domingo, 16 de junio de 2019

Capítulo 18 || Venganzas


Entrando Megan en el cuarto, el pequeño Johnny comenzó a lloriquear un poco y, tras mirarle que no había manchado el pañal y que todavía no era la hora del biberón, lo cogió en brazos y empezó a mecerlo.




Poniéndoselo sobre el hombro, daba pequeños saltitos para intentar dormir al bebé, que poco a poco iba enmudeciendo más y más…




Tras quedarse profundamente dormido, Megan salió del cuarto y vio la arrebatadora sonrisa de Henry. Ese chico tenía algo que la volvía loca…
- Veo que tienes buena mano con los bebés,-halagó Henry-.
- Vaya, gracias. Intento hacerlo lo mejor posible.
- Tú lo haces todo bien…




Sentándose a su lado, Henry comenzó a decirle cosas al oído de Megan quien sonreía y lo miraba con ojitos de enamorada.
- Me alegro de que me hayas llamado…-decía Henry-. Nos hemos visto casi todos los días desde que nos conocimos en el bar y… He de decir que me encantas.
- Y tú a mí, por eso te he llamado, tontorrón.




Acercándose más, ambos unieron sus bocas en un beso profundo, que se fue prolongando más y más hasta que la ropa les fue sobrando y, en un arrebato, Henry la cogió en brazos y se la llevó al dormitorio.




En aquella ocasión, Henry no fue tan duro con las embestidas, sino que fue incluso hasta cariñoso. Seguía gustándole penetrar fuerte, pero con un poco más de sensibilidad.




Ese toque canalla que tenía Henry le encantaba a Megan, quien estaba comenzando a sentirse especial por aquel hombre que… No era quien ella creía.




Tras una buena sesión de sexo, Megan quedó irremediablemente dormida sobre la cama y Henry, aprovechando ese momento, se colocó la ropa interior y salió del dormitorio, no sin antes mirar atrás y ver a su compañera sexual tumbada tranquilamente.




Poniéndose de nuevo la ropa, fue hacia el dormitorio del bebé y, silenciosamente, lo cogió en brazos.
- Con que tú eres el hijo de Marc y Alicia… Bien, pues tú y yo vamos a dar un paseo, pequeñín.




Horas después, cerca del amanecer, llegaron a casa Alicia y Marc y, al no ver a Megan, supusieron que se había quedado dormida.
- ¿Megan?-preguntaron ambos en voz alta sin obtener respuesta-.




Como no sabían dónde se encontraba su amiga, ambos decidieron mirar en diferentes cuartos.
- Yo voy a ver a Johnny,-dijo Alicia-.
- Pues yo iré a ver si Megan está en nuestro dormitorio,-comentó Marc-.




Al entrar en el dormitorio, Marc se encontró a Megan completamente desnuda y todavía con los fluidos de Henry en su cuerpo.
- Joder… Megan, despierta. ¡Megan!




Y justo cuando Alicia fue a agacharse para ver a su hijo se encontró la cuna vacía.
- ¿Johnny? ¿Dónde está mi hijo?




Corriendo hacia el dormitorio, Alicia gritó a Megan que se levantó de la cama sin haberse despertado del todo.
- Hum, ¿qué pasa?
- ¡¿Qué coño has hecho con mi hijo?!-preguntó Alicia bastante alterada-.
- ¿No está ahí?-dijo Marc mirando asombrado a Alicia-.
- ¡No!
- Eso es imposible,-dijo Megan algo más espabilada-. Lo dejé acostado anoche. Dejadme que me vista y salgo en seguida.




Tras vestirse, Megan fue al dormitorio del bebé donde ya se encontraban los padres de la criatura y, al ver que Johnny no estaba, Megan comenzó a preocuparse.
- ¡Os juro que lo dejé aquí anoche!
- ¡Pues aquí no está!-gritó Alicia-. Y mi hijo todavía no creo que sepa andar. ¡¿Qué coño has hecho con él?!




En otra punta de la ciudad, Henry acababa de llevar a Johnny a la casa donde se encontraban escondidos él y Trevor. Dejándolo en una cuna, el cerebro de la operación lo observó con una sonrisa de satisfacción.
- Bien hecho, Henry. No has dudado y has acatado el plan. ¿Megan te ha llegado a ver?
- No, porque se quedó dormida después de acostarme con ella.
- Esa zorra no tiene remedio. Nació puta y se morirá así,-dijo Trevor a la vez que Henry sentía un pinchazo por dentro-.
- Trevor, no creo que lo que estamos haciendo...-comenzó a decir Henry cuando fue interrumpido-.
- Tú no tienes que creer nada. Aquí el que piensa soy yo, ¿queda claro?




Marc, bastante cabreado porque no estaba su hijo en la cuna, le preguntó directamente a Megan.
- ¿A quién trajiste anoche, Megan? Y ni se te ocurra mentir porque he visto el semen en tu cuerpo.
- Bien, pues... vino Tommy.
- ¿Quién coño es ese y por qué lo has traído a nuestra casa?-preguntó Alicia-.
- Es un chico que conocí la semana pasada en un bar y conectamos en seguida. Hemos quedado todos los días desde entonces y… Lo echaba de menos.
- Claro y creíste que sería una buena idea follar con él mientras nuestro hijo dormía, ¿no?-reprochó Alicia-.




Megan se sentía fatal porque sabía que ella era la causante de todo. Pero no quería que eso quedase así.
- Voy a llamar ahora mismo a Tommy. Ha tenido que ser él quién se lo ha llevado.
- Más vale que te de una buena explicación de por qué no está aquí o se las verá conmigo,-amenazó Marc-.




Sacando su móvil, Megan comenzó a llamar a Henry sin obtener respuesta.
- ¿Te lo coge?-preguntó Alicia-.
- De momento no…




Y apenas un minuto después, tras colgar la llamada, Megan recibió esta foto por parte de Henry con el siguiente mensaje: “Os jodéis porque ahora soy yo quien tiene la sartén por el mango”. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, eso también era parte del plan de Trevor, ya que sabía que Megan intentaría contactar con Henry tras la desaparición del bebé. Pese a que éste no estaba de acuerdo, Trevor amenazó con descubrirlo a la policía y, por miedo a volver a la cárcel, hizo aquello.




Echándose a llorar al ver el mensaje, Marc y Alicia supieron que aquel chico llamado Tommy no era otro que Henry. Había salido en todos los medios de comunicación la noticia del trágico accidente donde murieron 15 presos que se dirigían hacia una nueva cárcel, entre ellos Henry, y claro, todos creyeron que estaba muerto. Sin embargo, acababan de descubrir que él había sobrevivido.
- ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ¿Por qué?-se lamentaba Marc entre lágrimas-.




Sentándose alrededor de la mesa del salón, Trevor comenzó a contarle a Henry la tercera parte del plan y la más retorcida mientras que éste escuchaba serio.
- Ahora viene lo más divertido,-comenzó diciendo Trevor-. He comprado el mejor equipo de vídeo para grabar nuestro siguiente paso y retransmitirlo en directo ahora mismo. He conseguido hackear la señal y en cuanto pulse un botón, lo que grabemos saldrá en todos los canales al unísono.
- ¿Y qué quieres grabar?-preguntó Henry-.
- Te vas a poner tú frente a la cámara y te vas a dirigir al mundo diciendo quién eres en realidad, que pudiste escapar y que nadie ha sido capaz de pillarte. Luego te dirigirás hacia Marc y Alicia y les dirás que tienes a su hijo y que si no acude Marc a la dirección que luego te diré, matarás a su hijo delante de las cámaras.




Henry echó su cuerpo hacia delante mirando incrédulo a Trevor. ¿Había escuchado bien?
- Debes estar de broma...-dijo Henry-.
- ¿Me crees capaz de bromear en este tema?
- No pienso matar a ningún bebé, Trevor. Me niego…
- Mira Henry… No sé qué manía te ha dado con ponerte a pensar ahora, pero me estás tocando mucho los cojones y la pistola que tengo guardada en el pantalón me está pidiendo que te meta una bala en la frente ahora mismo. Voy a hablarte clarito, a ver si te enteras: Vas a grabar ese puto vídeo y vas a decir lo que yo te diga o te vuelo la tapa de los sesos, tú eliges…




Aceptando Henry a regañadientes, Trevor montó el equipo necesario para la grabación y, cuando todo estuvo listo, su compañero de plan se colocó frente a la cámara.
- Ya sabes lo que tienes que decir, Henry. Que no se te olvide nada o ya sabes lo que te ocurrirá…
- Está bien… Dale cuando quieras.




Situándose frente a la pared gris, Henry poco a poco fue echándose hacia su derecha de forma que Trevor no fuera consciente de su movimiento. ¿Por qué hacía esto? Sabía que detrás de él estaba la puerta acristalada de la entrada y, como lo verían todos a la misma vez, alguien descubriría su ubicación de alguna forma.
- Hola mundo. Os estaréis preguntando quién soy y no, no soy el presidente por razones obvias. Mi nombre es Henry Jackson o, más conocido como el asesino de los Oporto. Sí, ante todo pronóstico sigo vivito y coleando…




Trevor se había asegurado de que Henry se aprendiese de memoria lo que tenía que decir, pese a las negativas de éste. Trevor estaba comenzando a cansarse mucho de la actitud de su compañero de venganza y se estaba planteando acabar con él cuando consiguiesen llevar a cabo su plan.




Como Trevor había predicho, todos los canales comenzaron a transmitir la emisión de Henry en directo. Megan, al verlo en la pantalla, se sentó y avisó a Marc y a Alicia, quienes se estaban abrazando llorando amargamente.
- ¡Chicos! ¡Es Henry de nuevo!


Sentándose también, comenzaron a ver qué decía Henry.
- …así que, como veis, estoy bien vivo y no habéis sido capaces de pillarme. Prometí llevar a cabo mi venganza y por eso ahora me dirijo a vosotros, Alicia Spencer y Marc Oporto: Tengo a vuestro hijo y no dudaré en matarlo si Marc no se presenta en dos horas COMPLETAMENTE SOLO en la plaza Windsor. No quiero policía ni cualquier clase de trucos porque lo sabré inmediatamente y, entonces, mataré al pequeño y dulce Johnny. ¡QUEDÁIS ADVERTIDOS!



Marc no cabía en sí del cabreo tan grande que tenía.
- ¡¿Desde cuándo ese es tan listo?! ¡¿EH?!-gritó Marc exasperado-. Debe tener ayuda, seguro… ¿Cómo va a poder escapar de la cárcel, que nadie lo haya pillado en todo este tiempo y encima tener el equipo suficiente como para poder grabar este vídeo? ¡IMPOSIBLE! Además…-dijo quedándose un momento en silencio-. ¡Lo tengo!



Levantándose de un salto, Marc se sentó frente al ordenador y comenzó a comparar los mapas de la ciudad y el vídeo que se acababa de retransmitir, mientras que Megan y Alicia se miraban sin saber qué estaba pasando.
- Marc, deberíamos llamar a la policía,-aconsejó Alicia-.
- La policía ya lo sabe, cariño. Ha salido en todos lados, pero ese hijo de la gran puta ha cometido un error y creo saber dónde se ha grabado eso…
- Tienes razón… Entonces si hacemos lo que nos dice no matará a nuestro hijo, ¿verdad?
- ¿Te crees que no lo matará cuando acabe conmigo en esa plaza? ¿Qué le impedirá hacerlo? ¡Nada ni nadie!
- Tranquila Alicia, Marc sabe lo que hace,-intervino Megan rompiendo una lanza a favor de Marc-.



Tras unos minutos, que parecieron eternos, Marc comenzó a sonreír de nuevo.
- ¡Eureka! Te pillé, hijo de la gran puta.
- ¿Ya sabes dónde está?
- Sí. Ese cabrón se ha grabado frente a la puerta de entrada y he visto un edifico grande detrás y lo que parece una mesa de camping y flores o plantas.
- ¿Y qué pasa con eso?-preguntó Megan sin saber la relevancia que tenía-.
- Que cuando estuve deambulando por la ciudad, antes de acabar en la casa de Alicia y Henry, pasé por allí y me acuerdo perfectamente de ese sitio.
- ¡Genial!-se alegró Alicia-. Ahora, llamemos a la policía.
- ¡No! Esto lo vamos a arreglar entre nosotros, de hombre a hombre…



CONTINUARÁ...


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