Entrando Megan en el cuarto, el pequeño Johnny comenzó a lloriquear
un poco y, tras mirarle que no había manchado el pañal y que
todavía no era la hora del biberón, lo cogió en brazos y empezó a
mecerlo.
Poniéndoselo sobre el hombro, daba pequeños saltitos para intentar
dormir al bebé, que poco a poco iba enmudeciendo más y más…
Tras quedarse profundamente dormido, Megan salió del cuarto y vio la
arrebatadora sonrisa de Henry. Ese chico tenía algo que la volvía
loca…
-
Veo que tienes buena mano con los bebés,-halagó Henry-.
-
Vaya, gracias. Intento hacerlo lo mejor posible.
- Tú
lo haces todo bien…
Sentándose a su lado, Henry comenzó a decirle cosas al oído de
Megan quien sonreía y lo miraba con ojitos de enamorada.
- Me
alegro de que me hayas llamado…-decía Henry-. Nos hemos visto casi
todos los días desde que nos conocimos en el bar y… He de decir
que me encantas.
- Y
tú a mí, por eso te he llamado, tontorrón.
Acercándose más, ambos unieron sus bocas en un beso profundo, que
se fue prolongando más y más hasta que la ropa les fue sobrando y,
en un arrebato, Henry la cogió en brazos y se la llevó al
dormitorio.
En aquella ocasión, Henry no fue tan duro con las embestidas, sino
que fue incluso hasta cariñoso. Seguía gustándole penetrar fuerte,
pero con un poco más de sensibilidad.
Ese toque canalla que tenía Henry le encantaba a Megan, quien estaba
comenzando a sentirse especial por aquel hombre que… No era quien
ella creía.
Tras una buena sesión de sexo, Megan quedó irremediablemente
dormida sobre la cama y Henry, aprovechando ese momento, se colocó
la ropa interior y salió del dormitorio, no sin antes mirar atrás y
ver a su compañera sexual tumbada tranquilamente.
Poniéndose de nuevo la ropa, fue hacia el dormitorio del bebé y,
silenciosamente, lo cogió en brazos.
-
Con que tú eres el hijo de Marc y Alicia… Bien, pues tú y yo
vamos a dar un paseo, pequeñín.
Horas después, cerca del amanecer, llegaron a casa Alicia y Marc y,
al no ver a Megan, supusieron que se había quedado dormida.
-
¿Megan?-preguntaron ambos en voz alta sin obtener respuesta-.
Como no sabían dónde se encontraba su amiga, ambos decidieron mirar
en diferentes cuartos.
- Yo
voy a ver a Johnny,-dijo Alicia-.
-
Pues yo iré a ver si Megan está en nuestro dormitorio,-comentó
Marc-.
Al entrar en el dormitorio, Marc se encontró a Megan completamente
desnuda y todavía con los fluidos de Henry en su cuerpo.
-
Joder… Megan, despierta. ¡Megan!
Y justo cuando Alicia fue a agacharse para ver a su hijo se encontró
la cuna vacía.
-
¿Johnny? ¿Dónde está mi hijo?
Corriendo hacia el dormitorio, Alicia gritó a Megan que se levantó
de la cama sin haberse despertado del todo.
-
Hum, ¿qué pasa?
-
¡¿Qué coño has hecho con mi hijo?!-preguntó Alicia bastante
alterada-.
-
¿No está ahí?-dijo Marc mirando asombrado a Alicia-.
-
¡No!
-
Eso es imposible,-dijo Megan algo más espabilada-. Lo dejé acostado
anoche. Dejadme que me vista y salgo en seguida.
Tras vestirse, Megan fue al dormitorio del bebé donde ya se
encontraban los padres de la criatura y, al ver que Johnny no estaba,
Megan comenzó a preocuparse.
-
¡Os juro que lo dejé aquí anoche!
-
¡Pues aquí no está!-gritó Alicia-. Y mi hijo todavía no creo que
sepa andar. ¡¿Qué coño has hecho con él?!
En otra punta de la ciudad, Henry acababa de llevar a Johnny a la
casa donde se encontraban escondidos él y Trevor. Dejándolo en una
cuna, el cerebro de la operación lo observó con una sonrisa de
satisfacción.
-
Bien hecho, Henry. No has dudado y has acatado el plan. ¿Megan te ha
llegado a ver?
-
No, porque se quedó dormida después de acostarme con ella.
-
Esa zorra no tiene remedio. Nació puta y se morirá así,-dijo
Trevor a la vez que Henry sentía un pinchazo por dentro-.
-
Trevor, no creo que lo que estamos haciendo...-comenzó a decir Henry
cuando fue interrumpido-.
- Tú
no tienes que creer nada. Aquí el que piensa soy yo, ¿queda claro?
Marc, bastante cabreado porque no estaba su hijo en la cuna, le
preguntó directamente a Megan.
- ¿A
quién trajiste anoche, Megan? Y ni se te ocurra mentir porque he
visto el semen en tu cuerpo.
-
Bien, pues... vino Tommy.
-
¿Quién coño es ese y por qué lo has traído a nuestra
casa?-preguntó Alicia-.
- Es
un chico que conocí la semana pasada en un bar y conectamos en
seguida. Hemos quedado todos los días desde entonces y… Lo echaba
de menos.
-
Claro y creíste que sería una buena idea follar con él mientras
nuestro hijo dormía, ¿no?-reprochó Alicia-.
Megan se sentía fatal porque sabía que ella era la causante de
todo. Pero no quería que eso quedase así.
-
Voy a llamar ahora mismo a Tommy. Ha tenido que ser él quién se lo
ha llevado.
-
Más vale que te de una buena explicación de por qué no está aquí
o se las verá conmigo,-amenazó Marc-.
Sacando su móvil, Megan comenzó a llamar a Henry sin obtener
respuesta.
-
¿Te lo coge?-preguntó Alicia-.
- De
momento no…
Y apenas un minuto después, tras colgar la llamada, Megan recibió
esta foto por parte de Henry con el siguiente mensaje: “Os jodéis
porque ahora soy yo quien tiene la sartén por el mango”. Sin
embargo, nada más lejos de la realidad, eso también era parte del
plan de Trevor, ya que sabía que Megan intentaría contactar con
Henry tras la desaparición del bebé. Pese a que éste no estaba de
acuerdo, Trevor amenazó con descubrirlo a la policía y, por miedo a
volver a la cárcel, hizo aquello.
Echándose a llorar al ver el mensaje, Marc y Alicia supieron que
aquel chico llamado Tommy no era otro que Henry. Había salido en
todos los medios de comunicación la noticia del trágico accidente
donde murieron 15 presos que se dirigían hacia una nueva cárcel,
entre ellos Henry, y claro, todos creyeron que estaba muerto. Sin
embargo, acababan de descubrir que él había sobrevivido.
-
¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ¿Por qué?-se lamentaba
Marc entre lágrimas-.
Sentándose alrededor de la mesa del salón, Trevor comenzó a
contarle a Henry la tercera parte del plan y la más retorcida
mientras que éste escuchaba serio.
-
Ahora viene lo más divertido,-comenzó diciendo Trevor-. He comprado
el mejor equipo de vídeo para grabar nuestro siguiente paso y
retransmitirlo en directo ahora mismo. He conseguido hackear la señal
y en cuanto pulse un botón, lo que grabemos saldrá en todos los
canales al unísono.
- ¿Y
qué quieres grabar?-preguntó Henry-.
- Te
vas a poner tú frente a la cámara y te vas a dirigir al mundo
diciendo quién eres en realidad, que pudiste escapar y que nadie ha
sido capaz de pillarte. Luego te dirigirás hacia Marc y Alicia y les
dirás que tienes a su hijo y que si no acude Marc a la dirección
que luego te diré, matarás a su hijo delante de las cámaras.
Henry echó su cuerpo hacia delante mirando incrédulo a Trevor.
¿Había escuchado bien?
-
Debes estar de broma...-dijo Henry-.
-
¿Me crees capaz de bromear en este tema?
- No
pienso matar a ningún bebé, Trevor. Me niego…
-
Mira Henry… No sé qué manía te ha dado con ponerte a pensar
ahora, pero me estás tocando mucho los cojones y la pistola que
tengo guardada en el pantalón me está pidiendo que te meta una bala
en la frente ahora mismo. Voy a hablarte clarito, a ver si te
enteras: Vas a grabar ese puto vídeo y vas a decir lo que yo te diga
o te vuelo la tapa de los sesos, tú eliges…
Aceptando Henry a regañadientes, Trevor montó el equipo necesario
para la grabación y, cuando todo estuvo listo, su compañero de plan
se colocó frente a la cámara.
- Ya
sabes lo que tienes que decir, Henry. Que no se te olvide nada o ya
sabes lo que te ocurrirá…
-
Está bien… Dale cuando quieras.
Situándose frente a la pared gris, Henry poco a poco fue echándose
hacia su derecha de forma que Trevor no fuera consciente de su
movimiento. ¿Por qué hacía esto? Sabía que detrás de él estaba
la puerta acristalada de la entrada y, como lo verían todos a la
misma vez, alguien descubriría su ubicación de alguna forma.
-
Hola mundo. Os estaréis preguntando quién soy y no, no soy el
presidente por razones obvias. Mi nombre es Henry Jackson o, más
conocido como el asesino de los Oporto. Sí, ante todo pronóstico
sigo vivito y coleando…
Trevor se había asegurado de que Henry se aprendiese de memoria lo
que tenía que decir, pese a las negativas de éste. Trevor estaba
comenzando a cansarse mucho de la actitud de su compañero de
venganza y se estaba planteando acabar con él cuando consiguiesen
llevar a cabo su plan.
Como Trevor había predicho, todos los canales comenzaron a
transmitir la emisión de Henry en directo. Megan, al verlo en la
pantalla, se sentó y avisó a Marc y a Alicia, quienes se estaban
abrazando llorando amargamente.
-
¡Chicos! ¡Es Henry de nuevo!
Sentándose también, comenzaron a ver qué decía Henry.
-
…así que, como veis, estoy bien vivo y no habéis sido capaces de
pillarme. Prometí llevar a cabo mi venganza y por eso ahora me
dirijo a vosotros, Alicia Spencer y Marc Oporto: Tengo a vuestro hijo
y no dudaré en matarlo si Marc no se presenta en dos horas
COMPLETAMENTE SOLO en la plaza Windsor. No quiero policía ni
cualquier clase de trucos porque lo sabré inmediatamente y,
entonces, mataré al pequeño y dulce Johnny. ¡QUEDÁIS ADVERTIDOS!
Marc no cabía en sí del cabreo tan grande que tenía.
-
¡¿Desde cuándo ese es tan listo?! ¡¿EH?!-gritó Marc
exasperado-. Debe tener ayuda, seguro… ¿Cómo va a poder escapar
de la cárcel, que nadie lo haya pillado en todo este tiempo y encima
tener el equipo suficiente como para poder grabar este vídeo?
¡IMPOSIBLE! Además…-dijo quedándose un momento en silencio-. ¡Lo
tengo!
Levantándose de un salto, Marc se sentó frente al ordenador y
comenzó a comparar los mapas de la ciudad y el vídeo que se acababa
de retransmitir, mientras que Megan y Alicia se miraban sin saber qué
estaba pasando.
-
Marc, deberíamos llamar a la policía,-aconsejó Alicia-.
- La
policía ya lo sabe, cariño. Ha salido en todos lados, pero ese hijo
de la gran puta ha cometido un error y creo saber dónde se ha
grabado eso…
-
Tienes razón… Entonces si hacemos lo que nos dice no matará a
nuestro hijo, ¿verdad?
-
¿Te crees que no lo matará cuando acabe conmigo en esa plaza? ¿Qué
le impedirá hacerlo? ¡Nada ni nadie!
-
Tranquila Alicia, Marc sabe lo que hace,-intervino Megan rompiendo
una lanza a favor de Marc-.
Tras unos minutos, que parecieron eternos, Marc comenzó a sonreír
de nuevo.
-
¡Eureka! Te pillé, hijo de la gran puta.
-
¿Ya sabes dónde está?
-
Sí. Ese cabrón se ha grabado frente a la puerta de entrada y he
visto un edifico grande detrás y lo que parece una mesa de camping y
flores o plantas.
- ¿Y
qué pasa con eso?-preguntó Megan sin saber la relevancia que
tenía-.
-
Que cuando estuve deambulando por la ciudad, antes de acabar en la
casa de Alicia y Henry, pasé por allí y me acuerdo perfectamente de
ese sitio.
-
¡Genial!-se alegró Alicia-. Ahora, llamemos a la policía.
-
¡No! Esto lo vamos a arreglar entre nosotros, de hombre a hombre…
CONTINUARÁ...
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