CAPÍTULO 15
Hace año y medio, una
mañana cualquiera, Naim se vestía para ir al trabajo pensando en lo que le
esperaba esa tarde y el resto del fin de semana. Era un viernes.
Fuera del dormitorio,
Ashley preparaba el desayuno y los bocadillos que se comerían ese día mientras
iban de camino al camping. Max, su hijo esperaba.
-
¿Falta mucho mamá?
-
No. Espérate un
poco anda.
Ashley miró de reojo a su
hijo dibujando una media sonrisa. Era igual de impaciente que su padre.
A los pocos minutos, Max
comenzó a hacer ruidos de motor.
-
¿Qué haces hijo?
-
Jugando a las
carreras.
-
¿Y para eso tienes
que sacar el casco? Anda, ve y guárdalo por favor. En unos minutos nos
vamos.
-
Vale mami, ahora
voy.
Naim salió del cuarto ya
arreglado.
-
Buenos días
cariño. ¿Has terminado el desayuno?
-
Tú igual que tu
hijo, jajaja.
-
Bueno, ¿qué
quieres? En algo se tiene que parecer a ti… Es igual de guapo que tú.
Naim se acercó a su mujer
y la besó en la boca.
-
Te quiero peque.
-
Y yo también a ti
príncipe.
Luego se despidió de su
hijo que acababa de guardar el casco y las gafas en su cuarto.
-
Campeón, ahora me
voy al trabajo pero luego te veo en el camping, ¿eh? Ya verás que vamos a pasar
un fin de semana fantástico.
-
¡Sí papi! ¿A qué
hora sales del trabajo?
-
Sobre las dos y
media de la tarde. Para las cuatro estoy allí con vosotros.
-
Chupi.
-
¡Ah! Una cosa:
cuida de mamá, ¿vale? Ahora eres el hombre de la casa.
-
¡Gracias! Te
quiero mucho papi.
-
Y yo también te
quiero.
Max se quedó mirando cómo
su padre se iba. Él quería que su padre se fuera con ellos, pero tenía que
trabajar y Max no quería que hoy lo hiciera.
-
Ya estamos listos,
¿nos vamos Max?
Max y Ashley cogieron sus
cosas, las cargaron en el coche y salieron de allí para ir al camping.
Pero cuando estaban
saliendo de la ciudad, tuvieron que pasar por un punto negro, una zona con
muchas curvas y que era peligrosa. Cuando se acercaba la primera curva, los
frenos no funcionaban y el coche se precipitó ladera abajo hasta caer en la
orilla de una playa. Cuando las autoridades llegaron se encontraron el coche ardiendo y un gran fuego. Unos
metros hacia el lado, había
una maceta con una nota dentro que
decía: “Bienvenidos a mi jardín. Nuevo
abono especial de carne humana, especialmente para árboles frutales.”
Naim salió a correr como
cada tarde hacía, así hacía ejercicio y despejaba su mente.
Y durante nueve meses,
durante el otoño, el invierno y toda la primavera hasta llegar al verano del
año siguiente siguió haciéndolo con un mismo destino: la playa.
Allí se quitaba la camiseta
y se metía en el agua directamente para refrescarse.
Al salir, esa mañana
pareció ver a alguien conocido por allí.
Vio que era Eva y fue a
saludarla.
-
¡Eva! ¿Cómo tú por
aquí?
-
¿Naim? Ay, no te
veo por el sol…
-
Soy yo jeje, ¿qué
tal?
Eva se incorporó y se
puso a hablar con Naim.
-
Pues bien,
descansando de esta mañana que hoy ha sido dura…
-
Ya os he visto. A
mí me da miedo eso; no sé cómo os podéis poner en peligro todos los días.
Nunca
se sabe el desalmado que te puedes encontrar.
-
Pero para eso no
hace falta ser policía, nada más saliendo a la calle te encuentras con uno que
se le haya ido la cabeza, saca una pistola, te mata, ¿y ahora qué? Eso no tiene
nada que ver.
-
Ay ya lo sé, pero
es más peligroso ser policía…
-
No te lo niego,
pero para eso estamos, para coger a tipos así.
-
Y bueno, ¿cómo es
que has venido a la playa?
-
Vengo casi siempre
que puedo haciendo ejercicio, me doy un chapuzón y luego me vuelvo a
casa. ¿Y
tú? Estás muy guapa.
Ahí Eva se sorprendió…
¿Naim echando piropos?
Eva no sabía cómo
contestar.
-
Pues… gracias por
el piropo. Yo vengo cuando me quiero relajar. Me tumbo escuchando las olas del
mar y así me tranquilizo un montón.
-
La música ayuda
también a relajarse, te lo digo por experiencia.
-
Lo sé, pero no
tengo una familia demasiado permisiva… Nada más que pongo algo de música que me
gusta ya salta mi padre diciendo que baje esa mierda que eso no es música ni es
nada, que si tal y cual… Mira, paso de su culo.
-
¿Vives con tus
padres todavía?
-
Pues sí. Ya sé que
debería estar viviendo sola pero con el sueldo que tengo y los pocos ahorros
que tenía, no me da para alquilarme un apartamento decente aún.
-
Bueno, como te veo
apurada, ¿te quieres venir esta tarde a mi casa, vemos una peli y cenamos?
Eva ya estaba
descolocada totalmente. ¿Naim le estaba pidiendo una cita? ¡¿A SU CASA?!
-
Yo… es que no lo
sé… ¿tú quieres que vaya?
-
Sino no te lo
pediría, ¿te apetece el plan entonces?
-
Sí me apetece,
claro, pero… me extraña mucho tu proposición. La última vez que hicimos algo
juntos fue el año pasado con Scott y Bianca y estabas más rancio...
-
No me lo tomes en
cuenta, ya ha pasado un año como tú dices. ¿Tanto te cuesta creerlo?
Naim estaba algo
despistado. Estaba siendo amable con Eva y ella parecía evitar la invitación.
-
Hombre, con los
antecedentes que tienes de simpatía…
-
Vale, entonces no
quieres venir, lo entiendo.
-
Que no tonto, que
sí voy.
-
¿Estás segura? No
quiero obligar a nadie.
-
Si lo hago más por
escucharte que por otra cosa jajaja. Has picado como un novato.
-
Serás… Ahora te
voy a poner Paranormal Activity o El Exorcista.
-
Ni se te ocurra o
mueres…
Eva y Naim se rieron.
-
Venga, vístete y
vámonos, que Paranormal Activity es larga.
-
Tú sigue…
-
Ay Eva, donde las
dan las toman jajajaja.
Unos diez minutos
después, ambos llegaban a la casa de Naim mientras que charlaban animadamente.
-
Ahí está tu casa,
¿no? No me acuerdo bien.
-
Normal, si cuando
la viste ibas ciega y media.
-
¡Eh! Que una mala
noche la tiene cualquiera. Además, por la mañana estaba totalmente sobria.
-
Se notó que
estabas sobria.
-
¿Y eso por qué lo
dices?
-
Te faltó comerte
las piedras.
-
Al final te voy a
coger una tirria impresionante… jajaja.
Una media hora después,
Naim y Eva estaban viendo una película que eligieron entre los dos, una comedia
romántica para poder reírse un rato y distraerse. Sin embargo, lo que no se
dieron cuenta es que Scott llegó a casa de Naim y antes de llamar a la puerta
vio por la ventana que Naim estaba acompañado.
Su cara fue de total
asombro. ¿Naim y Eva? ¿Por qué no?, pensaba Scott para sí mismo. Se alegraba
que Naim estuviera acompañado y más si era por una chica guapa como era Eva.
Eso sí, no iba a pasar la oportunidad de gastarle una pequeña broma a su mejor
amigo Naim.
Scott sacó su móvil justo
para hacer una foto, pero el pequeño flash hizo que Eva mirara hacia la ventana
y pillara infraganti a Scott.
-
Pero… ¿qué coño
está haciendo Scott?
Scott corrió lo más
rápido que pudo hacia su coche y salió corriendo de allí. Esa situación le hizo
recordar su adolescencia cuando iba con sus compañeros de clase a la casa del
profesor de francés, llamaban a la puerta y salían corriendo, entre otras
cosas…
Eva paró la película y se
puso a hablar con Naim de lo que acababa de pasar con Scott.
-
¿Te has dado cuenta
de que nos ha sacado una foto a los dos juntos?
-
Ya, ¿y qué?
-
Que estamos en tu
casa, los dos solos, dos compañeros de trabajo, chico y chica…
-
¿Y?
-
¿Cómo qué y? ¿No
te importa lo que puedan decir de nosotros?
-
No. Este Scott es
un payaso. Querrá gastarme una broma como siempre. No lo conoceré ya… Si
parezco su padre.
Naim le quitaba hierro al
asunto.
-
Ya, pero no me
hace gracia que la gente crea algo que no es.
-
No te preocupes
Eva. Te digo que, conociendo a Scott como lo conozco, comenzará ahora con las
bromitas y tal y con el mamoneo que tiene cuando está de broma, que es que el
tío encima te hace reírte cuando no quieres. Qué cabrón es…
-
Sois muy amigos,
¿verdad?
-
Es el hermano que
nunca tuve.
Naim y Eva se quedaron
callados después de eso, pero Naim observaba a Eva, la miraba mientras pensaba.
-
Es guapa, pero no
puedo fijarme en ella. Debo guardarle un respeto a mi mujer, no puedo fijarme
en otra chica. Sería como traicionarla y eso no me lo perdonaría en mi vida.
Eva notó que Naim la
estaba mirando y quería volverse y mirarlo, pero no la quería cagar tan rápido
con Naim. Le gustaba tener una bonita amistad con él y no quería que un posible
romance fastidiara todo.
-
Eva, ni se te
ocurra mirarle. No puedes mirarlo, no le mires a los ojos porque si no estás
perdida… Ahora no lo mires, venga, sigue viendo la peli.
Finalmente Eva se volvió
y lo miró. Estaba tan guapo y tenía unos ojos tan verdes…
-
Esto… ¿seguimos
viendo la peli?
-
Sí, claro. Que se
me ha ido el santo al cielo, perdona.
-
No pasa nada jeje.
Ya después de picotear
algo tras ver la película, Eva tenía que volver a casa.
-
Ha sido una tarde
genial. Espero volver a repetirla.
-
Cuando quieras.
Esta también es tu casa.
-
Bueno… hasta
mañana entonces.
Naim la miró serio por
última vez y negando sus pensamientos, habló.
-
Espera que te
acompaño a casa.
-
Anda, no te
molestes, de verdad. Si vivo aquí al lado.
-
Da igual. No tengo
nada que hacer ahora, así que te acompaño.
-
Vale gracias…
-
No hay de qué.
Era cierto que vivía
cerca de su casa así que no tardó más de 15 minutos cuando ya estaba de vuelta.
Se sentía muy bien y estaba feliz.
Pero esa felicidad iba a
ser truncada muy rápido cuando entró en casa y se encontró con un… recuerdo no
muy grato para Naim.
Naim se quedó petrificado
mirando la maceta. ¿Cómo era posible que en un segundo un maldito objeto le
pudiera cambiar el ánimo? Mirando serio la maceta se giró y se fue a dar una
ducha.
Al salir escuchó el
pajarito del WhatsApp y vio que tenía varios mensajes de Scott.
Naim comenzó a leer.
-
Anda, mira el enamorado lo calladito que se lo tenía,
¿cuándo me lo ibas a decir? Con lo que te quiero yo a ti… Aquí te mando la foto
de la parejita feliz. Nos vemos mañana y ¡ah! Cuidado con lo que haces con ella
jajajaja.
-
Mira que eres
cabrón Scott, jajaja. Esta me la vas a pagar…-decía en voz alta-.
Pero poniéndose más
serio, fue a la cocina a por una bolsa de basura, cogió el macetero, lo metió
allí y salió al jardín para tirarlo a la papelera.
¿Quién le iba a decir que
no estaba tan solo como Naim se creía? Alguien lo observaba desde muy cerca y
no era nada bueno…
¿Quién lo estará observando? ¿Será el
mismo asesino de la maceta?
CONTINUARÁ…
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