lunes, 11 de diciembre de 2017

Capítulo 7 de "The Shadow"

CAPÍTULO 7

Semanas más tarde, Kevin recibe la nómina a final de mes y, para su sorpresa, las horas extras no están anotadas. “¡No había derecho!”, pensó mientras se dirigía al puesto de trabajo de Eristof.


Llamó a la puerta y esperó a que le diera permiso para entrar.
-          ¡Entra!


Muy serio entró y se plantó delante de él.
-          ¿Qué desea Sr. Calver?
-          Acabo de recibir mi nómina y he visto que no están anotadas las horas extras que tuve que hacer para terminar los programas.
-          ¿Y?
-          ¿Cómo que “y”? ¡Tuve que quedarme varios días hasta muy tarde para poder terminar los proyectos!-dijo más alterado-.
-          Shh shh, tranquilo hombre. No te voy a consentir ese tono conmigo una segunda vez. Para empezar, soy tu jefe y si te digo que debes hacer algo en un margen de tiempo me trae sin cuidado cómo lo hagas mientras que lo entregues correctamente y a tiempo. Es TÚ trabajo.


Eristof sabía que debería haberle pagado esas horas pero… ¿quién iba a creer en esa empresa a un americano de pacotilla?


Kevin intentaba mantener el tipo, principalmente porque le convenía más el trabajo que tratar al capullo de su jefe.


Mirando con una amplia sonrisa a Kevin, se dirigió a él.
-          ¿Algo más?
-          No, señor.
-          En ese caso, que tenga un buen día.
-          Igualmente-dijo entre dientes-.


Kevin miró a su jefe con cara de incredulidad. No sabía cómo podía ser así, tan cínico, tan injusto y seguir durmiendo a pierna suelta…


Horas más tarde, bajó al parking para poder irse a casa cuando se encontró con Paulova.
-          Ey, ¿qué tal Kevin?
-          Buenas Pau, qué alegría verte.


Acercándose, Paulova le dio un suave beso en los labios.


Al separarse, la sonrisa de Kevin fue bastante forzada, por lo que Paulova se preocupó.
-          ¿Te pasa algo?
-          Contigo no. Perdona si estoy algo más apagado pero no estoy de humor. Es Eristof.
-          ¿Qué te ha hecho ya?


Poniendo cara de asco, Kevin comenzó a contarle todo.
-          Y dice que como es mi trabajo que no le importa cómo lo haga mientras que esté bien y lo entregue a tiempo. Así que esas horas que he echado de más me las como yo solito. De gratis, ¿sabes?
-          Siempre supe que era un cabrón. No entiendo cómo mi padre lo sigue teniendo contratado.
-          Pues porque mantiene a raya al personal y tu padre sabe que tiene ingresos asegurados.
-          Lo siento mucho guapo. Ojalá pudiera hacer más.


Paulova abrazó cariñosamente a Kevin. Se sentía impotente, pero hablar con su padre no cambiaría las cosas, seguramente hasta las empeoraría.


Y para colmo se había dejado las luces del coche encendidas y no tenía batería así que le tocaba irse andando a casa. El día empeoraba por momentos…


Bajo la lluvia, sin paraguas y lejos de casa, después de todo un día de trabajo horroroso y encima notando que alguien lo seguía. ¿Quién era? No lo sabía pero tampoco iba a mirar atrás para averiguarlo.


Kevin aceleró el paso poco a poco para intentar alejarse todo lo que podía de su “perseguidor”.


Pero no había forma así que Kevin se puso a correr. No sabía si ese desconocido podría hacerle algo. Aunque él tenía cinturón negro, no podía ir por la vida sin ningún tipo de miedo o temor.


Y justo cuando llegó a la puerta de casa, alguien salió de ella…


Walcott salió justo en el momento en el que Kevin se paró en seco delante.
-          Joder, menudo susto me has dado Walcott.
-          ¿Qué te pasa? Te noto agitado.
-          Creo que me estaban siguiendo…


Ambos entraron en el garaje del bloque donde se habían mudado y ahí pudieron hablar más tranquilamente.
-          ¿Estás mejor Kevin?
-          Sí, pero estaba un poco asustado.
-          Bueno, tú ahora tranquilízate en casa, cierra la puerta con llave que luego llegaré yo y nos vemos una pizza comiendo una buena película.
-          ¿Tú? ¿A dónde vas?
-          A mi trabajo… ¡Me han ascendido!


El abrazo que se dieron los dos fue enorme, junto con la alegría de ambos.


Cierto tiempo más tarde, Eristof comenzó a traer al trabajo a una chica misteriosa. Todos se preguntaban quién era y de dónde había salido. No era propio de él llevar a chicas allí, ni cuando estaba con Paulova.


Y para la sorpresa de todos, se besaba con ella por los pasillos, en su despacho, fuera de él… Y sobre todo delante de Kevin.


Sin embargo, Kevin seguía como siempre. Verlo junto a esa chica en horas de trabajo le hacía hasta gracia porque veía la cara de idiota (más todavía) que ponía cuando estaba con ella.


Susurros al oído, besitos en el cuello… Ninguno de los dos se cortaba.
-          Prepárate para esta noche nene, vas a saber lo que hace una buena…
-          Ejem, ejem,-dijo Kevin interrumpiendo el momento “romántico”-.


La chica puso cara de pocos amigos y se dirigió hacia el muchacho-.
-          Qué.
-          Estoy buscando a su nene, no a usted señorita.
-          Pues ahora mismo está ocupado así que déjanos en paz.


Kevin se puso a mirar a un punto fijo de la habitación tras las palabras de la chica. ¿Quién se creía que era para tratarlo así?


Y dando media vuelta, cogió la mano de Eristof y se sentaron en el sofá para besarse mientras que Kevin, con cara de incredulidad, veía el desplante que le habían hecho.


CONTINUARÁ…

No hay comentarios:

Publicar un comentario