CAPÍTULO 13
Eva se fue después de
desayunar y Naim se puso a leer el periódico como casi siempre que podía hacía.
Al terminar el periódico,
se levantó para mirar la foto que se habían hecho el día anterior.
Solo como estaba, no se
lo pasó mal al final del todo.
-
Podría
acostumbrarme a dar una vuelta de vez en cuando…
Ese día tenía turno de
tarde, así que a las cuatro de la tarde entró en comisaría. Sin embargo, apenas
media hora después recibieron una llamada de los bomberos.
Naim y Scott se subieron
al coche patrulla. Scott salió rápido del coche y miró la escena y se quedó
petrificado.
-
¿Qué pasa?
-
Naim, no deberías
ver esto.
-
Anda ya, he visto
de todo.
-
Naim… voy a
pedirle al comisario que te retire del caso.
-
¿Qué te pasa en la
cabeza? ¿Se puede saber qué coño ha ocurrido?
Scott había visto la
escena y quería evitar un mal trago a Naim, pero este era muy cabezota.
Naim, sonriendo, dio un
paso adelante.
-
Quítate del medio
Scott, voy a ver lo que ocurre.
-
No Naim, no…
-
Scott venga, no
seas pesado.
Naim giró hacia la
derecha dejando atrás el coche de los bomberos y también se quedó petrificado
al ver la escena.
-
No puede ser…
Scott sabiendo cómo se
sentía Naim se acercó.
-
¿Cómo estás?
-
Bien… Tengo que
cerciorarme.
Naim bajó acercándose más
al coche. Dentro se podían ver los restos de dos cuerpos humanos inertes, sin
vida.
Mirando detenidamente,
Naim se dio cuenta que todo estaba cuidado al detalle, como la otra vez…
Pero algo le llamó la
atención. Sobre el coche se veía algo que no podía reconocer bien, así que
pidió ayuda a Scott y juntos se metieron en el agua para sacar aquello.
Al cogerlo en las manos,
los dos temblaron, se miraron y lo depositaron en el suelo.
-
Es… una maceta
Scott.
-
Sí, me temo que ha
vuelto. El asesino de la maceta está aquí.
Naim se quedó con la
mirada totalmente perdida. Estaba repasando recuerdos, casos anteriores,
asesinatos exactamente iguales…
Finalmente Naim pidió el
resto del día libre, necesitaba asimilar la vuelta de ese asesino en serie que
tanto daño había hecho a la ciudad, pero en casa tampoco tendría descanso.
-
Pero… ¿qué coño?
Entró en casa y vio que
la estantería estaba corrida hacia un lado. Alguien había entrado en su casa.
Abrió la puerta agarrando
su arma con la otra mano por si tenía que utilizarla, pero lo que se encontró
fue una carta.
La carta decía…
De la rabia rompió la
carta, sacó su pistola y entró en su dormitorio inspeccionando cada rincón.
Pero en su cuarto no
había nadie.
Saliendo de la casa se
dirigió a la parte trasera y allí escrutó todos los escondites que se conocía,
pero tampoco hubo suerte…
Y por último, fue al
garaje, lugar al que no entraba desde hacía más de un año…
CONTINUARÁ…
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