martes, 30 de julio de 2019

Capítulo 4 || El Intruso


Vanessa comenzó a contarle toda la historia a su hermana, sin saber que se la estaba contando al otro protagonista de la historia. Además, con todo lujo de detalles y sensaciones, cosa que le encantaba escuchar a C34.
- Patricia, nunca había sentido nada igual por nadie, ni chica y mucho menos por un chico. Sinceramente me he considerado siempre lesbiana, pero ahora me estoy planteando en que no lo soy tanto como me creía…



 C34 sonreía satisfecho y así se lo hacía saber a Vanessa.
- Me gusta escuchar eso de ti, porque la vida es experimentar, probar, vivir en definitiva. ¿Y cómo vamos a exprimirla a tope si nos dejamos cosas en el tintero?

- ¡Eso te he dicho yo siempre! Pero ahora lo veo con claridad, que te lo decía y no lo llevaba a cabo… Será mejor que comience a practicar mis propios consejos.


 A unos metros de ellas, todavía se encontraban Carmela y Tessa desnudas y pensando en lo que habían hecho.
- Carmela, nunca me habría imaginado que acabaría follando con Patricia. Con Vanessa quizás, pero con Patricia en la vida.
- Y yo nunca pensé que acabaría follando con una chica y encima, mi primera vez con una y va y me lo monto con dos a la vez.
- Eso es empezar por la puerta grande y lo demás son tonterías. Y bueno, ¿te ha gustado la experiencia?
- Muchísimo, pero prefiero los chicos. Llámame loca pero aunque entre nosotras sepamos dónde tocar y cómo hacerlo… Un chico fuerte, brazos masculinos y con una buena polla…
- Mírala ella,-comentó Tessa-. Se acuesta con una chica y se desmelena jajaja.
- Es que estoy relajada, después de todo lo que me has hecho…

- Jajajaja me he quedado a gusto contigo, la verdad sea dicha.


 Subiendo a su habitación, C34 entró en ella satisfecho porque había alcanzado su objetivo y ahora había aprendido mucho más de los humanos, de las relaciones interpersonales y de las vidas de cada uno.


 Sin embargo, una fuerte luz se hizo presente en el propio dormitorio e hizo que su forma humana dejara paso a su forma original. ¿Por qué ocurría eso?
- C34, debemos hablar contigo,-dijo una voz que se comunicaba telepáticamente con el infiltrado en la Tierra-.
- ¿Qué ocurre señor?
- ¿Se puede saber a qué estás jugando? Sólo te vemos mantener relaciones sexuales con humanos y no estás investigando absolutamente nada. ¡No te hemos enviado para eso!
- Lo sé, señor, pero resulta que he descubierto algo.
- ¿Y por qué no lo reporta como hizo al principio?
- Ahora iba a hacerlo, se lo juro.
- ¿Qué ha descubierto?

- Señor, a la hora de mantener relaciones sexuales, todos los recuerdos y experiencias de esa persona se me transmiten y los acumulo en mi base de datos y ahora mismo estoy repleto de información útil y valiosa que va a servirnos para seguir estudiando a esta raza tan diferente a la nuestra.


 Tras hablar con sus superiores, éstos le dieron luz verde a continuar con su estrategia, siempre y cuando reportase diariamente los cambios y estudios que había realizado.


 Justo cuando iba al baño, alguien llamó a la puerta del dormitorio. Era Vanessa y estaba abriendo ya cuando C34 estaba en su forma original. ¡Mierda!


 Cambiando rápidamente de forma, C34 se sentó en la cama bastante agitado mientras que sonreía a Vanessa.
- ¿Qué pasa Vanessa?
- Verás… Estaba dándole vueltas a lo que me has contado antes y… Me duele mucho que no hayas confiado en mí y no me hayas contado nada de esto. ¿He sido tan mala hermana?

- ¡No digas eso! Ven, siéntate…


 Haciéndole caso, Vanessa se sentó junto a la que creía que era su hermana.
- Mira, si no te conté nada de esto era por papá y mamá. Ya sabes cómo estaban conmigo y cómo te tenían entre ceja y ceja a ti por ser la rebelde y la que nunca les hacía caso. Yo… Siempre creí que mantenerse al lado de ellos sería más beneficioso que tenerlos en contra.

- Sí, pero con todas las de cosas que hemos compartido… Las de secretos que nos hemos contado… ¿Por qué te callabas eso?


 Justamente cuando iba a contestar, Vanessa recibió un mensaje a través de WhatsApp y, para su sorpresa, era de su hermana, la verdadera hermana.
- Patricia, muy graciosa. ¿Qué haces mandándome un whatsapp diciéndome que has llegado bien?

- Bueno, ya sabes como soy…,-dijo C34 tragando un poco de saliva sospechando que las cosas se estaban empezando a torcer-.


 Quedándose en silencio, Vanessa siguió recibiendo mensajes de su hermana y, mirando que la Patricia que estaba a su lado no tenía el móvil en la mano, le hizo una pregunta.
- ¿Le has dicho a alguna de las chicas que me gasten esta broma?
- ¿Broma? ¿Qué broma?

- Esta,-dijo Vanessa enseñándole una foto de la verdadera Patricia besando a su novio en la ciudad de éste-.


 Sin decir nada, C34 corrió escaleras abajo y se marchó de esa casa. El no tener todo bien organizado le había jugado una mala pasada y al final se había descubierto su pastel, por eso tenía que irse de allí. No obstante, esta vez no borró la memoria de ninguna de las chicas, ya que les había cogido aprecio, por así decirlo.


 Volviendo a su forma humana normal, C34 comenzó a dar vueltas, paseando por la ciudad y mirando a la gente, los sitios y pensando en una estrategia para continuar investigando.


 Tanto pensar le hizo llegar a un barrio algo apartado y bastante solitario al parecer.
- Creo que será el mejor lugar para esconderme durante un tiempo hasta que vuelva a ponerme en marcha con una estrategia mejor.


 Pasando por delante de una de las casas, vio que había un cartel de “Se alquila”, pero esta vez no había nadie dentro así que… ¿Por qué no colarse y ahorrarse el dinero que le había robado a aquel militar?


 El lugar era minúsculo y estaba hecho una auténtica pocilga, pero al menos tendría un techo sobre su cabeza.  


 Cambiándose de ropa, C34 se puso a ver la tele mientras pensaba en que lo fácil habría sido convertirse en alguien rico de la ciudad y entrar en su casa y vivir a cuerpo de rey, pero eso le habría acarreado más problemas posiblemente. Y más de los que tenía no quería.


 Buscando en su base de datos, revisó las vidas de Vanessa, Tessa y Carmela y buscaba un patrón, algo que las uniera a las tres y, aparte de convivir en una misma casa, la otra característica era que todas habían salido de fiesta a beber a algún sitio. ¿Fiesta? ¿Qué sería eso exactamente?


 Apagando la televisión, C34 se levantó dispuesto a descubrir en sus propias carnes lo que era salir de fiesta. Había llegado el momento de sacar sus mejores galas…


 Pero la ropa que le habían proporcionado sus superiores no era muy buena que digamos, así que se colocó lo que mejor le quedaba y salió hacia un sitio que conocía gracias a los recuerdos de Vanessa. ¿Se la encontraría allí?


 Al entrar y ver todo aquello vacío, C34 se desilusionó. ¿Eso era el concepto de fiesta que tenían los humanos? Pues menuda birria entonces.


 Sin embargo, poco a poco fue llegando mas gente hasta que, cuando C34 fue a darse cuenta, Vanessa había entrado a la fiesta sin saber que allí estaba su último ligue. Al verla, se sintió raro, nervioso se podría decir… ¿Qué era todo aquello? No lo comprendía bien.


 Armándose de valor, C34 se acercó a Vanessa y le tocó el hombro; girándose al instante, ella abrazó fuertemente a Phill, tal y como lo conocía la muchacha.
- ¡Me alegra verte de nuevo, Phill!-dijo Vanessa sonriendo de oreja a oreja-.
- Igualmente. Qué sorpresa verte por aquí…
- Es mi lugar preferido. Los fines de semana, si quieres verme, me encontrarás aquí. ¿Y tú? ¿Cómo es que te ha dado por venir?
- Quería despejarme y pensar con claridad ciertas cosas.
- Ay, no me hables de pensar que estoy con la cabeza que me va a estallar…

- ¿Y eso?


 Separándose, Vanessa comenzó a contarle todo el lío que se había formado con su hermana.
- ¡Madre mía!-gritó C34 haciéndose el sorprendido-. ¿Y entonces aquella chica quién era?
- No tenemos ni idea, porque he hablado con mi hermana por video-llamada y me ha enseñado su billete, he estado hablando con su novio… O sea, que ella se fue esta mañana y la chica que ha estado conmigo y con mis compañeras de piso… No tenemos ni idea de quién ha podido ser.
- Vaya, ¿y qué vais a hacer al respecto?
- Mis compañeras dicen que es mejor no meterse en líos, que les resultaba muy raro el comportamiento de mi hermana, pero que les ha servido para ver la vida desde otros puntos de vista.
- Bueno, no hay mal que por bien no venga, ¿cierto?
- Eso me recuerda a ti. Que desde que has llegado a mi vida me has revolucionado.

- ¿Yo? ¿A qué te refieres?


 Y sin decir nada más, Vanessa se abrazó a C34.
- Me refiero a que a mí siempre me han gustado las tías y nunca he sentido nada por ningún hombre. Pero ha sido llegar tú a mi vida y… No sé. No era propio de mí acostarme con un tío y lo hice contigo, pero ahora te veo y… No comprendo lo que me pasa.

- Es curioso, porque a mi me pasa igual…


 Y, mirándose a los ojos unos instantes, ambos se unieron en un beso profundo y húmedo que se prolongó durante varios minutos.


 Al separar sus bocas, Vanessa lanzó una disparatada idea.
- ¿Te apetece que continuemos donde lo hemos dejado hoy?
- ¿Te refieres a...?
- Sí, aquí mismo. En el baño.
- Bien, por mí…

- Venga,-dijo Vanessa sin dejarle terminar la frase a C34-.


 Tras unos minutos de besos y preliminares, esta extraña pareja comenzó con la penetración, en la que C34 se sentía diferente que la ocasión anterior. Esta vez no había embrujo ni hechizo de por medio, había sido ella por voluntad propia la que había querido acostarse con él. ¿O es que todavía quedaba algo de hechizo? No lo sabía con seguridad.


 Intentando acallar los gemidos, Vanessa le pidió a C34 que le agarrase del pelo, que le diese caña, que quería sentirlo por todo su ser.


 Minutos después y tras la sesión de sexo improvisada, C34 sintió la necesidad de volver a besar a Vanessa. ¿Por qué lo había hecho? ¿Qué lo había impulsado a hacer eso?


 Mirándola con una sonrisa en los labios, escuchó la pregunta de Vanessa.
- ¿Volveremos a vernos pronto?

- No lo dudes… No voy a desaparecer de tu vida tan fácilmente.


 Saliendo del baño, C34 comenzó a sentirse mareado, un fuerte pinchazo en su estómago lo hizo tambalearse y, mirándose los brazos, pudo notar que un aura verde lo rodeaba. ¿Qué era aquello? ¿Por que se sentía así? Sería mejor largarse de allí rápidamente…


 A lo largo del camino hasta casa, sus pensamientos se dirigían a Vanessa. Esa chica tenía algo especial y no sabía exactamente el qué, pero era algo que no quería que acabase. Sin embargo, cada vez que pensaba en ella, sentía ese pinchazo en su estómago y veía el aura verde. ¿Por qué?



CONTINUARÁ...

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