viernes, 15 de noviembre de 2013

Capítulo 6 de "Black Hand"

¡Buenaaaaaas! Aquí estoy un viernes más con todos vosotros, queridos aficionados a los sims y a las historias jejeje. Espero que esta semana haya pasado rápida y que el fin de semana lo utilicéis para descansar y relajaros.
Hoy toca capítulo como bien sabéis, pero os tengo preparada una sorpresa que seguro os gustará. De aquí al martes subiré una creación mía que tiene algo de tiempo pero que no he compartido con vosotros. No os digo nada de lo que es, pero estad atentos amigos jeje. Nos vemos muy, muy pronto.

CAPÍTULO 6

- ¿Me vas a abrir o me quedo en la puerta? -este comentario sacó de sus pensamientos a Will, que se había quedado parado-.
- Sí, voy.


Una vez abierta la puerta, Will se asustó más todavía al ver que se acercaba este hombre hacia él.
- Es un gusto conocerte. Me llamo Louis. ¿Tú eres?
- Me llamo... Will.
- Encantado Will. He quedado con el doctor, ¿está por ahí?
- Sí, pero me ha dicho que estaba ocupado, que abriera yo.
- Ah, no hay problema. Espero.


El silencio se apoderó de la escena y la tensión era notable hasta que el doctor se incorporó.
- Por lo que veo ya os conocéis.
- Sí, parece un buen muchacho. Tendremos que conocernos más, ¿eh Will?
- Uh sí, sí, claro.


Will se acercó al doctor y le susurró al oído.
- ¿Puedo hablar contigo en privado?
- ¿Para qué? Lo que me tengas que contar a mi lo puedes hacer delante de él.
- Por favor se lo pido...
- Vale, ve entrando al despacho.


El doctor se encaminó hacia el despacho.
- Louis, ya sabes, como en tu casa. Ahora salgo.
- Ok, os espero en el salón.


Ya dentro del despacho, Will comenzó a hablar.
- Con todos mis respetos doctor pero, ¿qué clase de encerrona es esta?
- ¿De qué me hablas?
- Verá, una de las casas a las que entré fue a la de Louis. Le robé un traje, uno idéntico al que lleva puesto hoy.


- Ahh, no tenía ni idea.
- ¿De verdad? ¿O es que me la ha jugado?
- No, confía en mi. Louis te va a ayudar en todo esto. Los dos haremos lo que podamos.


- Muchas gracias, pero yo no estoy seguro ahora de que el sepa que yo le robé. Puede ser que me pregunte donde está su traje. ¿Y ahora qué le respondo? Ay Dios.
- Venga, no te preocupes. No te va a decir nada. Es un hombre muy discreto. ¿Salimos para hablar con él?
- Bueno... -dijo nada convencido Will-.


Salieron de ahí y fueron directos hacia el salón, donde estaba sentado Louis en el sillón.
- Bueno Will -comenzó Louis-, el doctor me ha comentado por encima tu problema. ¿De qué se trata exactamente?
- Verá...
- De tu, por favor Will, -lo interrumpió Louis-.
- Vale, es que mira Louis, me echaron de casa y del trabajo y no tenía nada que hacer entonces empecé a entrar a casas para comer, ducharme, robar ropa... Y ya ha llegado un punto en el que me resulta muy imposible parar.


- Comprendo, entonces lo que tu buscas es ayuda para que dejes de robar a los demás, ¿me equivoco?
- Exactamente, ¿puedes ayudarme?
- Te ayudaré, pero te voy a decir una cosa. No tienes trabajo me has dicho.
- No.
- ¿De qué trabajabas antes? Si no es mucho preguntar.
- De barman.
- ¿Y te pagaban bien? 
- Pues copa que servía, dinero para el bolsillo.
- Es decir, fatal. ¿Y si yo te dijera que gracias a tu problema puedes ganar mucho dinero?


- ¿Cómo?
- Verás, -comenzó a hablar el doctor-, nosotros nos encargamos de ayudar a la gente buscándole trabajo y tú tienes un don muy especial Will. Al relatarme tus sucesos me di cuenta. Sería una pena que desperdiciáramos todo lo que puedes llegar a hacer con tus manos.
- Sí, -habló Louis-, estoy muy interesado en que te unas a nuestra causa. 
- Ehh, no, no lo creo.
- Pero Will, piensa: seremos Robin Hood, robaremos a los ricos para darle a los pobres. Tú hasta hoy has sido pobre, durmiendo en la calle, robando a la gente... ¿Qué más daría seguir haciendolo pero con el respaldo de un compañero?


Pero a Will esa idea no le convencía. Había ido a curarse y ahora estaba viendo que iba a conseguir todo lo contrario. 


- ¿En qué piensas? -dijo el doctor-.
- Es que verás, no sé qué hacer...
- Te voy a dar un consejo: pruébalo, haz un par de trabajos junto con Louis, que será tu compañero y cuando termines y veas los resultados que vas a conseguir, ya decides, ¿ok?
- Es totalmente seguro, además de que si cualquier cosa que ocurriera, yo te cubriría las espaldas Will, eso no hace falta decirlo.


- Bueno... podría probar. ¿Se gana mucho dinero?
- Hombre, -contestó Louis-, dependiendo del sitio donde entremos, pero normalmente podemos conseguir de media unos 200 por noche y salimos 3 veces a la semana. Multiplícalo por 4 semanas y te saldrá la cuenta. Entonces, ¿te animas?
- Vale... no tengo nada que perder.


El doctor, sonrió al instante y discretamente se acercó a Will y le dijo algo al oído.
- Buena elección.
- Espero no haberme equivocado.


Tras esto, el doctor y Louis se levantaron de sus asientos y se despidieron. 
- Esta noche vendré de nuevo doctor.
- ¿Esta noche? ¿Para qué?
- Hoy empezaremos con Will.
El aludido miró al escuchar su nombre.
- Will, -dijo Louis-, hazte el cuerpo que esta noche empezaremos con todo esto. Vendré al anochecer con todo lo necesario, tú no te preocupes.
- Entonces nada, nos vemos Louis -dijo el doctor-.
- Hasta luego.


Una hora más tarde, el doctor gritó que la comida estaba lista y Will al pasar por delante del billar pensó que tenía que jugar con ella tarde o temprano.


Se sentaron ambos a comer y en ese momento Will pensó en lo extraño de la situación. Hace unos días tenía que robar para conseguir comer y ahora le ponían un plato por delante sin necesidad de mover un músculo. 


Sin embargo, Will seguía con la cabeza en la conversación con Louis.
- Perdona que te moleste doctor, pero es que sigo dándole vueltas a lo de esta noche.
- No es molestia, dime.
- ¿Es totalmente seguro?
- Will, ¿tú has tenido algún problema alguna vez?
- Solo una.
- ¿De cuántas veces?


- Es que lo que yo pienso es que uno se puede colar en una casa fácilmente para robar y escabullirse sin necesidad de que lo pillen, pero cuando ya se meten dos, es más dificil ser cauteloso.
- Pero es que tienes unas miras muy bajas. Relájate. Disfruta de la tarde y olvídate del asunto. Lo que tenga que ser será.
- ¿Cómo? ¿Me estás diciendo que me relaje cuando me han dicho que siga robando y que no importa que lo siga haciendo? 
- Eh, tú haz lo que quieras, que nosotros te hemos dado un consejo. Inténtalo. Si ves que puedes trabajar con un compañero, estupendo. Que no puedes, pues no pasa nada. Así de fácil.


- ¿Sólo eso? ¿No hay más?
- ¿Qué más puede haber?
- Ya...
- Sigamos comiendo que se nos enfrían los macarrones con queso.


Por la noche, llamó a la puerta Louis y ya Will lo dejó entrar pero ya iba con otra predisposición totalmente distinta a la de por la mañana.
- ¿Preparado Will?
- Creo que sí.


Ambos subieron al dormitorio de Will y allí Louis se encargó de explicarle todo.
- Will, te he dejado a los pies de la cama una bolsa con todo lo necesario para que te cambies. Tienes el traje, unos zapatos negros, unos guantes y una perilla de pega.
- ¿También me tengo que poner la perilla?
- Tenemos que ser lo más discretos posibles. ¿Serás capaz?
- Si nunca me han pillado, algo tendré que ser, ¿no crees?
- Vale. Me voy al baño a cambiarme, cuando estés listo, espérame en el descansillo.


Una vez ya listo, se encontró con Louis en el lugar indicado.
- Will, estás perfecto.
- Me siento raro con la perilla.
- Te acostumbrarás. No la vas a tener que llevar siempre. ¿Nos vamos?
- Ok.
- Pues que empiece la acción.


Una vez llegado al lugar, la rueda comenzó a girar.
- Will, lo primero que tenemos que hacer es concretar todo. Hoy es lunes 28 de mayo de 2012, 3:44 de la madrugada y vamos a entrar en la joyería Golden.
- ¿Cómo lo vamos a hacer?
- Sencillo. Como vamos de negro, no se nos verá, por lo que yo, por ejemplo, me arrastraré hasta llegar a un punto muerto de la cámara de seguridad y cortar los cables.
- ¿Y yo?
- Cuando yo haga eso, entrarás dentro a través de la ventana.
- ¿La rompo?
- No, eso haría mucho ruido. Usa este aparato y todo ya saldrá a pedir de boca.
- Ok, empecemos cuanto antes.


Una hora y 38 minutos más tarde, ya estaban en la casa del doctor con el botín encima valorado en más de 6000€.
- Buen trabajo Will. Estás hecho todo un genio.
- Bah, lo he hecho como siempre.
- Pues trabajas bien.
- Gracias. Te sientes mejor estando con un compañero.
- Te lo dije.
- Bueno, me voy a descansar, que es muy tarde y estoy agotado.
- Toma tu parte del botín y descansa.
- Muchas gracias, hasta pronto.


Will subió despacio sin hacer ruido ya que todo estaba a oscuras y se acostó enseguida.


Sin embargo, el doctor no estaba dormido como Will creía. Se encontraba en una parte secreta de la casa y allí se reunió con Louis.
- ¿Qué tal ha ido Louis?
- Mejor de lo que me esperaba. Es un auténtico profesional.
- ¿De verdad?
- Hemos dado con nuestro hombre. Ahora solo espero que se decida y colabore con nosotros.
- Seguro que sí. Entonces, ¿ha pasado la prueba?


- No lo sé, debería hacerle otra para asegurarme.
- ¿Otra? Pero si te robó en tu casa el traje que guardas en el armario de tu dormitorio mientras tú estabas durmiendo y ni te enteraste, so tonto.
- Ya lo sé, pero yo quiero ver cómo se desenvuelve en otro ambiente.


- ¿En otro ambiente? No te sigo.
- Tú déjamelo a mi...


Los dos siguieron hablando sobre el robo de hoy, especificando detalles de todo lo ocurrido mientras que, Will ajeno a todo esto, dormía plácidamente en su cuarto.



                     CONTINUARÁ...

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