viernes, 31 de enero de 2014

Capítulo 3 de la Segunda Temporada de "Black Hand"

¡Hola a todos queridos amigos! Hoy es el último día de enero y ya mañana empezaremos un nuevo mes de este año 2014. ¿Se os ha pasado rápido? A mí sí y la verdad es que me gustaría a veces que pasara más lento pero bueno, cosas de la vida jejeje.
Hoy toca capítulo (¡bien!) y no os voy a dejar sin él, así que os dejo con él no sin antes deciros que aprovechéis este mes que entra, que entréis con ganas en febrero y que sigáis al pie del cañón en este blog como yo estoy aquí, porque lo hago por y para vosotros. En fin, nos vemos el próximo martes con otra entrega de Black Hand. ¡Hasta muy pronto!

SEGUNDA TEMPORADA
CAPÍTULO 3

- No quiero verte más por este sitio. ¡Fuera de aquí!-gritó colérico Mohamed-.
- ¡Déjeme que se lo explique!
- No quiero que me explique nada, odio a los americanos y lo odio a usted.


Entonces Will, cabreado ante la insistente negativa del líder de Al-Qaeda, respiró hondo.
- Mire usted Mohamed, soy norteamericano y a mucha honra, pero no porque a usted le caiga mal un puñado de americanos nos tiene que tratar a todos por igual.
- ¿Esta justificándose?
- No me estoy justificando, estoy diciéndole la verdad. Usted es libre de hacer lo que quiera ahora pero yo no soy como los demás.


Mohamed entonces recapacitó.
- Espera chico.
- Qué quiere.
- Tienes razón, he sido demasiado brusco y no debería serlo. Apenas le conozco y no debería prejuzgarle.
- Muchas gracias.


- Has sido muy valiente al querer defender tu postura y eso lo valoro mucho y para demostrárselo, le invito esta noche después de cenar a mi mansión.
- ¿De veras?
- Claro, ¿le gusta el billar?
- Mucho.
- Pues entonces, esté en mi casa sobre las 10 de la noche. Le espero.
- Gracias por todo. Hasta luego.


Will se fue corriendo hasta su habitación y lo primero que hizo fue comunicar lo que le acababa de pasar. Tras unos minutos, recibió la contestación.
Bien hecho Will. Estás a un solo paso de conseguirlo. Te recomendamos que para no levantar sospechas, la pistola que te proporcionamos, la guardes lo mejor posible ante cualquier problema que se te pueda presentar. Una vez que tengas a Mohamed a tiro, no dudes en disparar teniendo el silenciador colocado. Una vez que hayas terminado el trabajo, ven en seguida a Washington. El avión privado te espera en el aeropuerto. Te deseamos mucha suerte.


Eran las 10 menos 5 cuando Will se puso en camino de la mansión de Mohamed.


Fuera la hora que fuera, se veía imponente y transmitía una sensación de fortaleza y seguridad frente a las casuchas que había alrededor.


Al entrar, quedó maravillado ante la grandeza de la habitación de entrada. Al fondo, esperaba Mohamed.
- Bienvenido a mi humilde morada. Pase.



Como efectivamente pensaba, la casa era de tal lujo que resultaba ya un insulto para los vecinos del exterior de esos muros.


- ¿Le gusta lo que ha visto de mi casa?
- Bueno... no está mal.
- Se nota que no ha visto nada de esta casa. ¿Empezamos la partida?
- Si quiere perder, adelante, empiece usted.
- ¿Perder? Yo nunca pierdo...



- Contra antes lo asimile, menor será el palo.
- Mucho fanfarrón veo aquí. Comencemos.



La partida comenzó y los turnos siguieron sucediéndose.


Llegada la final de la partida, el ganador fue Mohamed como había afirmado desde un principio.
- Se lo dije. He ganado yo.
- Un golpe de suerte.
- Venga, le invito a una copa. Elija lo que quiera.



Mohamed se encaminó hacia la barra del bar y una vez que se puso de espaldas y comenzó a buscar las botellas de alcohol, Will sacó la pistola, puso el silenciador, apuntó a la cabeza y...


Will sin pensárselo dos veces salió corriendo de allí, pasó por su cuarto para recoger su maleta y se fue directo hacia el avión con destino a Washington.


Una vez hecho el viaje, se fue directamente a la Casa Blanca para reunirse con el presidente.
- Will, me alegro de volver a verte sano y salvo.
- Lo mismo digo señor presidente.



- Tengo que felicitarle Will por lo bien que ha realizado la misión que le encomendé. Es usted un crack.
- Muchas gracias. Tengo que decir que he tenido mucha suerte.
- No sea modesto, ha sabido llevar las riendas del asunto de una manera asombrosa.



- Tome, tengo un regalo para usted.
- ¿Un regalo? ¿Qué es?
- Ábralo y lo verá.



- Muchísimas gracias de verdad. No tenía por qué.
- Todavía no lo ha abierto, cuando lo abra y se lo pruebe, ya me dará las gracias.
- ¿Probarme el qué?
- Ábralo y lo sabrá.



Will abrió el paquete y se probó la ropa que había en su interior en otra dependencia de la Casa Blanca. Al entrar de nuevo en el Despacho, el presidente sonrió.
- ¿Qué tal le queda?
- Muy bien, pero no entiendo por qué me regala este traje. ¿Es un traje militar?
- Efectivamente pero no vas a luchar en esta guerra.
- Por cierto, ¿cómo va?
- Rusia, Alemania, Italia y algunos países del medio oriente, entre ellos Iraq han declarado la guerra abierta a América, Francia e Inglaterra y... posiblemente España.
- ¿España en una guerra mundial?
- Allí las cosas están muy mal. La economía de los pobres cada vez es más escasa y los ricos cada vez lo son más. El país está dividido en dos bandos y la tensión es máxima.



- Las cosas están peor de lo que esperaba...
- Por eso necesito que ahora se vaya a España.
- ¿Justo ahora cuando están peor las cosas?
- Sí, esta misión es más importante todavía que la anterior, ya que si logra que el ejército español se levante en armas a nuestra favor, tendremos muchos más soldados y nos resultará más fácil ganar esta asquerosa guerra.



- Ni hablar, lo siento señor presidente pero no me veo capaz para realizar esta misión. Han pasado ya 3 meses desde que me fui de casa, mi novia debe de estar de 5 meses ya y no tengo contacto con ella desde hace 1 mes por culpa de todo esto que ha ocurrido. Mi deseo es estar con mi futura esposa y cuidar de mi futuro hijo.
- Yo le comprendo Will, yo también soy padre y se por lo que está pasando, por eso necesito que se involucre en este última misión. Necesitamos la colaboración española para así dar un vuelco a esta guerra en la que estamos involucrados. Debemos de salvaguardar a nuestras familias. ¿Me comprende?



- Está bien, colaboraré con vosotros de nuevo.
- Sabía que nos ayudaría. En seguida embarcará de nuevo en el avión privado de camino a Madrid donde tendrá una audiencia con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Juntos, deberéis convencer al rey de España de que la colaboración con nuestro bando será el más acertado.
- Entendido.



Will se despidió del presidente y cogió el vuelo hacia España. En el avión pudo dormir un poco, ya que estaba cansado de tanto viaje sin parar. Volver a ver esas calles por donde pasó haría cosa de un par de años, le hizo sonreír pensando en lo que le había deparado el futuro hasta llegar a donde estaba ahora mismo.


Una vez que llegó al lugar de la reunión, dentro lo esperaba con una sonrisa el presidente del Gobierno, con quien se estrechó la mano y se dirigió al lugar donde hablarían de todo.


Sin embargo, unos 20 minutos más tarde, mientras estaban reunidos Will y Mariano, se escucharon unas voces fuertes gritando y varios disparos. Ambos se sobresaltaron y por un momento, un silencio se apoderó del ambiente. Tras eso...


Dos semanas más tarde, Will despertó en una cama de hospital, mareado y totalmente desorientado.


Se levantó con mucho dolor en el tórax y en ambos brazos.
- ¿Dónde estoy? ¿Hola? ¿Hay alguien?



Will se fue hacia un asiento que había en la habitación y con mucho trabajo se sentó y miró hacia arriba sin saber muy bien qué había pasado.


Un momento después, un médico entró en la habitación.
- William, me alegra verlo despierto. ¿Cómo se encuentra?
- Un poco cansado y con un dolor fuerte en el pecho y en los dos brazos.
- Es normal, al fin y al cabo se le cayó una viga en el pecho rompiéndole varias costillas.
- ¿Qué ocurrió?



- Algunas fuentes han informado que un hombre suicida con una carga moderada de dinamita se inmoló dentro de las dependendias donde se encontraba reunido usted con el presidente del gobierno.
- ¿Se auto inmoló? Me parece que Al-Qaeda está detrás de todo esto.
- Eso dicen, pero no están totalmente seguros de ello.
- ¿El presidente cómo esta?
- Bien, ambos tuvieron mucha suerte con la explosión.



- ¿Y hasta cuándo deberé permanecer aquí?
- Una semana más. Deberá estar en reposo y nosotros le iremos observando la evolución que tiene. Una vez que veamos que está recuperado podrá salir.
- Muchas gracias. Si necesita alguna cosa más...
- Sí, una más, ¿cómo está la situación mundial con esta guerra?



- Muy mal, hay ya millones de muertos entre civiles y soldados. Ciudades totalmente arrasadas y las grandes potencias mundiales luchando entre ellas.
- ¿España entró en la guerra?
- Tras lo ocurrido con la explosión, el Rey se ha visto obligado a tomar cartas en el asunto. ¿Algo más?
- Por ahora no, muchas gracias.



- Si necesita alguna cosa, no dude en llamar a una enfermera.
- Gracias doctor.



Will notó que sus pertenencias estaban en una de las sillas que había. Miró el móvil y vio que estaba sin batería y que no tenía el cargador.
- Amanda... ¿cómo estás?-pensó Will-.



Una semana más tarde, Will estaba recuperado y una vez le dieron el alta, pudo salir del hospital.


Había pedido a lo largo de esa semana que por favor le cargaran la batería del móvil pero no lo podía utilizar hasta que estuviera totalmente recuperado. Una vez fuera, lo primero que hizo fue marcar el número de Amanda.
- ¿Si?
- ¿Amanda? Soy yo Will. ¿Cómo estás cariño?
- Will, gracias a Dios que estás vivo. Supe por el gobierno de los EE.UU. que hubo una explosión donde estabas reunido con el presidente de España y temí por tu vida. ¿Cómo estás?
- Yo muy bien, acabo de salir del hospital y estoy recuperado. ¿Y tú como estás?
- Muy gordita ya, estoy de casi 7 meses y nuestro chico da muchas pataditas.
- ¿Es un niño?
- Sí, un varoncito y le voy a llamar como su padre por lo orgullosa que estoy de ti.



- Muchas gracias cariño. Te echo tanto de menos...
- Ojalá pudieras estar aquí conmigo.
- Lo estaré. Finalmente conseguí que España se adhiriera a la guerra y ahora soy libre de hacer lo que quiera. Voy a casa mi amor.
- Qué alegría me has dado. Espero que la tormenta solar llegue cuando estemos juntos.
- ¿Qué tormenta?
- La NASA nos informó que el Sol ha tenido una eyección de masa coronal y ha provocado una gran llamarada que se dirige a la Tierra pero no saben exactamente cuándo llegará aquí.
- ¿Y qué consecuencias tendrá eso?
- Nada eléctrico funcionará y volveremos a la edad de piedra.
- Cariño, no me asustes.
- Will, no olvides nunca que aquí te estoy esperando y que siempre te amaré.
- No te despidas de mí Amanda, yo también te amo, nunca se te olvide. Amanda... ¡Amanda!
Error de conexión.



Will, asustado por las palabras de Amanda, miró al cielo de donde venía una luz blanca muy intensa.
- ¿Qué coño es eso?



Cada segundo que pasaba, la luz se hacía más grande hasta que cubrió todo el cielo. Un ruido muy extraño comenzó a sonar por los alrededores.
- Señor, por favor, asisteme y cuida de Amanda y de mi futuro hijo...




                                    CONTINUARÁ...

martes, 28 de enero de 2014

Capítulo 2 de la Segunda Temporada de "Black Hand"

¡Buenas a todos! ¿Cómo estáis? Espero que muy bien y que vuestras obligaciones profesionales o estudiantiles os permitan pasaros por aquí y pararos a leer un rato, así despejáis la mente un rato que no es bueno pasarse estudiando tampoco jeje. Animaros desde aquí a todos aquellos que estén de exámenes porque todos sabemos que es duro; tenéis todo mi apoyo.
Respecto al capítulo de hoy, se ve a Will en su nuevo destino, ¿recordáis cual era? Efectivamente, era Iraq ^_^  Ahora os dejo con esta nueva entrega y me despido hasta este viernes. Y recordad, nunca dejéis de sonreír =D

SEGUNDA TEMPORADA
CAPÍTULO 2

Will se bajó del avión y cogió un taxi hacia una posada o alguna estancia donde poder quedarse mientras estaba en Iraq.
Al llegar, vio una inmensa mansión frente a un grupo de casas más humildes.


Entró en la posada y ahí el dueño lo recibió.
- Buenos días. Mi nombre es Yaser, ¿en qué puedo ayudarle?
- Hola, mi nombre es Will y me gustaría alojarme en una habitación.
- Ha tenido suerte, nos queda una habitación libre.


- Oh, vaya. ¿Cómo es la habitación?
- Es una habitación muy sencilla, con una cama individual y una mesa de escritorio. También cuenta con un cuarto de baño donde poder asearse.
- ¿Cuánto cuesta el alquiler?
- Son 14 290 dinares iraquíes al día.
- Disculpe, pero no entiendo el valor de la moneda aquí. ¿Cuánto dinero sería en dólares americanos? Verá, soy extrangero.
- Ahora se lo calculo, un momento... Pues son... 12'28 dólares señor.
- Perfecto. Alquilo la habitación.


- La habitación se encuentra subiendo las escaleras y la puerta del fondo es su habitación.
- Muchas gracias, muy amable.
- Para cualquier cosa que necesite, no dude en preguntarme.


Will subió las escaleras y como el casero le había dicho, ahí al final se hallaba la puerta que conducía a su habitación.


Entró en la habitación y lo que vio no le pareció mal del todo.
- Mejor que estar en la calle es, seguro.


Luego abrió la puerta del servicio y aunque era pequeño, tenía lo indispensable para asearse.
- No está mal. Tampoco no se le puede pedir demasiado, teniendo en cuenta lo que cuesta diariamente...


Entonces, vio una ventana que daba a la plaza central y desde allí observó el paisaje.
- Demasiado desértico... Prefiero donde yo vivo, aunque en esa mansión no se debe de vivir mal. ¿De quién será? Y menudo coche...


Will entonces se puso serio y se sentó frente al escritorio; sacó su portatil para ponerse en contacto con Barack Obama, que se encargaba personalmente junto con un equipo secreto de supervisar la misión de Will.
Tras esto, le dejó a Amanda un mensaje en su correo para avisarla de que estaba bien y que había llegado sano y salvo.


Por culpa de la diferencia horaria, 10 horas aproximadamente, Will se cambió y se acostó en la cama para descansar del viaje tan agotador.


Sin embargo, unas 4 horas más tarde, un ruido atronador sobresaltó a Will. Había sonado como una explosión o algo parecido...


Will se levantó y se fue hacia el cuarto de baño para asomarse a la ventana. El coche que había visto anteriormente, ahora estaba consumiendose entre unas grandes llamaradas.
- ¡Que alguien llame a los bomberos!-se escuchaba en la plaza-.


Will se vistió y bajó a la calle para averiguar qué ocurria exactamente.
Allí cerca del coche siniestrado se encontraba un hombre corpulento gritando.
- ¡Al-Mualin, hermano!, ¿por qué?


Will se sorprendió mucho al escuchar ese apellido. ¿Había muerto Mohamed a quien él buscaba?
- Oiga señor, ¿se encuentra bien?


- Debería apartarse más de las llamas, los bomberos están a punto de llegar y no queremos más heridos.


Will se acercó al hombre un poco más e intentó que este le hablara.
- Oiga, ¿cómo ha ocurrido todo?
- Ha sido muy rápido. Mi hermano salía hacia el mercado y justo cuando entró en su coche para irse, todo salió por los aires.
- Dios mío...
- Que Alá lo tenga en su gloria.


- Las llamas están creciendo, debería apartarse o se quemará.
- ¡Déjeme en paz! Se perfectamente lo que hago y quiero estar junto a mi hermano.


Will se retiró de la escena y se dirigió hasta su habitación cuando pasó por delante del casero que se encontraba desde más atrás viendo la imagen del coche en llamas.
- Pobre Ishak, que Alá lo tenga en su gloria. Por cierto, no le tengas en cuenta a Mohamed su respuesta Will, quería mucho a su hermano.
- No ha sido nada.


Entonces, el fallecido del coche era Ishak Al-Mualin, el hermano del jefe de Al-Qaeda y con quien había hablado Will era... ¡Mohamed! Rápidamente, mandó un e-mail para comunicar la inesperada noticia del atentado contra Ishak.


De repente, sonó la puerta y una voz tras ella se escuchó.
- Hola, soy Yaser, ¿se puede?
- Claro, entre Yaser.
- Disculpe que le moleste Will, pero he de decirle algo.
- Por supuesto.
- Usted me ha dicho que es extrangero y solo hay que mirarlo para notar que no es de esta zona, así que le recomiendo que para no llamar tanto la atención se pase por la tienda y compre ropa de paisano, así estará más cómodo y no pasará tanto calor.


- Muchas gracias Yaser. ¿Dónde puedo encontrar la tienda?
- Tengo algunos modelos guardados en una habitación. Si quiere alguno solo tendrá que decírmelo y se lo venderé a un muy buen precio.
- De eso no hay duda. Iré en un momento.
- Muchas gracias. Hasta ahora.


Yaser se retiró de la habitación de Will y este volvió a abrir su correo para leer la contestación del gobierno.
Will, nos alegramos inmensamente de esta noticia. Ya has localizado a Mohamed y dado que su hermano Ishak ha fallecido está más vulnerable que nunca. Intenta ganarte su confianza y una vez que la tengas, acaba con él. Un consejo, no llames demasiado la atención y no olvides comentarnos cualquier novedad.


Will bajó y le compró a Yaser la ropa autóctona. Una vez hecha la compra, subió de nuevo a su habitación, se cambió y se acostó en la cama.


Mientras tanto, Mohamed, el jefe de Al-Qaeda, iba hacia el cementerio para realizar la sepultura a su hermano como mandan las costumbres religiosas.
- Estos israelitas han matado a mi hermano y es lo último que les permito. Les voy a meter en la Guerra como me llamo Mohamed Al-Mualin.



Ya cuando caía la tarde, Will se despertó y se asomó por la ventana donde pudo ver andando a un ritmo bastante despacio a Mohamed. Con valentía, decidió bajar y entablar relación con él.


- Señor,-dijo Will-, siento mucho lo ocurrido con su hermano. Ha sido una gran perdida.
- Muchas gracias. ¿Tu eres el chico de antes?
- Sí señor.
- Siento mucho mi comportamiento con usted. Espero logre que me perdone.
- Es normal que reaccionara así. Yo perdí en un accidente a mis padres cuando era pequeño.



- Oh, lo siento mucho. Tuvo que ser muy duro para usted,-dijo Mohamed-.
- Y tanto...
- Bueno, ¿le parece que hablemos mientras damos un paseo?
- Claro.



Ambos comenzaron a caminar uno junto a otro.
- Y bien, no le he visto nunca por aquí. ¿Es la primera vez que está en este país?
- La verdad es que sí. Desde hace unos meses, me ha entrado curiosidad por conocer distintas culturas e indagando, me ha llevado hasta aquí.
- Qué interesante, ¿de dónde es usted?
- Soy norteamericano.



En ese instante, la cara de Mohamed cambió radicalmente y la sonrisa desapareció para dar lugar a una mirada penetrante e intimidadora.
- ¡¿Es usted norteamericano?!




                                     CONTINUARÁ...