Hoy os pongo el PENÚLTIMO capítulo de esta historia donde las cosas... Bueno, arden por completo jajajaja. ¡Nos vemos el jueves!
CAPÍTULO 9
Aquel tipo miraba a Roger
serio, apuntándolo sin temblar un ápice. Parecía una estatua de Miguel Ángel,
inmóvil…
De repente, un sonido
ahogado sonó y Roger cayó chocándose contra la puerta de la entrada
completamente ensangrentado. Se echó la mano al estómago y murió sin lograr
decir una palabra.
En ese mismo momento,
Fernando se percató de un ruido extraño. Algo parecía haber sonado en la
entrada.
-
¿Has oído eso
Claire?
-
¿Oír qué?
-
Un ruido abajo.
-
No me he dado
cuenta…
Fernando se asomó a la
ventana de su cuarto y vio como ese tipo dejaba el cadáver de Roger al borde de
la piscina. Ante su asombro, se agachó al alzar la mirada aquel extraño hombre.
Silenciosamente, se
acercó a Claire y le dijo que se mantuviera en silencio porque alguien había
entrado en casa y había matado a Roger.
-
Eso es imposible.
-
Acércate y lo
verás tú misma. ¡Pero ten cuidado!
Claire no podía
creérselo. Hacía una hora escasa estaba dándose el lote con aquella rubia
explosiva.
Finalmente, se acercó
cautelosamente a la ventana y pudo comprobar, con sus propios ojos, que
Fernando no mentía.
-
¡Dios mío! ¡Es
Roger! ¿Qué vamos a hacer?
-
Huir de aquí lo
más rápido posible. Ven.
Salieron por la puerta
que daba a la terraza interior justo cuando el asesino de Roger subió al piso
superior. No iba a parar de buscar a Fernando hasta que lo matara con sus
propias manos.
-
Si quieres hacer
algo bien, debes hacerlo tú mismo.
Entró en la habitación de
Fernando y allí no encontró a nadie.
-
Debe estar por
alguna parte…
Fernando y Claire se
metieron en la habitación de los padres de este cuando escucharon cómo se abría
la puerta del cuarto de él. Claire se asustó aún más y Fernando, cogiéndola de
los brazos, la acercó a él.
-
No te preocupes,
todo va a salir bien. Confía en mí.
A todo esto, Samuel y
Fernando andaban fuera de la casa sin tener ni idea de lo que pasaba.
-
Samuel, estoy
preocupado por mi yo más joven. Roger ha salido escopetado hacia aquí y tengo
miedo de que vayan a cambiar las cosas. Me queda poco para volver a mi tiempo…
Estoy abusando mucho de la máquina y no quiero quedarme atrapado.
-
No te preocupes,
buscaremos a Roger tanto fuera como dentro de la casa. Tú mira por la
izquierda, yo miraré por la derecha. ¿Tienes la llave?
-
Sí. Por suerte,
eso no ha cambiado con los años.
Ambos comenzaron a buscar
por los alrededores de la casa, mirando por las ventanas por si veían a alguien
cuando Samuel vio algo que le sorprendió.
-
¡Fernando!
¡Fernando ven!
El Fernando más joven
escuchó su nombre y vio a su jefe a las afueras de su casa llamándolo. ¿Cómo
sabía que estaba en apuros?
Pero por desgracia, el
asesino también se dio cuenta.
-
Tengo que irme de
aquí antes de que me encuentren. Ya pillaré a ese malnacido…
Salió de aquella
habitación y miró la distancia que había entre un piso y otro haciendo cálculos
si la caída podía hacerle daño o no.
Fernando y Claire
salieron de la habitación y corrieron hacia la entrada cuando se encontraron a
Samuel de golpe.
-
¡Fernando! ¿Qué
pasa aquí?
-
No sabes cómo me
alegro de verte aquí. Estamos en peligro, alguien viene a matarnos. Han matado
a Roger y está buscándonos un hombre vestido de blanco.
-
Corred, venid por
aquí.
De repente se escuchó un
golpe fuerte contra el suelo. Aquel tipo había saltado sin ningún tipo de
complicación.
Ese hombre corrió hacia
la ventana exterior cuando Fernando entró desde otra ventana, cogió el arma que
sobresalía del pantalón de Roger y apuntó al asesino.
-
O paras o disparo.
Tú elijes.
Fernando no podía
permitir que volviera a pasar lo mismo que le ocurrió a él tantos años atrás.
Él era de esa época, no de los años 50. ¿Por qué tenía que renunciar al siglo
XXI?
El otro Fernando se quedó
mirando la escena sorprendido por lo que estaba pasando.
-
¿Ese es… mi padre?
Samuel, ¿qué hace mi padre aquí?
El hombre del traje se
volvió y sonrió mirando a Fernando, que no le quitaba ojo.
-
Vaya, vaya, vaya…
¿A quién tenemos aquí?
-
Yo soy a quien
buscas. ¿No me querías? ¡Aquí estoy!
-
Me temo que eso es
imposible. Yo busco a uno más joven que tú, pero no te preocupes, también te
mataré a ti.
El otro Fernando miró a
Samuel sorprendido. No entendía nada de nada.
-
Samuel, ¿qué coño
pasa?
-
Tranquilo. Todo
está bajo control.
Sin pensárselo dos veces,
aquel tipo sacó su arma también y apuntó a Fernando.
-
Oh, qué pena. Yo
también tengo un arma… ¿Qué pasará? ¿Yo te mataré? ¿Tú me mat…? Espera, ¿qué
digo? Matarme tú a mí… Jajajaja, tendrías que comer muchas lentejas para
alcanzarme a mí, abuelo.
-
Muy bien Patrick,
¿o debería llamarle Señor Philip? Nacido en una familia pobre de Louisiana, a
los 12 comenzó a despuntar entre sus compañeros y a los 17 años terminó la
universidad. Siempre ha sido un cerebrito y la NASA lo quiso. Tiene usted ahora
34 años y toda una vida por delante. ¿Quiere acabar sus días intentando
conseguir una máquina del tiempo que se supone que funciona?
-
¿Cómo
sabe…?-preguntó Patrick cargando el arma y acercándose más a Fernando-.
Fernando dio algunos
pasos hacia delante también. Ahora lo tenía cara a cara.
-
¿Crees que no te
conozco? Te conozco mejor que tus padres, chaval. Yo soy a quien buscas, te lo
he dicho. Mi nombre es Fernando Rodríguez, nací en el año 1991. ¿Por qué soy
tan viejo? Porque hace 43 años creé una máquina del tiempo, tú viniste diciendo
que la NASA quería comprar la empresa o el proyecto y mi esposa y yo viajamos a
1955 y rompimos la máquina del tiempo contigo dentro.
-
Maldito viejo
senil. ¿No me ves? ¡Estoy vivito y coleando!
-
Tú sí. No como tu
novia, quien murió en “extrañas circunstancias” después de que tú le contaras
un proyecto secreto de la NASA, ¿cierto?
Patrick enfureció. ¿Cómo
podía saber todo aquello? No sabía quién era, pero tenía que matarlo como
fuese.
Los dos permanecían
inmóviles y quietos. La tensión era palpable en el ambiente. ¿Quién dispararía
primero? Pero Patrick comenzó su plan…
-
Está bien, tú
ganas. Dejaré el arma, me iré y nunca más volveré. Lo juro.
-
Suelta la pistola
en el suelo y despacito. No hagas ningún truco.
-
Tranquilo, me he
rendido…
Patrick comenzó a bajar
las manos lentamente y cuando llegó a cierto punto…
Disparó a Samuel, que
estaba observando la escena desde la otra habitación. Patrick creía que así
distraería a los demás y podría matar a Fernando, a la chica de Roger y a ese
tío. Así no dejaría ningún cabo suelto.
Fernando y Claire se
agacharon para saber si Samuel estaba bien.
-
Claire, todavía
tiene pulso. ¡Debemos llevarlo al hospital de inmediato!
De repente, otro disparo
se escuchó de la habitación del spa. El cuerpo inerte de Patrick cayó al suelo,
haciendo que las gafas salieran volando y la pistola cayera a varios metros.
¿Sobrevivirá Samuel? ¿Qué pasará con
Fernando?
CONTINUARÁ…
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