CAPÍTULO 29
Naim se levantó del
columpio y se puso de pie. No conocía a ese hombre, pero este sí parecía
conocerlo a él.
-
Pues disculpe pero
no le recuerdo, lo siento.
-
Naim, déjate de
tonterías que quiero hablar contigo muy seriamente.
-
Pero perdone, es
que no sé de qué me está hablando.
-
¡Naim coño! Llevo
6 años sin verte creyendo que estabas muerto y ahora te encuentro vivito y
coleando y resulta que no me recuerdas según tú, ¿no?
-
Espera, espera…
¿Muerto? ¿Quién te ha dicho que estaba muerto?
Scott lo miró sonriendo
pero en realidad estaba bastante cabreado. ¿Qué clase de broma era esa? ¿Dónde
estaban las cámaras?
-
Naim, tuviste un
accidente donde tu coche salió por los aires hace 6 años y Bianca y yo lo vimos
con nuestros propios ojos.
-
¿Accidente? ¿Tú
sabes también lo de mi accidente? ¿Esa Bianca quién es?
-
Pero, por el amor
de Dios Naim, ¿se puede saber qué cojones te pasa?
Naim se sentía un poco
acorralado ante la actitud de ese aún desconocido para él.
-
Hace algo más de 6
meses me desperté en el hospital de esta ciudad después de 5 largos años en
coma y no me acordaba absolutamente de nadie.
-
¿De verdad? ¿Es
cierto lo que me cuentas?
-
Totalmente. No sé
ni quién soy, ni quién era antes de mi accidente… Fue gracias a un sueño que
tuve donde vi el lugar del accidente y fui hasta allí, pero no tengo ni idea de
qué cojones hacía yo allí cuando yo tengo a mi familia aquí.
-
Un momento,
¿familia?
-
Claro, mi mujer e
hija.
La cara de Scott se
descompuso al instante. ¿Desde cuándo tenía mujer y encima una hija?
-
Naim, ¿estás seguro
de lo que me estás diciendo?
-
¿Cómo quieres que
no esté seguro? Si son mi mujer y mi hija.
-
Pero vamos a ver,
uf, esto sí que no me lo esperaba… Te despertaste del coma, hasta ahí bien, ¿y
luego?
-
Luego yo… Espere
un momento, yo aquí le estoy contando mi vida y yo no tengo ni repajolera idea
de quién coño es usted, así que identifíquese.
-
Mi nombre es Scott
Marvin, compañero de trabajo tuyo en la comisaría de Isla Paraíso. Marido de
Bianca Ferro y padre de la niña con la que hablaste aquella tarde. Actualmente
me han nombrado comisario ante la jubilación del comisario Heiss. Fuimos juntos
a la universidad, nos graduamos en el cuerpo de policía los dos juntos…
Naim paró a Scott y se
puso a pensar.
-
Espera un momento…
¿Scott es tu nombre, verdad?
-
Sí.
-
Según lo que me
cuentas, yo era policía, ¿cierto?
-
Y de los mejores.
-
Tú y yo éramos
compañeros de trabajo, por lo que presupongo que iríamos juntos de patrulla.
-
Eso es.
-
Pero sigo teniendo
la misma duda. Si yo trabajaba allí y tuve el accidente allí, ¿cómo coño he
acabado aquí?
Scott se sonrió al
escuchar la pregunta de Naim.
-
Eso, querido y
viejo amigo, es lo que vamos a averiguar tú y yo. Como en los viejos tiempos.
-
¿A qué te refieres
diciendo como en los viejos tiempos?
-
A que tú y yo
investiguemos todo esto. Éramos compañeros y podemos volver a serlo. ¿Te
apuntas?
-
Bueno… yo soy aquí
el más interesado en recuperar la memoria, pero no estoy seguro.
-
Naim…-le dijo
mirándolo directamente a los ojos-.
Scott lo miraba serio.
Quería que los dos fueran un equipo como siempre habían sido.
-
Vale Scott,
investigaré contigo. Pero cuéntame antes lo que tienes planeado hacer.
-
Llevarte a Isla
Paraíso conmigo.
-
¿Ahora?
-
Sí.
-
Yo iría, pero
tengo una familia que atender…
-
Bueno, de ese tema
ya hablaremos por el camino, que todavía estoy extrañado por eso. Si quieres,
dile a quien tengas que decirle que has quedado con… un compañero de trabajo y
algo más que se te ocurra.
Naim asintió y sacando su
móvil, comenzó a escribirle por WhatsApp a Gloria.
-
Gloria, acabo de
encontrarme con un compañero de trabajo que me ha invitado a su casa del campo
y le he dicho que sí. Espero que no te importe. Besos.
Una hora más tarde,
cuando Gloria se despertó, miró su móvil y vio el WhatsApp de Naim.
Durante el trayecto en
barco, Naim y Scott hablaron sobre el tema que tanto mosqueaba a Scott: su
mujer e hija. Naim le comentó todo lo que le pasó desde el momento en que se
despertó y a cada palabra que Naim pronunciaba, Scott flipaba más aún en
colores. Este le pidió fotos a Naim para verlas pero no tenía fotos en su móvil
y la de perfil del WhatsApp de Gloria era un paisaje y no servía. Finalmente,
llegaron a Isla Paraíso.
-
Aquí estamos de
nuevo,-dijo Naim-.
Scott comenzó a andar y a
guiar a Naim por un camino en total silencio.
-
¿A dónde me llevas
Scott?-
Ahora lo verás…
-
Venga, déjate de
secretismos y cuéntame a dónde me llevas.
-
No seas impaciente
Naim. En eso no has cambiado ni una pizca.
-
Joder, este tío
realmente me conoce,-pensaba Naim-.
A los cinco minutos,
Scott indicó a Naim que girara a la derecha y subiera una pequeña cuesta.
-
¿Por aquí?
-
Sí. A ver qué te
parece lo que te voy a enseñar.
Scott y Naim se pararon
frente a una casa en ruinas. Naim abrió los ojos como brótolas y su respiración
era entrecortada.
-
Oye, este sitio lo
conozco yo, ¿verdad Scott?
-
¿Tú crees?
-
Estoy casi seguro…
Pero no logro recordar exactamente de qué.
-
Hombre, el aspecto
que tiene no ayuda. Hace ya 6 años que está este sitio abandonado desde que…
-
¡Se quemó!-gritó
Naim de repente-. Este era el sitio que tanto me sonaba a mí, que me recordaba
tanto el fuego, ¿no es cierto?
-
¿Cómo? ¿De qué
hablas?
-
A ver, cuando vine
aquí pasé por delante de la estación de bomberos y comencé a percibir olor a
fuego, y se vino a mi cabeza una imagen de un sitio en llamas y creo que acabo
de recordar que este es el sitio que tanto se venía a mi cabeza.
Efectivamente, Naim
estaba en lo cierto. Esa era su casa en la que una vez vivió y que la noche
antes de “morir” se incendió completamente.
Parecía mentira que
aquellos escombros, aquella maleza que había y toda la suciedad que se
encontraba en ese solar, eclipsara lo que una vez fue: un hogar.
Todo estaba casi a punto
del derrumbamiento, las vallas de madera se sostenían con alfileres y muchas
tablas se caían con el viento.
Un gran socavón con
apenas agua en el fondo y repleto de maleza al igual que el resto del solar.
Ese lugar había sido
protagonista de infinidad de risas, de juegos y de carreras de natación. Y
ahora sólo era un inmenso agujero que anidaba insectos y bichos.
Lo único que quedaba en
pie era la parte de la casa que no llegó a quemarse del todo y que dejaba
entrever que ahí hubo un edificio.
Naim aún estaba inmóvil
en el sitio. Miraba atentamente la casa y comenzaba a recordar levemente cómo
era antes ese lugar.
-
Scott, ¿esta era
mi casa?
Scott no había vuelto
desde el día del accidente de Naim y también estaba bastante impresionado por
el aspecto de la casa en ese momento.
-
Sí, aquí vivías
antes del accidente.
Naim sin decir palabra se
adelantó y comenzó a caminar hacia la casa mirando a cada lado.
-
Naim, ¿estás
buscando algo?
-
Scott, ¿por aquí
había un pequeño camino no? ¡Ah! Y ese era el garaje donde guardaba los trastos
y fuera tenía aparcado mi coche, ¿cierto?
-
Sí Naim,-dijo Scott
con una sonrisa en la cara-.
Scott siguió a Naim que
se había subido a la tarima de la casa.
-
Y para subir había
un pequeño porche con escaleras a los lados y esta era la entrada, ¿no es así?
-
Comienzas a
recordarlo todo.
Naim se paró y miró hacia
el garaje.
-
Y ahí… espera que
recuerde… ¿El salón?
-
Pues sí, y la
cocina también.
-
¡Eso es! Sabía que
me faltaba algo.
Naim sonreía. Estaba
recordando la que fue su casa y, aunque no fuera tan importante como su pasado,
era un gran paso a la hora de volver a recuperar su mente.
-
Este era mi
dormitorio, lo recuerdo perfectamente.
Quedaba apenas un muro,
pero Naim visualizó su dormitorio tal y como era antes.
Naim recibió en ese
momento un WhatsApp y al mirarlo, era de Gloria.
-
¿Te vas a quedar a
comer allí o te preparo un plato?
-
Guárdame uno,
tardaré algo más en llegar, gracias.
Scott aprovechó que Naim
estaba con el móvil fuera.
-
Un momento Naim,
no guardes el móvil que te voy a dar mi número para que lo apuntes.
-
Ah vale, así
estamos en contacto.
-
Claro jeje. A ver
637…
Una vez ya hubieron
guardado sus números, Naim decidió que era la hora de volver a casa, aunque no
le apetecía mucho, pero era su deber…
-
¿Volveremos a
vernos?-preguntó Naim-.
-
Yo creo que antes
de lo que te crees. Ahora que te he vuelto a encontrar, no te pienso perder de
nuevo, te lo prometo.
Naim se quedó mirando a
Scott. Aún no lo recordaba y ya, con las cosas que había descubierto, comenzaba
a replantearse mucho. Necesitaba ordenar su cabeza.
Naim comienza a recordar muy
levemente, ¿acabará recordándolo todo?
CONTINUARÁ…
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