CAPÍTULO 28
Naim llegó un poco tarde
a Rym City. Se bajó del barco y miró el cielo y la ciudad atentamente.
Dando un paseo llegó
hasta su casa. Tenía ganas de cambiarse y acostarse. Estaba muy cansado.
Naim entró en casa y vio
a Jessica viendo la tele.
-
Cariño, ya estoy
en casa.
-
Hola papi. ¿Qué
tal todo?
-
Muy bien hija. ¿Y
tu madre?
-
Ha salido a correr
hace una hora.
-
Ah vale. Voy a
darme una ducha.
A los 10 minutos llegó
Gloria.
-
Hola Jessi, ¿ha
llegado papá?
-
Sí, está en la
ducha.
-
Ah gracias. Me voy
a dar una yo también, que vengo chorreando.
Gloria entró en el baño y
vio a Naim echándose el After Shave.
-
Hola guapo. ¿Qué
tal?
-
Bien, estoy
reventado.
-
¿Cómo ha ido por
allí?
-
Pues normal.
Quitando que he encontrado el sitio, nada más.
-
Lo siento…
Naim y Gloria se
abrazaron y ella olió la fragancia del After Shave de Naim.
Naim salió del baño y
dejó a Gloria cambiándose para meterse en la ducha.
-
Jessica, no te
vayas a acostar muy tarde tampoco.
-
Papi, mañana es
fiesta, ¿no te acuerdas?
-
Ah ¿sí? Pues ni
idea vaya. Gracias por recordármelo.
-
De nada jeje.
Naim abrazó a Jessica y
se despidió.
-
Me voy a dormir.
-
¿No vas a cenar?
-
No tengo hambre.
Dile a tu madre que estoy cansado, ¿vale?
-
Está bien. Que
duermas bien papi. Te quiero mucho.
-
Y yo también te
quiero.
Una hora más tarde,
Gloria fue a acostarse también después de haber metido en la cama a Jessica y
encontró a Naim dormido como le había dicho su hija.
-
No aguanto más…
Fue a casa de su hermano
y se lo encontró viendo la tele.
-
Tim, soy yo.
-
Ah hola hermanita.
¿Cómo tú por aquí?
-
Nada, que estoy
cansada de la actitud de Naim.
-
¿Otra vez te ha
dejado a dos velas?
-
Sí… Llevo 6 meses
con él desde que vino a la casa y no me ha tocado siquiera. Y no es que lleve 6
meses solamente, sino que llevo entre una cosa y otra casi un año sin sexo.
Tim miró a su hermana
sorprendido.
-
¿Casi un año? Ay
Gloria, si yo te contara…
-
¿Qué pasa? ¿Tú
llevas más?
-
Año y medio a dos
velas.
-
Pues estamos
apañados…
-
Hombre, tú estás
bien apañada.
Gloria miró a su hermano
sorprendida.
-
¿Estás bien? ¿Tú
tirándome un piropo? ¿Tienes fiebre?
-
No me seas tonta.
Aunque sea tu hermano tengo ojos en la cara y tú estás muy bien joder, no soy
gilipollas tampoco.
-
Oye, que tú
tampoco estás nada mal, lo que pasa es que no se te ve nunca con nadie. Porque
sé que has estado con tías, sino pensaría que eres gay.
-
Si hombre…
Gloria le pasó el brazo
por el cuello a su hermano.
-
Pues se me ocurre
algo…
-
Gloria, te veo
venir. Si estás pensando en lo mismo que yo no puede ocurrir…
-
Tim, tranquilízate
hombre, no pasa nada.
-
Sí que pasa, somos
hermanos y que haya pasado una vez hace ya tropecientos años no significa que
tenga que ocurrir.
-
Lo que pasó la
otra vez fue un desliz, no fue buscado.
-
Lo sé, pero…
Tim miró a su hermana y
comenzó a notar la misma sensación que la otra vez…
-
Esto no puede
pasar…
-
Shhh cállate Tim.
Tim la abrazó y la
recorrió con sus manos.
-
A tomar por culo.
Ahora te vas a enterar. Esto te pasa por calentar a tu hermano, zorra.
Tim sacó su mano a pasear
y no se cortaba ni un pelo. Tocaba todo lo que le daba la gana y Gloria se
dejaba.
Un rato después, ambos
estaban en la cama a punto de comenzar el “ejercicio”.
Al cabo de una hora,
Gloria algo mareada se fue a su casa. Tanto tiempo sin hacer nada le había
hecho perder la práctica…
Mientras tanto, Tim
descansaba plácidamente en su cama. Hoy dormiría como un bebé.
A la mañana siguiente,
Naim se despertó muy temprano y con un gran agujero en el estómago.
-
Estoy hambriento.
Una media hora después de
desayunar, salió a la calle. Aún no había salido el sol totalmente y se puso a
pasear mientras respiraba hondo.
Un fuerte ruido comenzó a
sonar por toda la ciudad. Un avión acababa de aterrizar en el aeropuerto.
De él bajaron cientos de
personas y una de ellas era Scott. Cuando perdió el ferry preguntó en el puerto
cual era el destino y al decírselo, al día siguiente cogió el primer avión
hasta aquí. Ahora era hora de hacer trabajo de campo…
-
A buscar se ha
dicho.
Lo primero que hizo fue
irse hasta comisaría. Seguro que ahí conseguiría lo que quería.
Cuando estaba a punto de
entrar, vio cómo un agente salía de la comisaría y Scott aprovechó.
-
Buenos días
agente.
-
Buenos días,
¿desea algo?
-
Sí. Verá soy el
comisario Scott Marvin, de Isla Paraíso.
El agente se quedó
mirando sorprendido a Scott. Era el comisario más famoso de los últimos 3 años
desde su nombramiento gracias a su fama por el asesino de la maceta.
Scott se acercó al
policía.
-
Necesito su ayuda.
Estoy buscando a alguien que reside en esta ciudad y quiero saber su dirección
o algo que sea de importancia.
-
¿A quién desea
buscar?
-
Su nombre es Naim
Thomas.
El policía accedió
encantado.
-
Estoy seguro que
encontraremos a esa persona. ¿Sabe cómo es físicamente? Por si hay varias
coincidencias.
-
Lo conozco
perfectamente. No será un problema agente.
-
Acompáñeme dentro
Comisario.
Ambos subieron las
escaleras y entraron en comisaría. En ese momento no sabían que la casa donde
residía Naim se veía desde ahí…
A todo esto, Naim seguía
pensando en el día anterior, el por qué estaba en esa isla y qué era lo que
hacía allí.
Se paró frente a una casa
que era famosa por hacer subastas públicas cada dos o tres meses. Esta vez
había un coche de policía como producto estrella para la subasta de esa tarde.
-
¿Un coche de
policía? Es precioso… Ojalá tuviera la suerte de conducir algún día uno.
Pero Naim siguió mirando
el coche como atraído por él. Había algo que le llamaba mucho la atención y no
terminaba de saber el por qué.
Luego se fue hasta el colegio
y se quedó mirándolo. ¿Ese trabajo era lo que realmente quería? No estaba mal
dar clases a los pequeños, pero le faltaba algo, necesitaba algo de acción en
su cuerpo.
Al fin salieron de la
comisaría con todos los datos que quería saber Scott.
-
El lugar de
trabajo de ese tal Naim es allí. Trabaja como monitor de educación física.
¿Está usted seguro que es ese Naim? Su apellido no es Thomas como me ha dicho
desde un principio…
-
Lo sé, pero estoy
seguro que es él. No me cabe la menor duda.
-
Está bien. Si
quiere ir a su domicilio lo que tiene que hacer es cruzar el puente que lleva
al sur y la segunda casa a mano derecha.
-
Muchísimas gracias
agente. Hablaré con su comisario de esto.
Scott estaba a un paso de
encontrar a Naim. Primero lo vio de espaldas, luego el testimonio de su hija y
ahora que trabajaba en el colegio aunque tenía otro apellido distinto. Ahí
había algo que no le olía bien.
Scott comenzó a andar
hacia el colegio por si se encontraba a Naim trabajando, pero para su suerte…
-
¿Ese hombre que
está sentado en el columpio es Naim?
Se acercó un poco más y
miró fijamente a Naim. Ahora sí que no había duda de que era él. Si lo había
enterrado, ¿cómo es que estaba vivito y coleando? ¿Habría simulado su propia
muerte? Tenía que hablar con él.
Scott saltó la valla y se
acercó rápidamente hasta donde estaba Naim. Sus ojos lo veían, pero su cerebro
no se lo terminaba de creer.
-
¿Naim?
Naim alzó la cabeza y
miró a los ojos a Scott por primera vez.
-
Sí, soy yo. ¿Quién
es usted?
-
Naim, ¿no me
recuerdas? Soy Scott…
Al fin el reencuentro tan esperado
entre Scott y Naim, ¿qué pasará ahora?
CONTINUARÁ…
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