No me entretengo más y os dejo con el capítulo de hoy. ¡¡Hasta el viernes amigos!!
CAPÍTULO 2
-
Media hora más
tarde, Travis apareció y llamó al telefonillo.
¡Hola Travis! Venga, pasa que te abro.
1 -
Este es Travis
Jenkins, un compañero de clase de Fernando y con un gusto dudoso sobre
estilismo. También tiene 14 años y es americano, no como Fernando que es
español.
- Me alegro de que hayas venido Travis.
-
Sabes que me
gusta mucho venir aquí. ¿Sabe tu padre que he venido?
-
No. Está pelando
la pava con la furcia esa.
-
¿No decían que
se iban a casar?
-
Bueno, hablamos
mejor en mi cuarto. Ven conmigo.
- A ver, dime Fer.
-
La Lulú esa o
como coño se llame que lleva viviendo con mi padre y conmigo un mes o así y es
una calientapollas.
-
¿La has visto
insinuándose a alguien?
-
No, pero no me
da buena espina. ¿Tú la has visto? Si está sacada de una película porno.
- Piensa en lo que se está llevando al
cuerpo tu padre.
-
¿Tú estás bien
de la cabeza? Da asco chaval. Es súper falsa. Tetas de silicona, labios con
botox, le falta ponerse un culo como el de la Minaj para terminar de ser un
monstruo.
-
Bueno,
tranquilízate que te va a dar algo.
-
Pero es que lo
que más coraje me da es que mi padre lleva todo el puñetero mes intentando que
hable con ella, que me lleve bien, que salgamos a tomar algo… Si se ve a legua
que viene a por el dinero. Mi padre le importa una mierda.
-
Hombre, un poco
sueltecita sí parece, ¿eh?
- ¿Has pensado alguna vez en coger las cosas
y desaparecer?
- ¿Me lo dices en serio
Fer?-lo miró Travis con una cara de entre sospecha e incredulidad-.
- Venga Fer, no te me irrites que no me
gusta verte así de serio,-dijo acercándose más a él-.
- Travis, es que esta tía me saca de quicio.
-
No te preocupes,
estoy aquí contigo. En las duras y las maduras, ¿recuerdas? Ven aquí tonto.
Ambos chicos se
abrazaron en el sofá y se miraron con caras de corderos degollados.
-
Te quiero
Travis. Bésame cariño.
-
Yo sí que te
quiero…
Los jóvenes comenzaron
a besarse más fuertemente juntando sus labios y abriendo sus bocas haciendo que
sus lenguas se entrelazaran juguetonas.
Mientras tanto en el
dormitorio de Alberto…
-
Lulú, cariño,
¿puedes ir al cuarto de mi hijo y preguntarle lo que le apetece comer?
-
Voy enseguida.
Como el balcón interior
comunicaba con el dormitorio de Fernando fue por allí para cortar camino cuando
se encontró desde fuera el panorama.
- Espera Travis, que como sigamos así vamos a
acabar en la cama y estando mi padre en casa no me quiero arriesgar.
-
Vale, vale… Pero
no puedo evitar ver esos labios y no querer comértelos. Lo mejor que he podido
hacer es hacerme tu novio.
Sus bocas volvieron a
unirse ante el desconocimiento de que Lulú los había visto a través de la
ventana.
Minutos más tarde, se
pusieron a jugar a la Play por si a alguno le daba por aparecer por ahí. Pobres
ilusos…
En el dormitorio de
Alberto, él y Lulú veían una película hasta que se acercara la hora de comer.
-
Ahora que te
estoy mirando detenidamente… Eres preciosa.
-
Oh Alberto, qué
cosas me dices.
-
La realidad sale
a través de mis labios para impactar en tu corazón.
- Ay, como digas otra cosa así me voy a
abalanzar sobre ti y te voy a hacer lo que nunca le he hecho a nadie.
-
¿De verdad?
Cuando actuabas en tus películas hacías de todo.
-
Ya pero siempre
toda actriz porno se guarda un as en la manga. Aunque parezca que disfrutamos,
lo que la mayoría hacemos es actuar. Cuando verdaderamente se disfruta es en
privado. Sin embargo, la experiencia que tiene una actriz porno en la cama es
mucha más que la que tiene una chica normal.
Alberto sonrió de oreja
a oreja.
-
Por eso te elegí
a ti.
-
¿Y qué vas a
hacer? ¿Piensas quedarte ahí quieto viendo la película o me vas a quitar el
calentón que tengo encima?
-
Pero la peli…
bueno, ya me la descargaré.
La ropa empezó a caerse
por el camino hasta que llegaron a la cama donde ya estaban semidesnudos.
Eran como las 6 de la
tarde cuando Travis se levantó.
-
Fer, me voy que
es tarde y no quiero que me anochezca en el camino.
-
Ah vale, te
acompaño hasta abajo, pero espera que mire lo que está haciendo mi padre, un
momento.
Fernando hizo
exactamente que Lulú un rato antes y esta vez pilló a su padre abalanzándose
sobre la voluptuosa de su prometida…
Salieron tranquilamente
de la habitación. Su padre tenía trabajo y no atendería a ruidos en la casa así
que bajó deslizándose por la barandilla.
-
¡Travis cuidado
que me la doy!
En la puerta, quedaron
para ir juntos al instituto al día siguiente. Como todas las mañanas, Travis lo
esperaba en la puerta de la casa a Fernando. Luego, se dieron un pico.
Ya anocheciendo, Travis
se fue a su casa mientras Fernando lo observaba desde el interior.
Un cuarto de hora
después, Lulú se levantó de la cama poniendo una excusa.
-
Cariño, voy a
ver si pico algo. Vuelvo enseguida.
-
Vale, pero no te
me enfríes mucho que esta noche queda más todavía.
-
Uhhh, eso me
gusta.
Lulú se vistió y miró
por la casa buscando a su futuro hijastro hasta que escuchó ruido en el baño de
abajo y fue hasta allí.
-
Nene, tenemos
que hablar.
- ¡¿Qué
coño estás haciendo tú aquí?! ¿No ves que estoy bañándome? ¡Fuera!
- Jajaja, chaval, no me voy a asustar por ver
una pilila y menos de un niño de 14 años.
- ¡¿Pero te quieres largar de aquí coño?!
-
Tranquilo, que
ya salgo…
Cinco minutos más
tarde, salió Fernando como alma que lleva el diablo y con una cara de enfado
terrible.
-
¿Se puede saber
qué es lo que haces entrando en el baño estando yo dentro? Por si no lo sabes,
aquí tenemos la costumbre de llamar a la puerta antes de entrar.
Lulú lo agarró de la
camiseta y se lo llevó hasta el comedor que estaba justo al lado.
-
¡Tú! Me vas a
escuchar atentamente. Sé que no me tragas porque no te caigo bien pero ve
haciéndote la idea, me voy a casar con tu padre y en ese momento podré hacer
contigo lo que me plazca.
-
¡Serás zorra!
-
Y lo que tú no
sabes chaval. Y como le digas algo de esto a tu padre, ¿te gustaría que se
enterara de que eres gay?
Fernando la miró con
incredulidad. No tenía ni idea de cómo los había pillado pero ahora no tenía
escapatoria.
-
No eres capaz.
-
¿Qué no? Pruébame.
-
Que lo haga mi
padre, zorra.
-
Ts, de insultos
nada ¿vale? A partir de ahora me tratas con respeto, ¿de acuerdo? O sino, ya
sabes lo que pasa…
CONTINUARÁ…
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