Siempre un pequeño descanso nos vendrá bien, así que os recomiendo que dejéis lo que estáis haciendo durante cinco minutos y leáis este capítulo que es el principio de los primeros cambios fuertes de la historia... ¿Te lo vas a perder? ¡Nos vemos el martes en el siguiente capítulo!
CAPÍTULO 10
Sobre las 12 de la
noche, todos estaban muuuuuy felices. Fernando había robado una botella de
Vodka del bar del padre de Fany y ahora estaban todos en el mundo de Yupi. Travis intentaba no quedarse
dormido pero era muy difícil. Andando como los patos se le cayó la bebida.
Estaban todos para el
arrastre.
-
Tío, yo tenía
aquí el vaso en la mano… ¿dónde está?-se preguntaba Fer-.
-
¡Que se te ha
caído al suelo memo!-gritaba Fany cruzando las piernas para no mearse encima-.
Mandy no mantenía el
equilibrio ni a la de 3 y si no se caía era porque se agarraba a las cosas de
su alrededor.
Cuando consiguió llegar
al sofá, se sentó junto a Fernando y comenzaron a besarse apasionadamente abriendo
sus bocas y dejando que las lenguas hicieran el resto.
A Fernando se le veía
más fogoso de la cuenta. Esto del alcohol le activaba las hormonas.
Travis, en cuanto
consiguió sentarse en la silla se quedó frito. Habían acabado con la botella en
20 minutos jugando al juego de los chupitos.
Mandy era la que estaba
peor. Se cayó al suelo y se llevó la mano a la cabeza porque todo a su
alrededor no paraba de darle vueltas.
Cuando terminaron de
besarse, Fernando pensó en una locura…
-
Oye Mandy,
¿follamos? Estos dos están dormidos y yo estoy cachondo perdido…
Mandy se puso a pensar.
-
¿Follar? Mmm, me
encanta la idea…
Pero para la desgracia
de ellos dos, Alberto entró por la puerta porque la música estaba muy alta y
las voces que habían estado dando eran muy fuertes.
Para su sorpresa, al
verlos a todos borrachos, tirados en el suelo y dormidos, su cara comenzó a
agriarse.
-
Fernando
Rodríguez, ¡sal ahora mismo de este cuarto!
Cuando al fin salió de
su cuarto y que su padre lo viera dando eses mientras caminaba, le echó una
gran bronca.
-
¡¿Se puede saber
qué coño estás haciendo?!
-
Papá, relájate
un poco anda. Lo estamos pasando bien.
-
¿Bien? Un chico
dormido en la silla de tu escritorio y otra tirada en el suelo al borde de un
coma etílico, ¿eso es diversión?
-
Papá, son mis
amigos y estamos bailando, disfrutando de una buena noche. Estamos de
vacaciones.
Alberto no podía
tolerar el comportamiento de su hijo.
-
¿De dónde has
sacado el alcohol? Dime.
-
El padre de Fany
tiene un bar y le mangamos una botella.
-
¿La robasteis?
¿Quién te ha enseñado todo eso? Porque yo desde luego no.
-
Papá no me ralles
anda que te repites más que el ajo.
-
¡SOY TU PADRE!
El padre de Fer no
podía creer lo que estaba escuchando y lo que le quedaba por escuchar…
-
¡Y nunca estás
en casa! ¿Para qué dejaste que yo naciera? Para esto deberías haber dejado que
mamá viviera.
-
¿También tengo
la culpa de que a tu madre le entrara un cáncer mientras estaba embarazada de
ti?
-
Sí, es culpa
tuya. ¡Tú no me quieres! Te pasas el día trabajando, tocando tetas y operando a
chicas sin sesera. Sino mira a la puta de Lulú. Comiendo pollas de dos en dos y
a ti te la suda entera.
Alberto vio a su hijo y
no le reconocía. Era la primera vez que se comportaba así. Tuvo un poco de
miedo incluso…
Algo más calmado,
Alberto contestó a su hijo.
-
Fernando, no me
comprendes. Después de todo lo que sufrí con la pérdida de tu madre ¿me echas
en cara esto? Que se quedara embarazada fue una alegría inmensa para los dos.
Yo la amaba y la sigo queriendo allá donde esté. Que tuviera cáncer no fue mi
culpa. Los 4 meses después del parto cada día estaba más consumida pero estaba
siempre con una sonrisa. Eras su niño, eres mi hijo y te quiero.
Pero Fer seguía igual.
-
¡Me la pela! No
me has demostrado nada en estos 15 años de vida que tengo. ¡Que te den!
El alcohol cada vez
hacía más efecto y Fernando se mareó de tal forma que comenzó a tambalearse de
un lado para otro lado…
Fernando se levantó
bien entrado el día y con muchas lagunas mentales. ¿Qué había pasado la noche
anterior?
Miró el equipo de
música y lo último que recordaba era que estaba bailando con Mandy, Fany y
Travis mientras bebían unas copas, pero del resto no tenía ni idea.
Lulú y Alberto hablaban
de lo ocurrido la noche anterior.
Lulú tenía un plan tramado
y estaba a punto de decírselo a Alberto.
-
Alberto, después
de cómo te trató tu hijo y de cómo está cambiando, ¿crees que te mereces esto?
Eres un gran padre y lo haces lo mejor que puedes. Yo que tú cortaba todo esto
de raíz y para siempre.
Alberto reflexionaba
seriamente sobre esto.
-
¿Crees que
serviría? No quiero que me odie más todavía. Es mi hijo y pase lo que pase le
sigo queriendo.
-
Haz lo que
quieras, al fin y al cabo es tu hijo y yo ni pincho ni corto en este tema.
-
Sí lo haces,
eres mi futura esposa. Tu opinión es muy importante para mí.
Lulú sonrió.
-
Entonces déjame
enseñarte lo que va a pasar si no cortas el problema de raíz.
Lulú se sentó en el
escritorio y una vez encendido el ordenador buscó unas fotos.
-
¿Ese es mi
Fernando?
-
Sí.
-
¿Y el otro es su
amigo Travis?
-
No parece que
sea sólo su amigo…
-
Pero si lo vi
besándose un día con Mandy.
-
Hay mucha gente
que le gustan las dos cosas Alberto, no me seas ingenuo…
Lulú entonces recordó
el momento en el que consiguió las fotos de Fernando y Travis. Una mañana,
Alberto llamó a su hijo para mandarlo a la compra y dejó el ordenador
encendido.
Así que Lulú aprovechó
para borrar las fotos de ella con el director y al irlas a borrar de la
papelera, se dio cuenta de que ahí dentro habían fotos de Fernando y Travis
besándose. La jugada le había salido redonda.
28- Alberto, estaba en
contra de la homosexualidad por culpa de que sus padres le habían inculcado una
serie de cosas que hacían que tuviera una personalidad anticuada, no aceptó de
ninguna forma aquellas fotos y menos todavía cuando sabía que le iban las dos
cosas.
-
Esto es el punto
y final de una etapa. Esta situación no se va a quedar así,-dijo Alberto
buscando algo por internet-.
Al cabo de una hora,
Alberto entró en el cuarto de su hijo y se lo encontró viendo la tele.
-
Hijo, recoge tus
cosas que nos vamos.
-
¿Irnos? ¿Dónde?
Fer no sabía lo que
tramaba su padre y estaba bastante extrañado.
-
Papá, quería
hablar contigo respecto a lo de ayer. Yo…
-
No tienes que
decirme nada más. Me lo dijiste todo y muy clarito. Ahora recoge tus cosas que
nos vamos.
Fer nunca había visto a
su padre de aquella manera.
-
¿Dónde nos vamos
a ir?
-
Ya lo verás.
-
¿Vamos a pasar
el día fuera?
-
Algo así.
-
Esto me huele
mal…-pensaba Fernando-.
Alberto seguía serio
por fuera pero con un lío en su interior.
-
Déjame un
momento que haga la maleta.
-
No va a hacer
falta. Llévate el cepillo de dientes y poco más.
-
Vale, déjame que
prepare.
-
Te espero abajo,
no tardes.
Fernando encendió el
ordenador. No sabía por qué pero quería enseñarle las fotos de Lulú con el
director.
Para su sorpresa, las
fotos no estaban por ningún lado. Sabía que Lulú de alguna forma había conseguido
borrarlas y a donde lo llevara su padre también sería idea de ella. De repente,
se escuchó la voz de su padre gritando desde abajo.
-
¡Vamos! ¡No
tenemos todo el día coño!
Fernando bajó corriendo
hasta donde estaba su padre.
-
Vámonos ya,-dijo
Alberto-.
Desde que ambos se
sentaran en el coche ninguno abrió la boca e iban en completo silencio.
¿A dónde le llevaría su
padre? No tenía ni idea pero dentro de él sabía que no iba a pasar el día
simplemente…
CONTINUARÁ…
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