Tras salir del trabajo, Alicia llegó a casa y se encontró a Marc
viendo la tele.
-
Buenas noches cariño,-saludó la recién llegada-. ¿Cómo es que
estás despierto?
-
¡Hola! ¿No te acuerdas de que mañana es festivo y no hay clase?
-
Sí, cierto… Que vengo pensando en algo de lo que me he enterado en
el trabajo y no me lo puedo quitar de la cabeza.
Acercándose a ella, Marc agarró a Alicia de las manos y se las besó
antes de darle un dulce beso en los labios.
- ¿Y
qué es eso que te abstrae tanto?
-
Lucía.
-
¿Qué Lucía?
-
Cariño, tu ex.
-
¿Mi ex? ¿Qué pasa con ella?
Sonriendo plenamente, Alicia comenzó a contarle lo sucedido aquella
noche.
- Y
claro, después de tantas cervezas, el alcohol le afectó y no paraba
de hablar, mira qué loro… Me comenzó a hablar de su novia, de que
ella lo quería, que tal y que cual. Eso sí, estaba muy ofuscado en
que ella no quería hijos y que seguía tomándose la pastilla
anticonceptiva y, justo cuando fui a darme cuenta, Lucía vino a
recogerlo y ese chico me comenzó a decir que era su novia.
-
Espera, ¿el que te estaba hablando borracho era Trevor?
-
¡Eso! Joder, gracias, que no me acordaba del nombre.
-
¡¿Trevor borracho?! Eso sí que es nuevo.
-
Pero, ¿no te das cuenta?
-
¿De qué?
- De
que Lucía no quiere hijos y de que se toma la pastilla, así que es
imposible que esté embarazada como le dijo a Eddie.
Comenzando a afirmar con la cabeza mientras sonreía, Marc acababa de
darse cuenta de que tenía mucho sentido lo que contaba Alicia.
-
¡Tienes razón! Seguramente se inventó que estaba embarazada por
algún motivo y tú, sin quererlo, lo has descubierto.
- Si
hubieras visto la cara de sepulcro que se le quedó cuando me vio…
Debería haberlo grabado jajaja.
-
Conozco esa cara y sé que ha debido ser un poema jajajaja. ¿Y qué
dijo Trevor?
-
¿Ese? Si comenzó a preguntarle a Lucía que si no quería tener
hijos con él era porque ella creía que él la tenía pequeña…
-
JAJAJAJAJAJA, ¿en serio que le preguntó eso?
- Te
lo prometo, como que me llamo Alicia. El tío no callaba, me tenía
la cabeza loca…
-
Pues el Trevor que yo conocía era callado, tranquilo, muy
estudioso...-la pareja siguió charlando mientras se iban al
dormitorio a descansar-.
A la mañana siguiente, como Marc no tenía clase, se levantó y,
colocándose frente a Alicia, comenzó a bajarse el pantalón del
pijama lentamente mientras hacía movimientos suaves con sus caderas.
-
Hace mucho que no hacemos el amor por la mañana y… Hoy quiero que
sea algo especial, Alicia.
-
¿Qué tienes pensado?
-
Pues se me ha ocurrido que...-comenzó a decir Marc justo cuando
escuchó el timbre de la puerta-.
Sentándose en la cama totalmente frustrado, Marc se llevó las manos
a la cara simulando que se la arañaba.
-
¿Quién podrá ser?-se preguntó Marc-.
- Ve
y lo averiguarás…
Abriendo la puerta rápidamente a causa del pequeño enfado que
tenía, ese estado se disipó por completo cuando vio a Lucía de pie
frente a él.
-
Oh, Lucía… No te esperaba.
-
Siento venir sin avisar pero… Necesito hablar contigo. ¿Puedo
entrar?
-
Sí, claro. Siéntate en el sofá mientras yo voy a cambiarme.
Entrando en el dormitorio, Alicia le preguntó quién era quien había
llamado y él, en voz baja, le contestó.
-
Lucía.
-
¿Querrá hablar contigo sobre lo de ayer?
-
Seguramente. Voy a cambiarme…
A todo esto, Lucía intentaba aclarar todas las cosas que quería
decirle a Marc mientras esperaba en el salón. Estaba hecha un lío,
pero quería organizarse mentalmente para no dejarse nada en el
tintero.
Ni un minuto después, Marc salió del dormitorio sonriendo.
- Ya
estoy aquí,-dijo Marc-.
- No
quería despertaros.
- Si
no nos has despertado, tranquila.
-
Ah… Vale.
En ese momento, si hizo un silencio algo incómodo, ya que Marc no
dijo nada más y Lucía no se atrevía a hablar. Carraspeando un
poco, Lucía tragó saliva y se dirigió a su ex.
-
Esto… ¿Podemos hablar?
-
Sí, perdona, que estaba en mis cosas. Dime.
Suspirando, Lucía comenzó a hablar.
- Lo
primero que quiero es pedirte perdón. Llegué aquí la otra vez con
la idea en mente de mentirte para tener una excusa y poder volver a
retomar el contacto. Me porté mal contigo hace dos años y ahora lo
he vuelto a hacer pensando en que, si te decía que estaba
embarazada, sentirías pena por mí y, de esa forma, volveríamos a
hablar, a ser amigos… No lo sé.
- Si
te soy sincero, no me lo creí en ningún momento. Eddie vino y me
contó que se lo dijiste a él, pero yo sabía que era mentira.
-
¿Cómo lo sabías?
- Te
conozco bien y sé que eres la que primero pone el condón y luego
hace lo que sea. Lo hacías conmigo y me imagino que esas costumbres
no las cambias con el paso del tiempo. Recuerdo la frase que siempre
decías antes de hacer nada...-estaba hablando cuando Lucía lo
interrumpió-.
- La
seguridad siempre es lo primero, sí, me acuerdo,-dijo Lucía
sonriendo levemente-.
Bajando la mirada, se volvió a hacer un breve silencio entre ellos.
-
Bueno,-comenzó a decir Lucía-, entonces… ¿Qué pasará a partir
de ahora? ¿Podemos volver a ser amigos?
-
Por mi parte lo veo fantástico. Ha pasado mucho tiempo y es inútil
guardar rencor. Te puse los cuernos y lo siento, no debí hacerlo
porque no te lo merecías. Fue lo más normal del mundo que
reaccionaras así.
-
Ya, pero cuando Eddie vino a mi casa para preguntar por ti, hice
oídos sordos y no le escuché. Luego vi en la tele que tus padres
habían sido asesinados, que tú no habías vuelto a ser visto… Y
ya ahí comencé a darme cuenta de que la había cagado.
-
Tuvo que ser así… Si no hubiera sido de esa forma, yo ahora no
estaría con Alicia y, de verdad te lo digo, puedo afirmar que es la
mujer de mi vida.
La aludida estaba, irremediablemente, escuchando detrás de la puerta
porque, aunque no quisiera, las paredes eran muy finas y se escuchaba
todo. Al oír las palabras de Marc, no pudo evitar sonreír pensando
en la suerte que tenía de haber encontrado un chico como él.
La conversación fuera seguía a buen ritmo.
- Te
lo digo de verdad,-decía Marc-, fue ella la que me ayudó a quitarme
esa coraza que me había puesto y, aparte de la situación que ya
tenía, Henry me trataba fatal y ella era la que daba la cara por mí.
Nunca me dejó de lado.
-
Pues me encantaría darle las gracias.
-
¿Darle las gracias a ella? ¿Por qué?
-
Porque aunque no lo creas, te quiero mucho. No de forma romántica,
pero sí que te aprecio muchísimo y has sido una parte vital de mi
vida y no me habría perdonado que te pasase nada malo y el hecho de
saber que ella ha estado ahí para ti cuando yo fallé… Dice mucho.
Se la ve una gran persona.
-
Pues, si quieres, se lo puedes decir a ella misma.
-
¿Querrá verme?
-
Claro mujer. ¡Alicia!-dijo Marc alzando un poco la voz-. Sal aquí
un momento, por favor.
A los pocos segundos, Alicia salió sonriendo y mirando fijamente a
Lucía.
-
Madre mía Alicia,-comentó Marc-, menudo vestido… Me vas a
provocar un infarto chiquilla.
-
Mira que eres exagerado. Hola Lucía,-dijo saludando a la invitada-.
Me alegra verte.
Levantándose del sofá, Lucía se fundió en un abrazo con Alicia.
Eso era algo que Marc nunca se había imaginado… Su ex y su actual
novia dándose un abrazo y charlando como si nada.
-
Gracias por cuidar a Marc, Alicia. Ahora eres lo más cercano a una
familia que tiene y no me gustaría que le pasase nada malo. Ha
sufrido mucho y se merece ser feliz.
- Lo
sé. Conmigo estará siempre atendido y cuidado porque él lo vale y
mucho.
- Y,
entre nosotras, lo has mejorado mucho,-confesó Lucía al oído de
Alicia-.
-
¡Eh! ¿Qué secretitos os estáis contando?-preguntó Marc
queriéndose enterar de todo-.
Y yéndose a por Marc, Lucía repitió el proceso abrazándolo
mientras que Alicia los miraba con cariño.
-
Marc, cuida a esa chica porque vale su peso en oro. Se nota que te
quiere con locura y que haría lo que fuera necesario por ti. No seas
tonto y no la pierdas.
- No
se me ocurriría por nada del mundo. Es muy especial para mí y no
voy a permitir que nada ni nadie me aleje de ella.
- Y,
si te digo la verdad, Alicia está más buena que Megan.
-
Uh, y que lo digas jajajaja.
Y como si la hubiesen invocado de cierta forma, Megan llamó a Alicia
que, mirando el móvil y avisando a Lucía y a Marc, descolgó el
teléfono.
-
Hola Megan… Ya, sí. Es difícil… Quiero mucho a Marc pero Eddie
tiene algo que… Me atrae, no sé lo que es. Sí, será eso. Es de
raza negra, así que tiene mucho que ver. ¿Tú crees...? ¿Estás
segura de que le gustaría repetir? Ay, no sé, estoy indecisa… ¿Me
podrías ayudar con él? A ver si juntas podemos convencerlo de
nuevo. ¡Muchas gracias! Estupendo, te veo aquí en un rato.
Mirando a Marc de golpe, Lucía no acababa de entender qué acababa
de escuchar.
-
¿Qué ocurre aquí, Marc?
- Te
resumo… Megan era la jefa de Alicia y cuando se enteró de que es
mi novia la echó. Fuimos a protestarle y la amenazamos con
denunciarla pero su padre se enteró y la quitó a ella de jefa y ha
puesto a Alicia en su lugar. Entonces, por rabia y por celos, Megan
le dijo a Eddie que se acercase a mí y a Alicia para ver si podía
acostarse con ella para que yo la dejase y así Megan tener vía
libre.
-
¿En serio?
-
Sí, sí. Lo que pasa es que Eddie no ha querido y me lo contó todo
así que se nos ocurrió un plan… Hacerle creer que había pasado
como ella planeaba y después, cuando quedasen para hacer un trío
entre Eddie, Alicia y Megan, ésta se encontraría con su padre en
lugar de con los otros.
-
Pero… ¿No es eso un poco cruel?
-
¿Cruel? ¿A qué te refieres?
- A
que al final le vais a hacer algo muchísimo peor a ella que lo que
os hizo a vosotros. Habéis conseguido que a Alicia la pongan de jefa
y, estamos de acuerdo en que Megan es odiosa en muchos aspectos, pero
si es así es porque sus padres nunca le han puesto límites, pero no
creo que se merezca ni ella ni su padre encontrarse en esa situación.
-
Tiene razón…-intervino Alicia-. Es mi jefe directo ahora que ha
apartado a Megan. No habíamos pensado en eso…
- ¿Y
si...?-dijo Marc de repente-. ¡Se me ha ocurrido una idea
fantástica!
Sacando su móvil del bolsillo del pantalón, Marc marcó un número
de teléfono y esperó a que contestasen.
-
Eddie, soy yo. Mira, ¿te ha llamado...? Sí,por eso te llamaba.
Vente para mi casa, rápido. No, tú vente para acá y deja de hacer
preguntas. Venga, hasta ahora.
-
¿Va a venir?-preguntó Lucía-.
-
Sí, y tu novio también debería. ¿Podrías llamarlo?
-
¿Qué pinta mi novio...? Ah vale, ya entiendo...
Intuyendo la idea que tenía Marc en mente, Lucía sacó su móvil y
llamó a Trevor.
-
Buenas cariño. Mira, ¿podrías venir a por mí? No, no ha pasado
nada, estoy bien. Es que estoy en casa de unos amigos y me gustaría
que me recogieses, ¿no te importa? Vale, pues mira, la dirección
es…
Al cabo de un rato, Megan subió por el ascensor y se encontró a
Eddie llamando a la puerta de la casa de Marc.
-
Qué rápido has venido, ¿eh Eddie?
-
Estoy deseando ver lo que pasa…
-
Qué guarrete eres.
- Lo
sabes muy bien…
Al abrirse la puerta, tanto Megan como Eddie vieron a Alicia con ese
vestido tan corto y que le ensalzaba tanto sus atributos naturales.
-
Hola chicos…-saludó Alicia-.
-
Wow Alicia, estás… Genial,-dijo Megan-. Casi podría decirse que
tienes mejor cuerpo que yo.
-
Pasad,-invitó la anfitriona-.
En cuanto cruzaron el umbral de la puerta y Megan vio a Lucía y,
nada más y nada menos que a Marc, su cara se desencajó por
completo. Eddie tenía en mente el plan que habían pensado en un
primer momento, pero eso era algo completamente nuevo y que también
le había pillado por sorpresa.
-
Tomad asiento, por favor,-invitó Marc con una amplia sonrisa en su
rostro-.
Con la expresión mortalmente seria y en completo silencio, Megan
hizo lo que Marc había dicho, al igual que Eddie. Se notaba que
había tensión en el ambiente y el silencio acampó entre ellos
hasta que Eddie lo rompió durante un momento.
-
Pues se ha quedado un buen día…
-
¿Qué es lo que pretendes, Marc?-preguntó Lucía-.
-
Cuando estemos todos, hablaré.
Y apenas un par de minutos después, llamaron al timbre y Alicia fue
a abrir. Cuando Trevor se encontró con Alicia, se sorprendió mucho.
-
Oh, tú eres la chica del bar, ¿no es así?
-
Efectivamente.
-
Ah, es que me ha llamado mi novia y me ha dado esta dirección, tal
vez me haya equivocado.
-
Para nada, está aquí. Pasa.
-
Gracias…
Al pasar por la esquina y ver a todos sus antiguos amigos de la
adolescencia reunidos, Trevor se quedó quieto pero Marc, invitándole
a sentarse, le hizo reaccionar y moverse para ocupar la silla que
quedaba libre.
Al sentarse, Trevor tenía de frente a Megan, a quien llevaba sin ver
desde lo sucedido hacía dos años.
-
Qué sorpresa verte aquí, Megan.
- Lo
mismo digo. No sabía que iba a haber tanta gente en esta fiesta…
-
¿Qué fiesta? ¿Qué ocurre?
-
Ah, no tengo ni idea. Sé lo mismo que tú…
Por su parte, Eddie miraba a todos con una sonrisa y sin saber a
ciencia cierta qué iba a ocurrir. Tenía el plan en mente, pero por
ahí no veía al padre de Megan por ninguna parte y tampoco creía
que eso fuera a suceder porque el ambiente se notaba cargado y
caldeado, pero no de la forma que a él le gustaría…
Mirándolos a todos, Marc sonrió y, tras carraspear, comenzó a
hablar.
-
Eddie, Megan, Trevor y Lucía… Hacía mucho tiempo que no os veía
a todos juntos. Creo que desde que os invité a mi casa a hacer los
deberes y, bueno, ya sabéis lo que sucedió. Bien, os estaréis
preguntando qué hacéis aquí…
-
¡Por favor y gracias! Nos gustaría tener alguna explicación de qué
coño es esto,-dijo Megan bastante seria-.
-
Pues bien, os he reunido hoy aquí porque…
CONTINUARÁ...