CAPÍTULO 21
Kevin yendo al baño se
miró al espejo y no podía creerse que estaba vestido igual que La Sombra. ¿Era
él La Sombra?
La cuestión era que
comenzaba a tener recuerdos que, como Kevin, no había vivido, pero estaban ahí.
¿Cómo podía ser eso? Todo estaba siendo caótico.
En ese momento, lo único
que se le ocurría era llamar a Walcott. No sabía por qué pero era un pálpito
que tenía.
-
Ey Kevin, ¿qué
tal?
-
¿Puedes venir al
motel donde nos hospedamos?
-
¿Qué ocurre?
-
¿Puedes venir?
-
Sí, voy para allá…
A los pocos minutos, allí
apareció Walcott.
Cuando entró y lo vio
así, Walcott sonrió al momento mientras que Kevin se mantenía serio.
-
¿Qué tal
chavalote?-decía Walcott en todo divertido-.
-
¿No te suena la
ropa que llevo puesta?
-
Halloween ya pasó
tío, vas con retraso jajaja.
-
¡Walcott! Esto es
serio… ¿Por qué estoy así vestido como La Sombra y tengo recuerdos que no he
vivido?
Walcott se mantuvo quieto
y luego le dio un abrazo a Kevin.
-
Ven aquí y dame un
abrazo.
-
¿A qué viene esto?
¿Qué pasa?
-
Tenía ganas de que
llegara este día…
-
¿A qué te
refieres?
-
A que están tus
dos personalidades uniéndose en una sola.
Kevin miraba con
incredulidad a Walcott ante las palabras que estaba diciendo.
-
Amigo… ¿hay algo
que sepas que yo desconozca?
-
Tú, querido amigo,
eres La Sombra.
-
Pero… ¿cómo? No
tengo recuerdos de nada de eso.
-
Cuando en tu boda
te dispararon, al parecer la bala rozó una parte de tu cerebro que, con el
tratamiento, provocó un trastorno múltiple de la personalidad.
-
A ver si me
entero… ¿me estás diciendo que dentro de mí convivimos La Sombra y yo?
-
Exactamente.
-
¿Pero cómo puede
pasar esto?
Walcott le contaba los
detalles sobre lo ocurrido.
-
Como te he dicho,
la bala te provocó un trastorno múltiple de la personalidad y la noche de la
cena con mi novia y yo en tu casa, La Sombra comenzó a abrirse paso y controló
tu cuerpo en el baño. La Sombra no sabía exactamente por qué estaba en tu
cuerpo. Es directamente una personalidad completamente diferente a ti. Luego
cuando volvió a tener conciencia de ser La Sombra fue una noche mientras
estabas dormido con Paulova a tu lado. Se levantó y buscó tu DNI, investigó
sobre quién eras exactamente y ahí La Sombra dio conmigo.
-
¿Cómo sabes todo
eso?
-
La Sombra vino a
verme una noche de madrugada. Se coló en mi casa y justo cuando salía del baño
para meterme en la cama me abordó tapándome la boca. Por un momento creí que
habían entrado a robar, pero seguidamente se quitó la máscara y te vi.
Imagínate la que tuvo que liar La Sombra para explicarme que no eras tú, sino
que no tenía ni idea de por qué estaba en ese cuerpo.
-
No me lo puedo
creer… Esto es imposible, ¡me acordaría de todo eso!
-
¿No has visto la
película “Múltiple”?
-
No.
-
Pues deberías, así
comprenderías más lo que te ocurre, pero sin ser tan exagerado.
Kevin estaba aún más liado
que antes. No entendía cómo podía tener un trastorno de la personalidad
múltiple…
-
Entonces, ¿cómo
comenzó, bueno, “comencé” a ayudarme con el tema del disparo?
-
Después de esa
noche, La Sombra no volvió a visitarme y desde ese momento se comenzó a correr
la voz de una sombra que liberaba a la gente; hasta que un día vino a verme de
nuevo y me preguntó quién lo había creado, por qué estaba en ese cuerpo.
Ayudaba a los demás, pero no conseguía encontrar el sentido de su existencia.
Ahí fue cuando le comenté lo de tus dos intentos de asesinato y de que el
último estaba sin resolver.
-
¿Y ahí fue cuando
comenzó a escribirme los anónimos?
-
Sí, me pidió ayuda
y compró un móvil de prepago, se instaló en este motel porque lo que La Sombra
quería era unificar vuestras dos personalidades y convivir ambos a la vez.
-
¿Y por qué no me
dijiste nada cuando fui a preguntarte?
-
Me lo prohibió. Me
dijo que se encargaría él mismo de explicarte el porqué de su hazaña.
Ya con Kevin más calmado
y comprensivo, Walcott podía explicarle las cosas con más lujo de detalles.
-
¿Cómo es que nunca
fui consciente de que yo era La Sombra?
-
En cuanto La
Sombra cobraba consciencia, se fijaba en todos y cada uno de los detalles, era
silencioso y cuidadoso con las cosas. Por lo que cuando terminaba de hacer las
cosas por la noche, volvía a dormirse y al despertar ya eras tú el que cobraba
la consciencia. Por eso tú no recuerdas nada de eso, al igual que La Sombra no
podía averiguar nada de lo que habías hecho a lo largo del día.
-
¿Y cómo supo que
entré aquí para buscarlo? ¿Me explicas eso?
-
Fui yo. Instaló
cámaras de seguridad escondidas por toda la habitación y saltaba una alarma al
móvil que compró y yo era el que te escribía los mensajes cuando era de día. De
noche era él.
-
Ah claro, y cuando
me desmayé por la noche de repente, ¿qué pasó? Me desperté en esta cama sin
venir a cuento cuando yo no había hecho nada extraño.
-
¿Aún me preguntas
qué te pasó? ¿Qué te encontraste cuando te despertaste?
-
Una foto de
Eristof y un mensaje de… Ah, o sea, que cuando me desmayé ¿fue porque La Sombra
tomó consciencia de golpe?
-
Exacto. De todas
formas, toma esta cinta VHS y ponla en la tele.
Kevin hizo lo que su
amigo le había dicho y ahí se vio a sí mismo, igual que como iba vestido ahora
y sentado en la cama. La voz parecía más grave que la suya y se movía de otra
forma diferente. Obviamente era él, pero no era él al 100%. En el mensaje le
decía que al averiguar sobre su vida, comprendió que quien debía seguir
viviendo su vida era Kevin, que La Sombra había sido un imprevisto o incluso el
destino. Sin embargo, quería unificar las dos personalidades porque estaba
convencido de que Kevin, si conseguía las habilidades de La Sombra, sería
imparable a la hora de conseguir en la vida lo que él quisiera.
Kevin estaba sin
palabras, no sabía lo que hacer ni decir después de ese vídeo.
-
¿Y qué hago ahora
Walcott? Ayúdame tío…
-
Te voy a decir una
cosa: ahora que has descubierto esto, La Sombra no creo que aparezca más, sino
que ha hecho todo lo posible para que conozcas su identidad y para que os
unierais. Ahora está en tu mano el aceptar a La Sombra dentro de ti y
convertiros en un solo ser. ¿Estás dispuesto?
Walcott quería ayudar a
su mejor amigo ante cualquier circunstancia y esa no era para menos.
-
La Sombra ha hecho
mucho bien por la sociedad, ha sido el único que me ha dado claves y pistas
para averiguar quién fue el que tramó todo para que me mataran. Por lo que…
creo que sí, que estoy dispuesto a dejar que La Sombra entre en mí.
-
¡Ese es mi Kevin!
Has hecho lo correcto. Yo te doy mi opinión y te digo que he podido conocer un
poco a La Sombra y sus intenciones siempre han sido buenas respecto a ti y a
todo lo que te ha rodeado. Lo notaba muy agobiado porque hasta que no te
comenzó a ayudar, no se encontraba. Ayudaba a todos los demás por hacer algo,
porque no sabía el motivo de su existencia… Ahora sé que contigo estará en
buenas manos. Lo que no sé, es cómo va a ser ahora la convivencia entre
vosotros dos si ambos estáis conscientes.
Kevin estaba serio y
tenía mucho en lo que pensar.
-
Creo que necesito
descansar y pensar en todo esto Walcott.
-
¡Claro! Ve a casa,
descansa y habla con Paulova.
-
¿Crees que debería
contárselo?
-
Eso ya depende de
ti, pero lo que sé es que necesitas tomarte tu tiempo para estar a tope la
próxima vez.
-
Si es cierto lo de
Vladimir, estoy seguro de que lo averiguaré.
Kevin fue a casa,
descansó y al día siguiente fue a trabajar como un día más. Seguía pensando en
lo que le había dicho Walcott y no creía conveniente que Paulova supiera que él
era La Sombra, así que lo mantendría en secreto. Pasaron varios días y dentro
de él comenzó a sentir que en ciertos momentos a la hora de hacer algo, un
pensamiento le decía que no lo hiciera o cualquier otra cosa. Al principio no
le dio importancia pero un día se dejó llevar por eso y fue cuando comprendió
que ese pensamiento dentro de él era La Sombra. Poco a poco los recuerdos de La
Sombra comenzaron a entrar en la mente de Kevin y esa “voz” de su interior fue
desapareciendo. Ahora estaba preparado para seguir con la investigación. Era la
hora de que Vladimir hablara.
Kevin dio una vuelta
alrededor de la casa y sólo vio luz en el despacho, por lo que se dirigió a la
puerta principal y con una ganzúa la abrió.
CONTINUARÁ…
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