Tras terminar la emisión y dejar todo el equipo conectado, Trevor
abrazó a Henry y fue a la cocina a servirse una cerveza mientras que
encendía la tele para ver la reacción de la gente a aquello que
acababan de hacer. Se moría de curiosidad por conocer qué impacto
había causado en el mundo.
Unos minutos después, Marc junto con Megan y Alicia, que se
empeñaron en acompañarlo, llegaron al lugar donde creía que se
había grabado el vídeo.
-
Debe ser aquí,-dijo Marc-.
Tras mirar a sus alrededores, todos pudieron comprobar que Marc
estaba en lo cierto.
-
Voy a entrar,-avisó Marc-.
-
Ten cuidado cariño,-advirtió Alicia-. Te amo.
- Y
yo también. Pase lo que pase, quedaos aquí fuera y ni se os ocurra
entrar. Si llega la policía mantenedles a ralla.
-
Dales caña, Marc,-animó Megan-.
-
Gracias...-y tras suspirar, comenzó a andar hacia la casa-.
Abriendo la puerta de entrada de par en par, Marc descubrió a la
otra persona que estaba ayudando a Henry. Sabía que éste no actuaba
solo pero, al ver de quién se trataba… Eso lo descolocó por
completo.
-
Voy al baño un momento, Trevor,-informó Henry levantándose del
sillón-.
-
¿Trevor?-preguntó Marc en ese momento-.
Levantándose, Trevor comenzó a sonreír con aires de superioridad y
grandeza.
-
Qué listo eres, cabrón,-comenzó a decir el cabecilla del plan-.
¿Desde cuándo le das tanto al coco?
-
Desde que tuve que ingeniármelas para sobrevivir porque nadie me
ayudó. ¿Y tú? ¿Desde cuándo eres tan hijo de la gran puta?
Saliendo del baño al escuchar voces, Henry descubrió quién acababa
de entrar. Sonriendo levemente al ver a Marc, se quedó mirándolo
sin pestañear mientras que Marc lo atravesaba con su mirada.
Pasando junto a él, Marc creyó escuchar algo de parte de Henry,
pero fue tan leve que no estaba seguro de si había oído bien.
- Lo
siento…
Enfrentándose directamente con Trevor, Marc comenzó a preguntarle
por su hijo.
-
¡¿Dónde coño tienes a mi hijo y por qué lo has secuestrado?!
- A
ver… Yo, estrictamente dicho, no he secuestrado a nadie. A mí…
Me han traído a un niño que, sorprendentemente era el tuyo.
-
¡NO JUEGUES CONMIGO! Se nota que todo esto lo has planeado tú.
¿Quién si no iba a ayudar a escapar a Henry haciéndonos creer a
todos que estaba muerto? ¿Quién pensó que una buena forma de
acercarse a nosotros sería a través de la pobre Megan? ¡Solamente
podías ser tú! No sé cómo no se me ha podido ocurrir antes…
-
Porque eres imbécil, igual que tus estúpidos padres que no supieron
educarte en condiciones.
-
¡NI SE TE OCURRA NOMBRAR DE NUEVO A MIS PADRES O TE REVIENTO LA PUTA
CABEZA!
Poniéndose algo más agresivo, Trevor sacó su arma del pantalón y
miró con odio a Marc.
-
¿Tú y cuántos más me vais a reventar la cabeza? Porque yo te veo
solo aquí… ¿Eres tan listo de venir aquí y descubrir nuestro
escondite y no traer a la policía? Eres gilipollas, Marc Oporto. Y
va a ser un placer acabar con tu hijo lentamente delante de ti.
-
Estás enfermo…
- Y
tú te vas a hundir en la mayor mierda de todas. Vas a estar tan
acabado que no me hará falta ni que yo quiera matarte, sino que me
vas a pedir tú que acabe con tu vida después de lo que le pienso
hacer a tu hijo y a la zorra de tu novia.
Henry, quien estaba escuchando esa discusión como un mero
espectador, sintió un pinchazo en el estómago al escuchar las
palabras de Trevor, así que aprovechó para ir a la cocina sin que
ninguno se diera cuenta, ya que estaban demasiado concentrados en
echarse mierda a la cara.
Yendo hacia la zona de los cubiertos, Henry buscó un cuchillo y,
tras encontrarlo y guardarlo en su pantalón, fue a volver al salón
justo cuando vio algo que le hizo parar de inmediato.
Fuera aún seguían Alicia y Megan, quienes no sabían nada de qué
estaba pasando dentro. Alicia no podía aguantar más y se echó a
llorar mientras que su amiga la intentaba animar.
-
Venga Alicia, anímate. Todo va a salir bien… Marc se está
ocupando de ello.
-
Como les pase algo a alguno de los dos… Me muero.
- No
vas a morirte. Yo fui quien metió la pata y yo voy a ser quien ayude
a solucionar esto.
-
¿Cómo?
-
Espérame aquí. Voy a entrar.
Justo cuando se volvió, Megan descubrió a Henry mirándola
completamente serio. Al verlo ahí plantado, su expresión cambió y
lo miró con ojos de rencor pero, por dentro, sus sentimientos hacia
él seguían vivos. Juntando sus manos a modo de súplica, Megan le
pidió a Henry que trajera al bebé.
Al ver que Megan no se movía, Alicia fue hacia ella y pudo ver a
Henry con sus propios ojos y éste, cerrando los suyos, suspiró.
Estaba entre la espada y la pared porque sentía que lo que estaba
haciendo no estaba bien, pero tampoco quería morir o entrar de nuevo
en la cárcel. Sin embargo, ahí estaban delante de él dos de las
mujeres más importantes de su vida: a la que había considerado como
su hermana y a la que le había entregado su corazón sin habérselo
propuesto…
Pensando en lo que hacer, a Henry se le ocurrió una idea y se le
ocurrió que, si salía bien, el bebé podría salir sano y salvo.
Ahora era el momento de averiguarlo...
Saliendo de la cocina y dirigiéndose al dormitorio donde estaba
Johnny y aprovechando que Marc y Trevor seguían discutiendo
acaloradamente, Henry sacó la cuna y la situó junto a la cámara de
vídeo. Sabiendo que todo estaba conectado y listo para retransmitir
si quería, Henry pulsó el mismo botón que Trevor unos minutos
antes rezando para que funcionase todo correctamente.
Ni Marc ni tampoco Trevor se habían dado cuenta de la presencia de
la cuna allí, por lo que Henry pensó que, si cogía en brazos al
pequeño y se iba rápidamente a la puerta de entrada sin que lo
vieran con Johnny, podría ponerlo a salvo. Sin embargo, algo estaba
a punto de ocurrir y cambiaría sus planes radicalmente…
Entrando Megan en la casa para arreglar las cosas, tal y como le
había prometido a Alicia, provocó que Trevor sacase su pistola de
nuevo y apuntase hacia Marc.
-
¡¿Trevor?!-preguntó Megan bastante sorprendida-.
-
¡Se acabó tanta palabrería! ¡ES LA HORA DE TU MUERTE!
Justo cuando Trevor apretó el gatillo, Marc se acordó de sus
padres… Iba a morir igual que ellos y, como si de una película se
tratase, vio toda su vida pasar por delante de sus ojos dándose
cuenta de que, a pesar de todo, había tenido un buen recorrido por
este mundo. Estaba preparado para morir…
Sin embargo, la bala pasó de largo e impactó en Megan, quien cayó
al suelo en ese mismo instante. Marc comenzó a respirar de nuevo al
ver que seguía vivo y, al ver a Megan tirada en el suelo, Henry
gritó con voz potente dirigiéndose hacia Trevor.
-
¡LA HAS MATADO HIJO DE PUTA!
Y sacando su cuchillo, Henry le rajó el cuello a Trevor provocando
que saliese sangre a mansalva, llenándose él y salpicando todo a su
alrededor.
-
¡NO!-pudo llegar a gritar Trevor antes de que su cuchillo rajase su
garganta-.
Henry miró cómo caía Trevor mientras que sujetaba el cuchillo con
fuerza a la vez que unas lágrimas caían por sus mejillas.
Verdaderamente, lo que había comenzado con Megan como parte del plan
de venganza, había acabado en un profundo amor entre los dos...
Convulsionando, Trevor exhaló su último aliento intentando contener
inútilmente la hemorragia de su cuello.
- Te
lo mereces, hijo de puta,-dijo Henry-.
Dirigiéndose hacia Marc y Alicia, quién había entrado en la casa
al escuchar el disparo, con el cuchillo en la mano, los miró
seriamente mientras que la pareja suplicaba por su vida.
-
Por favor, no nos mates. Somos padres… Nos marcharemos con nuestro
hijo pero, por favor, no acabes con nosotros,-decía Marc-.
-
Recuerda lo que hiciste por mí antes de que todo se fuese al
traste,-recordaba Alicia para intentar convencer a Henry-.
-
Quiero pediros disculpas a los dos,-comenzó diciendo Henry-, por
todo el daño que os he causado. A ti Marc por asesinar a tus padres
cuando no tenían culpa de nada, pero la envidia, el egocentrismo y
las ansias de poder acabaron conmigo. A ti Alicia por sobre
protegerte demasiado, por no dejarte más a tu aire y provocar que
nuestra amistad acabase. Y a los dos por haber sido la marioneta de
ese hijo de puta que ha acabado con Megan, mi pobre y dulce Megan. No
sabéis lo mucho que me duele esto pero… La amaba y la amo; y ojalá
Dios me llegue a perdonar por todo el mal que he causado, pero yo no
soy capaz...
Y sin mediar más palabras, Henry se clavó el cuchillo en su
estómago, provocando que la herida comenzara a expulsar sangre a
borbotones mientras que miraba a Megan, quien yacía en el suelo a
unos metros de él.
Sacándose el cuchillo, lo soltó en el suelo cayendo de rodillas en
él ante la atenta mirada de Marc y Alicia que, incrédulos por todo
lo que estaban viendo, miraban a Henry mientras que la vida se le iba
escapando…
Alicia no quería mirar. Ver cómo la sangre comenzaba a inundar el
suelo del lugar y cómo un hombre se estaba suicidando frente a ella
era de lo más desagradable y no podía aguantarlo más.
-
Creo que voy a vomitar, Marc…
Cerrando los ojos y llevándose las manos a la cabeza, Marc no podía
creer lo que había hecho Henry, se había clavado un cuchillo tras
confesar sus pecados y pedir perdón y, sobre todo, tras sincerarse
respecto a Megan. ¿Realmente había llegado a enamorarse de ella?
Lo que ninguno sabía era que Henry encendió la cámara y había
transmitido todo en directo. No se había grabado ninguna de las
muertes porque la cámara no enfocaba hacia allí, pero el audio
había sido captado y todos en la ciudad pudieron escucharlo al
detalle.
Henry todavía respiraba, aunque con mucha dificultad, y miraba a
Megan. Desde lo más profundo de su corazón deseaba morir rápido
para poder reencontrarse con ella en el más allá y vivir juntos
para siempre…
En apenas unos segundos, la policía llegó junto con los servicios
sanitarios y, tras ver a Megan, dieron la voz de alarma.
-
¡UNA CAMILLA! ¡ESTA CHICA TODAVÍA ESTÁ VIVA! ¡RÁPIDO!
CONTINUARÁ...
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