CAPÍTULO 6
Fernando no tenía tiempo
que perder, por lo que fue hasta el festival de verano. Sabía que allí se
encontraría con Roger y éste le pediría disculpas.
Salió disparado de la
máquina cayendo al suelo. Dolorido, se levantó y se fue.
Mientras tanto, Fernando
intentaba separarse de la barandilla para poder patinar un poquito en la pista.
Roger pasaba por allí
cuando vio que Fernando estaba patinando. Su novia le había regañado por
pelearse el otro día, así que se sentía en la obligación de disculparse con él.
Aunque esa idea tampoco
le gustaba. Tendría que tragarse su orgullo y pedirle disculpas a aquel
individuo. No quería, pero era lo que tenía que hacer si quería que las cosas
con su novia fueran bien.
Roger comenzó a avanzar
cuando un agotado Fernando llegó al parque.
-
Oiga, ¡disculpe!
Roger giró su cabeza y
vio a Fernando.
-
¿Usted otra vez?
¿Qué le ocurre? No para de seguirme…
-
¿Seguirle? No, no
se confunda. Simplemente hemos coincidido en dos momentos.
-
Bueno, ¿qué
quiere?
-
Verá… vi la paliza
que le pegó aquel joven a usted.
-
¿Paliza? Qué va,
fue un par de puñetazos simplemente.
-
Quién lo diría
cuando se fue cojeando del cine.
- La expresión de Roger
cambió completamente.
-
El tío ese me
pilló desprevenido, no pude hacer nada.
-
Ya veo ya… ¿Y qué va
a hacer? ¿Saludarlo como si no hubiera pasado nada?
-
Bueno, yo… Mi
novia discutió conmigo por pelearme y me dijo que debía disculparme cuando lo
viera de nuevo.
Fernando estaba
consiguiendo liar cada vez más a Roger.
-
Me parece
increíble que su novia le dijera eso. Yo vi como pasaba todo y la culpa fue de
él.
Usted lo único que hizo fue dejarle las cosas claras.
-
Exacto. Tal vez me
pasé un poco cuando lo empujé y tal pero…
-
¿Y él no se pasó
con usted? Lo dejó cojo, por el amor de Dios.
Roger estaba en el bote.
-
Yo no sé usted,
pero yo le dejaría las cosas claras a ese imbécil.
-
Sí… ¡Sí! Tiene
razón. Voy a cantarle las 40 a ese gilipollas.
Mientras tanto, el
Fernando más joven dejó de patinar y vio a Roger hablando con un hombre, sin
saber que ese hombre era él mismo.
-
Oh, oh… Ese tío
está ahí. Espero que no venga a por más pelea.
Roger finalmente fue
hacia Fernando mientras que, el Fernando más mayor se iba de ahí con una amplia
sonrisa en la boca. ¿Qué conseguía haciendo que Roger fuera a pegarle? Que
cuando Claire saliera del baño y viera a su novio pegando a Fernando, se
apiadaría de él y así haría que ambos se conocieran.
A todo esto, Roger se
acercaba más y más a Fernando con cara de pocos amigos con un paso muy ligero.
-
¡Tú gilipollas! Te
vas a enterar de lo que es bueno.
-
Oh, oh… Se
avecinan problemas.
Cuando Roger llegó al
lugar donde se encontraba Fernando le propinó un puñetazo en la cara sin mediar
más palabra. Fernando se revolvió y le comenzó a agarrar del cuello para
intentar tirarlo al suelo y derribarlo.
Nuestro Fernando, veía la
escena con atención desde lo lejos, junto al baño donde sabía que estaba
Claire. Se acordaba perfectamente.
-
¡Pelea!
¡Pelea!-gritó Fernando para que llegara a oídos de Claire-.
Claire salió del baño
asustada y al ver que su novio se estaba peleando con un chico, supo que aquel
era el de la vez anterior.
Unos minutos después,
Roger pegó un fuerte puñetazo a Fernando en la boca, haciendo que le comenzara
a sangrar abundantemente. Quedándose semiinconsciente, Roger acabó con él
pegándole un puñetazo en el estómago que lo tumbó en el suelo.
Fernando estaba bastante
mal. Tenía la nariz rota, muchas magulladuras y una herida profunda en el
labio.
Roger al fin se había
vengado de aquel “niñato” y estaba orgullosísimo de lo que había hecho.
Claire bajó las escaleras
muy enfadada con Roger, que al verla, se quedó bastante serio. Sabía que había
metido la pata…
Claire comenzó a gritar
tan fuerte que las personas del piso 10 la escuchaban…
-
¡¿SE PUEDE SABER
QUÉ COÑO HACES?! QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE LE PEGAS A ALGUIEN, ¿QUEDA CLARO?
-
Cariño yo…
-
NI CARIÑO NI
LECHES.
Nuestro Fernando miraba
la escena desde lejos con un gran nudo en el estómago.
Verse a sí mismo en
aquella situación, sentir por un instante los golpes en su cuerpo… Una lágrima
de dolor y tristeza rodó por su mejilla.
Fernando necesitaba
airearse, respirar aire puro, por lo que se fue mientras que Claire se acercaba
al herido Fernando para preocuparse por su estado.
-
¡QUE TE PIRES!
ESFÚMATE ROGER. Ey, chico, despierta…
Pasados quince minutos,
Fernando comenzó a reaccionar y con la ayuda de Claire logró incorporarse un
poco.
-
Ey buenas, soy
Claire. ¿Cómo te encuentras?
-
Me duele mucho la
cabeza… ¿Qué ha pasado?
-
Has sufrido una
conmoción muy fuerte en la cabeza después de la pelea con Roger.
-
¿Roger? ¿Conoces a
ese tipo?
Claire comenzó a
sonrojarse de la vergüenza. No sabía cómo decirle que ese chico era su novio.
-
Bueno, sí… Es… Mi
novio.
-
Oh, cof, cof…-tosió
Fernando escupiendo un poco de sangre-, lo siento mucho.
-
Venga, te ayudo a
levantarte, vamos al hospital.
Fernando se levantó del
suelo con la ayuda de Claire que se sentía culpable por todo lo que había
causado Roger.
-
No sabes cuánto lo
siento. Mi novio es muy impulsivo y un tipo muy orgulloso. Si pudiera hacer
algo por ti…
-
No te preocupes.
Ya has hecho suficiente ayudándome.
-
De verdad, me
sentiría mejor si te ayudo.
-
A mí poco me vas a
ayudar ya, pero ayúdate a ti misma y aléjate de ese hombre. Una persona que
actúe así con otra… No dice mucho de él.
Claire estaba realmente
sorprendida por las palabras de aquel muchacho. Nunca había pensado que si se
lo había hecho a él, en cualquier momento podría hacérselo a ella…
-
Perdóname. No debí
hablarte así. Es tu novio al fin y al cabo. Discúlpame… ¿Cómo era tu nombre?
-
Claire, ¿y el
tuyo?
-
Fernando,
encantado de conocerte, aunque sea en estas circunstancias.
-
Ojalá nos
hubiéramos conocido en otro sitio y de otra forma y no así. Sigues sangrando
mucho, deberías ir al hospital.
A Fernando le costaba
mucho hablar por la herida de la boca y la hemorragia de la nariz había cortado
un poco, aunque seguía sangrando.
Claire estaba empeñada en
ayudar a Fernando así que a éste se le ocurrió una idea.
-
Está bien. Vayamos
a mi casa, me doy una ducha, me cambio de ropa y vamos al hospital. Mi padre
trabaja allí así que será rápido, ¿te parece bien?
Dicho y hecho. Vieron un
taxi pasar por allí y lo cogieron para ir a casa de Fernando.
-
Bueno, ya hemos
llegado. Esta es mi casa.
Fernando y Claire
entraron y el anfitrión le invitó a Claire a sentarse en el salón.
-
Siéntate aquí
mientras me ducho y me cambio, ¿vale?
-
Está bien.
-
No tardo,
enseguida salgo.
Fernando estaba bastante magullado
pero había conocido a Claire, que era el objetivo. ¿Surgiría una amistad
después de esto?
CONTINUARÁ…
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