CAPÍTULO 27
Era la hora de comer y
Naim seguía en Isla Paraíso. Entró en una hamburguesería y se comió la más
grande que ofertaban, con patatas y bebida.
Mientras tanto, en el
parque la hija de Scott y Bianca seguía patinando pero se hacía tarde…
-
Brenda cariño,
deja de patinar que nos vamos a casa a comer.
-
Papi, estoy ya
patinando bien porfi…
-
Mañana volvemos,
venga hija.
Con mucha resignación,
Brenda se quitó los patines y se puso los zapatos. La pequeña había sacado los
ojos de su madre, pero el pelo y la forma de ser de su padre.
Los tres salieron juntos
de la plaza camino a su casa pero antes de cruzar se pararon a mirar si pasaba
algún coche. Justo Naim pasaba por ahí pero por desgracia ninguno vio al otro.
Naim venía de almorzar y
se fue hacia una plaza más pequeña que había junto a la plaza grande.
Naim estaba muy
pensativo. Necesitaba esclarecer su cabeza y las ideas de lo que estaba
descubriendo. Si vivía en Rym City, ¿qué hacía él en esta isla si vivía
supuestamente en la otra? Había muchas cosas sin resolver todavía.
Naim se sentó en un banco
y se puso a pensar. Si tuvo aquí el accidente es porque tuvo que viajar hasta
ahí por algún motivo, pero ¿cuál? Esa era la cuestión, que no sabía el por qué
había tenido el accidente ahí. Si quería recordar algo de antes de tener el
accidente tendría que seguir investigando.
Pero Naim no estaba solo.
Había alguien que lo investigaba y lo seguía. ¿Quién era? ¿Sería el asesino de
la maceta?
Naim quería aclarar las
ideas y seguir descubriendo cosas así que se levantó y se puso en marcha.
Naim se puso a pasear
mirando las calles y los lugares, por si algo le hacía recordar, pero nada de
nada. Era frustrante querer recordar y no poder.
Pasó junto a una estación
de bomberos y la miró como lo hizo con los demás pero algo le hizo pararse.
Se quedó mirando el coche
de bomberos y volvió a cerrar los ojos y recordar olor a quemado, como cuando
visualizó el lugar del accidente. ¿Por qué recordaba tanto fuego?
Tal vez recordaba el
momento encerrado dentro del coche con las llamas alrededor, pero no estaba
seguro. Pero de repente, su cara cambió y dibujó una pequeña sonrisa en su
cara.
Automáticamente y como si
supiera a dónde iba giró la calle y se encaminó hacia una cuesta. Se paró y
miró hacia arriba.
-
Creo que es por
aquí…
Subió la calle a paso
ligero y vio que había un hombre un poco más arriba, así que lo llamó.
-
¡Oiga! ¡Perdone!
Ese hombre se acercó a él
y cuando le dio la mano lo primero que pensó Naim fue…
-
Buenas tardes.
¡Qué alto es usted!
-
Muchas gracias
jejeje.
Naim quería preguntarle
sobre aquello de lo que parecía haberse acordado.
-
Perdone que le
moleste, pero es que soy nuevo aquí todavía estoy habituándome al lugar.
¿Conoce usted algún lugar que se haya quemado? Una casa, un solar…
-
¿Por la zona? Uf,
hay incendios cada día.
-
Ya, pero yo le
digo hace unos 6 años o así.
-
Qué va…
El hombre no tenía ni
idea.
-
Es que hace 6
años… Lo que podría hacer es irse a una biblioteca y mirar si hay periódicos de
ese año, a ver si encuentra algo.
-
¿Y por dónde
queda?
-
Bajando esta calle
gira hacia la izquierda y cruza la plaza grande. Ahí de frente verá la
biblioteca.
-
Ah, pues muchas
gracias y disculpe por las molestias.
-
¡Una cosa! ¿Es
usted miembro?
-
¿Miembro?
El hombre quería saber
algo de Naim.
-
Sí, que si tiene
el carnet de la biblioteca.
-
Ah no…
-
Entonces me temo
que no le dejarán buscar nada.
-
Joder, ¿no me lo
podrían hacer hoy?
-
Imposible, eso
tarda varios días.
-
Menuda mierda…
Naim no podría entrar en
la biblioteca y, aunque frustrado, se sentía agradecido por el tiempo de aquel
gran hombre.
-
Muchas gracias por
su ayuda. Me ha servido de gran utilidad.
-
No hay de qué.
Espero que encuentre lo que busca.
El hombre se alejó y Naim
se quedó paseando sin ningún rumbo fijo hasta que se paró frente a una casa.
-
Esta casa me
resulta familiar. Ay, si pudiera recordar de qué…
Naim no sabía que bajo
esa casa, justo en la ladera de la montaña, se encontraba lo que estaba
buscando: su casa, aquella que se quemó y que por eso recuerda tanto el fuego…
Naim se puso en camino
para ir al puerto y volver a casa, pero su orientación era muy mala y al final
se encontró perdido en una carretera sin salida.
-
Estupendo… ¿Y
ahora qué? Al final perderé el ferry.
Por suerte, había varias
casas por ahí y vio a una chiquilla por delante de una.
-
Perdona…
Naim se acercó a Brenda y
le preguntó dónde estaba el puerto.
-
Perdona, ¿sabes
dónde está el puerto? Soy nuevo aquí y… no tengo ni idea.
-
Mi papi me dice
que no hable con desconocidos.
-
Y eso está muy
bien pero es que si no me dices dónde está el puerto voy a perder el ferry.
Brenda se quedó callada y
mirando hacia los lados comenzó a indicarle.
-
Mira, baja esta
calle, gira hacia la izquierda y la primera calle a la derecha y ahí verás una
señal que te indica donde está el puerto.
-
Muchísimas gracias
pequeña. Si un día te vuelvo a ver te regalaré lo que quieras, te lo prometo.
Naim se dio la vuelta con
una sonrisa. Le encantaban los críos.
A los cinco minutos,
Brenda fue a buscar a Scott que estaba en la parte de atrás de la casa mirando
el horizonte.
-
Papi, te estaba
buscando.
-
Ah sí hija, dime,
¿qué es lo que quieres?
-
Que acabo de ver a
uno que salía contigo en las fotos del libro que me enseñaste.
-
¿Qué libro?
-
El que me
enseñaste hace dos días papi.
Scott no sabía a lo que
se refería su hija.
-
¡Ah! ¿El anuario
de la universidad?
-
Sí bueno, lo que
sea. ¿No me enseñaste una foto con uno rubio?
-
Sí, mi amigo Naim.
-
Pues creo que lo
acabo de ver.
-
No digas bobadas
Brenda. Te he dicho un millón de veces que no se miente.
-
¡Papá! No te
miento, jo…
Naim acababa de encontrar
el puerto. Miró el reloj y vio que le quedaban 10 minutos para salir.
-
Uf, justo a
tiempo.
Scott volvió a sacar el
anuario de la universidad y comenzó a enseñarle fotos a su hija.
-
¿Es este al que
has visto?
-
Sí papi, el mismo.
-
¡¿Estás segura?!
Scott pasó las hojas
hasta que encontró otra donde los dos salían más serios.
-
Papi, es el mismo.
Me ha preguntado dónde estaba el puerto.
-
Gracias hija. Muac. Te quiero.
Scott corrió todo lo que
pudo hasta llegar al puerto pero había llegado demasiado tarde…
Ahora que Scott tiene incidencias de
que Naim vive, ¿qué hará?
CONTINUARÁ…
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