiado a las mujeres,
no las he podido ni ver y siempre a los hombres los he puesto en un pedestal.
Mi padre y yo teníamos una relación muy estrecha hasta que se echó novia. Por
eso, me apoyé tanto en Travis y un día que quedamos nos abrazamos y al
separarnos, él me besó y me dijo que siempre había querido probar besar a un
chico. Total, que nos gustó el beso y comenzamos a salir pero en secreto. Y
ahora voy y le encuentro con una chica,-dijo con fastidio-.
Mandy escuchaba
atentamente a lo que le estaba diciendo Fernando.
-
Y una pregunta,
¿alguna vez te has preguntado por qué tienes ese odio hacia las mujeres?
-
Pues… no. Yo
pensaba que había nacido así.
-
Si no es mucho
preguntar, ¿dónde está tu madre?
-
Murió… es una
larga historia.
-
Ah, no lo sabía,
lo siento.
-
No te preocupes,
pasó hace mucho tiempo. Yo apenas la conocí.
-
Y bueno, a raíz
de esto, ¿tu padre qué hizo?
-
¿A qué te
refieres?
-
Con su vida
amorosa digo, ¿tuvo más novias?
-
Sí, siempre lo
he visto rodeado de mujeres, tal vez sea por el trabajo pero nunca ha faltado
ninguna a su lado.
-
¿No crees que la
falta de una madre y ver a tantas mujeres en tu casa ha hecho que tengas un
concepto incorrecto de ellas?
Fernando nunca se había
planteado eso.
-
¿Tú crees
Mandy?-preguntó Fernando asombrado-.
-
Claro. La falta
de una madre cariñosa a tu lado y que hubiera una mujer distinta cada x tiempo
ha podido ser la causa de todo esto. Por ejemplo, cuando estás conmigo ¿qué
sientes?
-
¿Lo que siento a
si te quiero?
-
No, sino qué es
lo que sientes respecto a si te encuentras bien, mal, sientes repelús…
-
No, al
contrario, me encuentro muy a gusto y eso me extrañó la primera vez que
estuviste aquí ya que nunca había tratado con una chica más que en clase.
-
Y cuando te besé,
¿qué es lo que sentiste?
-
Pues… no me lo
esperaba, pero claro, al ser una persona tan dulce, que me trata bien y que
nunca me ha hecho sentirme mal como otras personas, me llegó a gustar.
La conversación
continuaba fluida.
-
¿De verdad?
-
Sí, aunque me
rompiste los esquemas. Nunca había besado a una chica. Mi única experiencia
amorosa fue con Travis y que tu beso, aunque fuera juntar los labios, me
gustara, me descolocó. ¿Te gustó cómo te besé?
-
Solo juntamos
los labios, no puedo opinar…
-
¿Sí?-dijo
sonriendo y poniendo cara de sinvergüenza Fernando-. Pues Mandy… ha llegado el
día en que lo sepas.
Mandy estaba algo
impactada con la actuación de Fernando.
-
Pero espera, ¿y
Travis?
-
Él se está
cepillando a Fany, así que, ¿por qué voy a tener que reprimirme yo si me gusta
besarte?
-
Ohhh, qué cuqui
eres Fer, te voy a comer,-respondió Mandy-.
-
En breve lo
harás, no te preocupes.
Los dos se callaron
pero sus miradas se mantenían. Fernando cambió su mirada y sonrió levemente
girando su boca hacia la derecha.
-
Ay Fer, esa
mirada… ¿Qué vas a hacer?
-
Teletransportarte
a las estrellas…
Fernando se acercó a
ella y la atrajo hacia sí haciendo que sus cuerpos se juntaran aún más.
Se miraron y sus bocas
se unieron en un beso mucho más profundo que el primero.
Poco a poco fueron
abriendo sus bocas y las lenguas de ambos comenzaron su trabajo al unirse entre
ellas y formar una danza que solo ellos dos conocían.
Al poco, terminaron de
besarse y Mandy, con cara de corderita degollada, miró su reloj y vio que era
la hora de irse a casa.
-
Estoy tan bien
aquí que no me importaría quedarme.
-
Quédate.
-
No puedo, mi
madre me mata si se entera.
-
Bueno, si tu
madre te lo ha dicho, habrá que hacerle caso. Espera, te acompaño.
Fernando la acompañó y
la despidió juntando sus labios levemente. En cuanto salió, un crujido del
suelo justo detrás de él le hizo volverse.
Su padre, con una cara
alegre, le hizo una pregunta.
-
Anda, anda,
¿quién era esa, hijo?
-
Una compañera de
clase, simplemente.
-
¿Seguro? No lo
parecía cuando la besaste…
Fernando se puso serio.
-
Papá, pareces un
loco de estos cotillas que se pasa la tarde viendo el Sálvame o Mujeres,
Hombres y viceversa…
-
¿Es malo
preocuparme por los amores de mi hijo?
-
No. Si fuera
algo serio te lo contaría, no te preocupes. Lo que me molesta es que me digas
que no salga del spa sin ducharme por el olor y tú aquí estás en bañador en
mitad del salón…
Fernando le dijo sin
miramientos lo que pensaba a su padre.
-
Ahí tienes
razón.
-
Hasta luego
papá,-dijo con un tono gracioso-.
Mientras su padre se
duchaba, como sabía que tardaba mientras se secaba, se echaba sus cremas y sus
potes, aprovechó para montar su plan respecto a Lulú, pero antes, debía conocer
más sobre ella.
Lulú salió por la
puerta dirigiéndose hacia el baño y en ese preciso momento, aprovechó Fernando
para entrar por la otra puerta.
Abrió el portátil y
buscó el currículum de ella y algunas cosas más y las guardó en un pen-drive.
Lulú salió del baño y
miró hacia el cuarto de Fernando, desde donde se escuchaba muy fuerte una
música.
Rápidamente, Fernando
dejó todo tal y como estaba y se dio prisa en salir por donde había entrado
antes de que lo pillara.
Por poco, justo cerró
la puerta Fernando cuando abrió la otra Lulú y se sentó en el escritorio sin
sospechar absolutamente nada.
Fernando encendió su
ordenador y conectó el USB en el puerto y abrió los documentos que había
encontrado. Cogió el nombre de Lulú y lo puso en Google para buscar información
sobre ella.
Para su sorpresa, al
abrir la Wikipedia, se enteró de que había sido actriz porno.
-
Ya sabía yo que
tenía cada de puta chupapollas… Encima es una hija de puta. Lo tiene todo la
muy…
No obstante, siguió
buscando y viendo algunos vídeos que aparecían por la web.
Unos 15 minutos más
tarde y sin previo aviso, entró en el cuarto de su padre y se encontró a Lulú
desnuda abriendo el armario para cambiarse.
Lulú sonrió al ver a
Fernando.
-
Mira quien es…
El joven mariconazo de la casa. ¿Qué quieres? ¿Te apetece ver el cuerpo del
pecado?
Pero Fernando iba con
otras intenciones…
-
Tú, cacho de
puta, cierra esa bocaza porque ahora no tienes ninguna polla en la boca y
escúchame. A partir de ahora tú y yo vamos a tener una relación distante y no
me vas a volver a amenazar más, ¿me has entendido?
-
¿Con qué derecho
me hablas así? ¿Sabes lo que pasará si le cuento a tu padre que te gusta comer
rabo y no precisamente de toro?
-
¿Sabes lo que
pasará si le cuento a mi padre que te gusta comer el rabo del director?
Lulú ya no sería tanto
como antes…
-
Já, ¿el
director?
-
¿Qué pasa? ¿No
te acuerdas de cómo se corrió en tu boca? Porque si quieres tengo unas fotos
que si mi padre las viera se pondría hecho una fiera… Así que ya sabes, Lulú
Pretel. ¡Ay no! Que ese no es tu nombre, lo siento.
Lulú estaba indignada.
Fernando la había pillado.
-
¿Has dicho todo
lo que tenías que decir verdad? ¡Ahora vete!
-
Ay, qué pena me
das… Chao, chao.
Una vez que Fernando se
fue, Lulú se quedó pensativa.
-
¿Y si es verdad
y tiene fotos mías con el director? No puedo arriesgarme a que todo salga mal…
Ahora tengo un estatus y una vida digna, la gente no me mira por la calle y me
señala diciéndome que soy una puta. Tengo que hacer algo.
CONTINUARÁ…
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