Cambiando de tema, hoy es viernes, día de diversión, relax y capítulo, obviamente. ¿Os gustó el capítulo anterior? Pues aquí os dejo el siguiente capítulo. ¡Que lo disfrutéis!
CAPÍTULO 14
El director se adelantó
un poco para comenzar a investigar pero en ese momento escuchó un ruido detrás
de él.
Hugh se volvió y pudo
ver a un chico con una máscara.
-
Eh tú, bigotes.
¿Se puede saber qué coño haces aquí?
-
¿Y usted es…?
-
Oh, que el nene
no me reconoce.
-
Disculpe pero yo
le estoy tratando educadamente para que usted me falte al respeto.
-
Si te lo falto
es porque me suda el nabo lo que digas. Una vez te dije que no volvieras a
pisar este sitio porque lo lamentarías y aquí estás. Te avisé…
-
Un momento,
¿eres… Frank?
El desconocido soltó
una pequeña carcajada.
-
¡Premio!-gritó
este hombre mientras le propinaba un puñetazo en la cara al director que lo
dejó aturdido-.
Aprovechando que el
director se tambaleaba un poco tras el puñetazo en la cara, saltó de tal forma
que levantó la pierna en alto y le dio una patada en el cuello al director
Bernam que lo dejó KO.
El señor Bernam cayó al
suelo totalmente inconsciente. No se movía y podía haberse hecho mucho daño.
¿Quién era ese tipo?
El sospechoso miró el
cuerpo inmóvil del director y se sonrió.
-
Ahora te
pensarás dos veces el volver a pisar este sitio…
Fernando se había
despertado ante las voces pero no se quiso mover para no levantar sospechas. En
cuanto vio que el hombre se había ido, con miedo por si estaba escondido, se
levantó muy despacio.
Acercándose poco a poco
hacia el director, cuando ya supo que no había peligro supo lo que tenía que
hacer. En lo que llevaban de curso habían comenzado a dar una asignatura de
primeros auxilios y en ese momento no dudó en aplicar lo que había aprendido.
Al fin y al cabo le había servido de algo.
Tenía la cara bastante magullada y se llevó la mano al bolsillo pero se dio cuenta de que no tenía
móvil encima ni el director tampoco, así que incorporándolo como pudo se lo
llevó hasta el hospital. Luego, se quedó con él.
Mientras tanto, en el
internado, la señorita Stacy le decía a las chicas que era la hora de
acostarse. Luego bajando, se dirigió a la zona masculina para hacer lo mismo.
Entró en el dormitorio
pero se encontró a los 2 chicos ya acostados.
Escuchó que Bryan
roncaba un poco y eso le hizo sonreír.
Bajó y se dirigió a la
cama para acostarse. No sabía dónde estaba Fernando ni Hugh. Sabía que no iba a
poder dormir esa noche.
A la mañana siguiente,
sobre las 7 y 5, Fernando y el director llegaron al internado. Llamaron y la
profesora Ford salió para abrir.
Cuando vio que era Hugh
salió corriendo a su encuentro. La alegría la desbordaba.
Salió y lo besó delante
de Fernando sin importarle nada que estuviera delante. Ahora que sabía que
estaba bien, quería achucharlo.
-
¿Estás bien
Hugh? ¿Qué ha pasado?
-
Te lo contaré
más tarde. Lo que te puedo decir es que estoy bien gracias a Fernando… Sin él,
yo no estaría aquí.
La señorita Stacy
abrazó a Fernando.
-
No sé lo que has
hecho pero si lo has traído sano y salvo te doy las gracias.
-
No hay de qué.
He cumplido con mi deber.
Por el día que era no
tuvieron nada más que las horas de la señorita Ford, así que aprovechó el
director para sacar un momento de la clase a Fernando y hablar con él.
-
Señorito
Fernando, le he traído aquí para pedirle perdón por lo que ayer tuvo que
soportar.
-
¿Perdón usted a
mí? Debería ser al revés, yo fui el que me escapé y por mi culpa pasó lo que
pasó.
-
Bueno, la culpa
no es de ninguno, sino de ese hombre… Pero lo que me preocupa a mi es lo que le
hizo escaparse de aquí.
Fernando, entonces,
comenzó a explicarse.
-
Es que verá
director, esto es peor que una cárcel. Las chicas están separadas de los chicos
salvo en clase, tenemos un horario muy estricto, nos tratan de usted cuando
tenemos 15 años… Somos adolescentes, no somos adultos todavía.
-
¿Cree que
debería haber cambios?
-
Si sirviera de
algo, el horario de clases lo dejaría tal y como está, el almuerzo y las dos
horas de estudio por la tarde igual y luego tiempo libre y poderlo disfrutar
todos juntos, tanto chicas como chicos. A la hora de dormir cada uno en su
dormitorio, claro. Es que deberíais tratarnos como personas responsables y no
como unos niños pequeños.
El director lo
escuchaba atentamente y tomaba en cuenta los cambios que proponía Fernando.
-
Eso es lo que yo
haría, pero usted es el que decide. Mire, aquí estamos todos sin nuestra
familia ni amistades, entonces, ¿por qué no crear una familia nosotros?
-
¿Una familia? ¿A
qué se refiere?
-
Pues a que nos
comportemos como si fuéramos una familia. Ustedes los padres y nosotros los
hijos, con reglas y normas para las clases y asignaturas, obviamente.
-
Así la falta de
nuestros familiares no se haría tan notoria… ¿Echa de menos a sus padres?
El director estaba
comenzando a imaginarse los cambios y le gustaba la idea.
-
Algo. Bueno, a
mi madre no la conocí como quien dice.
-
Oh, lo siento.
¿Qué pasó?
-
Mientras estaba
embarazada de mí, le detectaron un cáncer y tenía que elegir entre abortar o
tratárselo ya que las radiaciones eran malas para mí, así que decidió que yo
naciera pero luego ya fue muy tarde y a los 4 meses de nacer ella murió.
-
Cuánto lo
siento. Yo también tengo una infancia un poco dura. Por eso me metí en este
internado.
-
¿Qué le pasó?
-
Mi padre se
desentendió de mi madre cuando ella le dijo que estaba embarazada y como sus
padres no la acogieron pues se tuvo que prostituir para sacar dinero. Luego
cuando me tuvo a mí, estaba metida en una mafia de prostitución y no podía
parar. Estaba explotada y le pasó igual que conmigo, se quedó embarazada de
otro hombre distinto y yo hice las veces de padre con tan solo 6 años. Luego
cuando tenía 9 me metieron en una casa de acogida y mi madre desapareció con mi
hermano.
Fernando estaba
boquiabierto. No se esperaba para nada la historia que había tenido el
director.
-
Años más tarde,
cuando yo tenía 19 años me enteré de que mi madre había muerto y mi hermano con
13 años se tenía que quedar conmigo pero había cambiado mucho. Estaba en una
banda callejera y ya fumaba y se metía droga. Un día nos peleamos delante de la
tumba de nuestra madre y fue cuando me dijo que no quería volverme a ver ahí.
-
Espere,
¿entonces el de ayer era…?
-
¿Mi hermano? Sí.
-
Lo siento… No me
esperaba nada así.
Después de toda la
conversación, el director habló con Stacy y luego fueron a clase para hablar
con los alumnos.
-
Chicos, tengo
algo muy importante que deciros. A partir de ahora va a haber una serie de
cambios bastante radicales respecto a lo que conocemos hasta ahora en este
internado. Lo más importante es que los chicos y las chicas podréis pasar el
tiempo libre juntos y estar cada uno en la zona del sexo contrario. Para dormir
seguirá igual salvo que nosotros no dormiremos en vuestras habitaciones así que
os vamos a dar un voto de confianza. Si rompéis el trato entonces tendremos que
cambiar nuestro comportamiento con vosotros… Creo que es justo, ¿no?
Habían pasado bastantes
meses y las cosas por el internado habían cambiado. Por ejemplo, el comedor
femenino había desaparecido para dar lugar a un salón de juego con un gran
billar en el centro de la sala.
En esa misma sala había
unos sofás para descansar o para sentarse mientras no era el turno de un
jugador.
La cocina femenina
también dejó paso a las lavadoras y secadoras, utilizadas para las clases de
Aprendizaje y Desarrollo de Actividades de Vida Diaria.
En la zona exterior
habían instalado bancos para sentarse, ya que muchas veces querían descansar y
no podían.
Alrededor de la zona de
clase también instalaron bancos y por esa zona también hicieron cambios.
El despacho del
director, por ejemplo, había sufrido un cambio. Habían construido una pared y
la distribución de los muebles tenía que cambiar un poco.
Esa puerta estaba
cerrada con llave y sólo la podían abrir Stacy y Hugh. ¿Qué escondería en su
interior?
Pues sencillo, si no iban
a dormir con los chicos, el director y su novia tendrían que descansar el algún
sitio, ¿no?
Y, por último, habían
trasladado algunos juegos a otra zona del internado para poder instalar esta
maravillosa pista de patinaje.
Parecía que todo iba viento en popa
pero… ¿es oro todo lo que reluce?
CONTINUARÁ…
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