CAPÍTULO 8
Fernando estaba sentado
junto a Claire en el banco cuando le sonó el teléfono interrumpiendo un momento
íntimo.
Al ver quién le llamaba,
se sorprendió.
-
Sí, dime Samuel.
-
Hola Fernando,
mira, perdona que te moleste en tu día libre pero es que me acaban de dar dos
entradas para el estreno de hoy, ¿te apetece ir?
-
Guau, estaría
genial, pero estoy con Claire.
-
No, si las
entradas son para vosotros. Yo ya tengo la mía. ¿Las queréis?
-
Espera, le voy a
preguntar a ella.
Fernando se acercó a la
muchacha y le preguntó.
-
¿De verdad? Bueno,
vale. Dicen que tiene muy buena pinta.
-
Estupendo, se lo
diré a Samuel. ¡Samuel! Espéranos allí, ahora vamos hacia el estudio. No
tardaremos mucho.
Mientras Fernando
terminaba de hablar con su jefe, Claire miraba embobada a Fernando pensando qué
tenía que le gustaba tanto…
A todo esto, Roger seguía
dándose el lote con Lulú, ninguno se cortaba un pelo y ya les daba un tanto
igual que apareciera el cámara o no.
A los pocos minutos
llegaron Fernando y Claire que se quedaron inmóviles viendo eso.
Claire avanzó un poco
para asegurarse que era Roger. No podía creérselo.
Roger, inconsciente de lo
que estaba a punto de ocurrir, seguía besando apasionadamente a Lulú, que
acercaba su mano peligrosamente a la entrepierna del chico.
Claire pegó un grito tan
fuerte que Lulú le mordió el labio a Roger. Éste, volviéndose, se levantó
inmediatamente.
Lulú miraba la escena con
ojos de sorpresa mientras que Roger quería que la tierra se lo tragase.
Claire empezó a tartamudear
un poco. Quería decir tantas cosas a la vez que ninguna le salía. Roger era
consciente de que la Tercera Guerra Mundial estaba a punto de estallar en unos
momentos.
Se hizo un gran silencio,
se escuchó inspirar y espirar a Claire dos veces y lo siguiente que se escuchó
fue un gran guantazo en la cara de Roger.
Fernando se echó las
manos a la cabeza pensando en lo que se iba a liar…
-
Ay Dios, ¿quién me
habrá mandado a mí venir aquí?
Lulú se levantó del banco
y se fue sin decir nada. Miró a Fernando mientras pensaba que le recordaba a
alguien, pero sin decir nada se largó de allí.
Claire estaba fuera de sí
misma. No paraba de chillarle a Roger que permanecía callado y sumiso.
Su cara era de pocos
amigos. Su novia lo había pillado de pleno y todo por haber aceptado aquella
estúpida proposición de aquel pelirrojo.
-
Como lo vea…
Fernando miraba serio la
escena. Se acercó a Claire y la cogió de los hombros para intentar calmarla. Se
había puesto roja de la ira que tenía.
Cuando Fernando consiguió
que Claire se callara, ella le echó una mirada de desprecio y odio a su ex.
-
Hasta nunca Roger.
Fernando y Claire se
fueron a casa de éste. Ella estuvo llorando durante todo el camino de vuelta a
casa y al llegar al dormitorio, se echó al suelo destrozada.
-
¿Por qué Fernando?
¿Qué he hecho para merecerme esto?
-
Tú no has hecho
nada Claire. Eres una chica estupenda y él es un patán que no ha sabido ver lo
maravillosa que eres. No te culpes por algo que no has hecho tú.
-
Eso intento… Pero
¿por qué me ha hecho esto?
-
No lo sé Claire.
No lo sé…
Fernando se quedó
pensando en lo que podía hacer ahora para intentar animar a Claire, pero no se
le ocurría nada. Ella se quitaba las lágrimas que rodaban por sus mejillas.
Roger se presentó en la
casa de Fernando. Sabía dónde vivía y estaba dispuesto a llevarse a Claire por
las buenas o por las malas. Se había cansado de ser un pelele de la gente.
Cogió una tarjeta y
comenzó a pasarla entra las puertas de la entrada para forzar la puerta sin que
nadie se enterara.
Pero algo lo interrumpió.
Estaba a punto de conseguirlo cuando aquel hombre de traje se le colocó detrás.
-
Ejem, ejem… Buenas
tardes Roger.
Roger se incorporó
rápidamente y se volvió.
-
¿Qué haces
aquí?-preguntó Roger-.
-
Mira, esa misma
pregunta te iba a hacer yo a ti. ¿Qué se supone que haces?
-
Mi novia me ha
dejado y he venido aquí dispuesto a llevármela.
-
¿Has hecho lo que
te dije?
-
Sí, ya entregué el
currículum y me han hecho la entrevista. Me contratarán. Lo sé.
Aquel hombre sonrió de
forma sarcástica.
-
¿Entonces por qué
he visto al anciano yendo a la comisaría?
-
¿Y yo que sé? ¿Te
crees que soy su canguro?
De repente, ese hombre
sacó una pistola con silenciador y apuntó a Roger.
-
Escucha una cosa.
No estás consiguiendo nada de lo que te he mandado. Siempre te pillan, apenas
has conseguido información de esa supuesta máquina del tiempo. Me estoy
hartando de ti, Roger… Convénceme para que no te mate ahora mismo.
Roger tragó saliva.
Estaba muy asustado.
-
Escucha… No te puedo
negar que he tenido problemas, sí, pero te puedo asegurar que soy el mejor en
mi trabajo. Si me recomendaron a ti fue porque soy el mejor, ¿no?
-
Sigue, necesito
más…
-
Te prometo que no
te fallaré más. Me contratarán en la empresa y sacaré toda la información que
tú necesites. Tú tendrás lo que necesitas y yo tendré mi dinero y todos
contentos.
Roger está en serios problemas… ¿Cómo
saldrá de esta?
CONTINUARÁ…
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